Capítulo Siete. Declaración

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―Se ve delicioso Kara, gracias. Ven a comer conmigo, hay suficiente para los dos.

―No es necesario mi rey. ―respondió Kara algo sorprendida por la oferta.

―Tal vez no, pero quiero que me acompañes. Por favor.

Kara no pudo resistirse a su petición. Se sentó en el sofá junto él, sintiéndose algo incomoda y ansiosa al ver como el rey servía la comida en sendos platos y empezaba a comer. Le preocupaba que le desagradara. Había puesto mucho esfuerzo en preparar todo, pero no tenía mucha experiencia en la cocina, aunque Balla le había enseñado como hacerlo.

Vio como el rey probaba la comida. Kara esperó con ansia a que él dijera algo, pero siguió comiendo como si nada.

― ¿Y bien? ―No pudo evitar decir, claramente había sonado como una exigencia.

El rey rio suavemente. ― ¿Pareces ansiosa?

Kara sintió como los colores subían a su pálido rostro.

―Me preocupa que no tenga buen sabor.

― ¿Por qué no lo pruebas y lo decides por ti misma?

Kara no había tocado el plato que el rey había puesto frente a ella y se sintió como una tonta. Parecía una niña nerviosa esperando por un sermón. Así que tomó el plato y empezó a comer. La sorpresa debió notarse en su rostro, pues el rey, quien la estudiaba muy atentamente sonrió.

― ¿Está delicioso no es cierto?

Kara asintió, aún sintiéndose bastante torpe en esa situación. Pero descubrió, que verlo comiendo lo que ella había preparado, la hacía sentirse muy satisfecha, no solo porque él parecía disfrutar de la comida, sino porque le gustaba verlo tan relajado y abierto con ella.

Desde hacía un tiempo el rey había estado mucho más sonriente y feliz y se encontraba a si misma deseando ser ella quien provocara esas suaves sonrisas.

―No sabía cuan hambriento estaba, hasta ahora. Gracias por la comida Kara.

―Me alegro mucho que sea de su agrado, mi rey.

―Ya te he dicho que me llames Arnaud.

―No sé si es correcto mi rey y no me siento cómoda llamándolo por su nombre.

Arnaud suspiró algo decepcionado, pero decidió no presionarla.

―Está bien, pero espero que pronto me llames por mi nombre, al menos cuando estemos a solas.

Kara solo dio un suave asentimiento, y siguió comiendo, aunque cada tanto miraba atentamente al rey, quien comía con entusiasmo.

― ¿Por qué me miras así?

Al verse descubierta, se sonrojó nuevamente. ―Lo siento mi rey, no quería molestarlo.

―No me molestas, pero me siento algo vigilado, ¿Qué pasa?

―Es solo que me parece admirable que siendo usted el rey, trabaje hasta tan tarde, cuando hay muchas personas que podrían hacer todo esto por usted.

―Yo soy el rey, es mi trabajo asegurarme de que todo marche bien, además me gusta estar enterado de lo que sucede en mi reino.

―Lo entiendo. Tal vez me parece extraño, porque viví los últimos ocho años con un rey, que no se tomaba las cuestiones administrativas muy enserio y delegaba su trabajo a los demás. Solo se interesaba si se trataba de atacar nuevos planetas, pero fuera de eso, nunca lo vi realmente trabajando por su reino.

Esclava Del PlacerWhere stories live. Discover now