Capitulo 1

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-¡Sasha! ¿Qué estás haciendo?- guarde el aparato inmediatamente para que Laura no lo viera.

-Nada, Laura.

-Dámelo.- dijo extendiendo sus largos dedos en dirección a mi rostro.

Saqué del bolcillo mi teléfono y se lo puse en la mano bruscamente.

-Que no se te olvide que estamos en el colegio.

Me quede callada mirando como la jirafa de cuatro ojos se giraba y se sentaba en su escritorio. Mientras tanto, puse los ojos en blanco y mire fijamente como la luz del monitor que se reflejaba en sus anteojos.

-Bien. ¿Te gustaría explicarme que le hiciste a esa chica?

-Laura, yo no le hice nada. Nada más me defendí.

-Soy la directora de esta institución y yo decido si seguís en ella. No me importa la razón. Quiero saber qué hiciste para que el profesor de física te mandara a esta aula.

-Ya se lo dije. Me defendí. Nada mas.- acentué muy bien el "mas". 

Su mirada se clavo en mis ojos como si me intentase de sacar la información a través de mis pupilas y me provoco una sensación incomoda. No tuve más remedio que escupirlo. 

-¿Quiere saber lo que pasó?- dije cruzándome de brazos y acercándome al escritorio donde la directora tamborileaba con las uñas largas pintadas de rojo la madera barnizada. – bien. Brenda, Casandra y Erin estaban sentadas en las últimas mesas del aula de física. Yo me sentaba solo a una mesa de distancia. Las muy idiotas, quiero decir... ellas estaban cuchicheando como cotorras en zoológico y ya me estaba molestando. Eric, ese chico flaco, alto, rubio, ¿lo conoce? Bueno no importa. El se sentaba junto a mí. Me estaba ayudando unos momentos antes del accidente. Bueno. De accidente no tuvo nada. El caso es que Casandra se acerco a mi lugar y empezó a pedirme que le dijera que teníamos que hacer. Le dije que prestara atención y que volviera a su asiento. Entonces Brenda, por detrás, tiró del banco para que yo cayera. Cuando lo hicieron yo me sostuve del pantalón de Brenda y de la camisa transparente de Casandra. Y bueno. Fue un desastre. Le bajé los pantalones a Brenda y la camisa de Casandra quedo destrozada. Caímos las tres juntas y nos dimos contra el piso. Hubo carcajadas y bueno, no me resistí. Reí con todos. Erin se acerco y me levanto de los pelos. Enfurecí y la lance para que me soltara. Se dio las espalda contra la biblioteca y todos los libro cayeron sobre ella.- las risas se me salían hasta por la nariz.- esa es la razón. Debe admitir que es una historia muy interesante. 

El silencio embadurno la dirección. Ella me miraba como si fuese un experimento que salió mal. Me levante y fui hacia la puerta.

-Hasta el lunes.

-Sí.

Atravesé todo el pasillo vació que daba a la salida del colegio. Todos seguían en las aulas estudiando para quien sabe que van a ser cuando sean mayores. Comencé a pensar. Era curioso. Todos querían ser gente influyente. La vida pasa por algo más que ser famoso, y que todos quisiesen ser reconocidos me daba casi rechazo. Seguí caminando hasta la parada más cercana de colectivo. No vivía muy lejos del colegio, por suerte. Más o menos a unas quince cuadras, pero ese dia ni loca iba caminando. Bajar pantalones me habia estresado demasiado. Después de pasar la cuadra número trece, me bajé y camine hasta la casa. Cuando crucé el marco de la puerta principal, vi a mi hermana  sentada en el sillón mirando la tele.

-Hola, Cloe.- le dije acercándome a ella.

-Hola. - respondió fria como un hielo. Cloe era una persona bastante peculiar. Quizas no le habias hecho nada pero te hacia sentir inutil e inexistente. 

-¿Donde están mama y papa?

-Arriba. No vallas.

-¿Por qué?

-Están discutiendo.

¿Discutiendo? ¿Por que? 

-Y... ¿No te interesa saber por qué están discutiendo?- dije guiñándole un ojo.

-No.

-Bien.- Bueno, estaba sola en mi investigación. 

Empecé a subir las escaleras en silencio. Me había sacado las zapatillas, otro truco que me había enseñado Cloe. Se hacia la madura, pero solo me llevaba cuatro años. Yo siempre era bastante curiosa, pero Cloe siempre me superaba. Hasta que cumplió los veinte. Comenzo a estudiar diseño, pero segui viviendo en casa. Volviendo a la discusion de mis padres. Me acerque a la habitación principal. La puerta estaba cerrada. Obviamente. Pero se escuchaba algo.

-¡Por favor! ¡No!

-Ya está decidido.

-¡¿Y no te importa lo que ella quiera?!

-No en este momento.

-¡Es tu hija!

-Es mi empresa.

-¡No! ¡¿Te importa más la empresa que tu propia hija?!

Su propia hija. Estaba hablando de nosotras. Tuve la mala suerte de ser tan tonta que moví el picaporte de la puerta, esta se abrió y deje el descubierto mi ubicación. Hubo un largo silencio y ambos me miraban. Papa con un gesto arrogante y mi madre asustada. ¿Que estaba pasando?

-¡¿Que está pasando?!- grité.

Otro y largo momento de silencio mientras cruzaban la mirada.

-¡Díganme!

Cloe irrumpió en la habitación.

-Estoy mirando la tele. ¿Se pueden callar?

Todos nos giramos y la miramos.

-Chicas- dijo mi madre llamando nuestra atención.- les tenemos que decir algo.

SASEAN.Where stories live. Discover now