Fifty-eight. →Narrado←

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—Chicos, muchas gracias por venir a ayudarme en esto. —ladeé la cabeza hacia los dos lados rápido para mirar a Ryan y Christian.

—Ni lo digas. —musitó Christian sentándose en una silla de una mesa que estaba vacía.

Estábamos actualmente en la biblioteca de la Universidad, tenemos un examen pronto de química y la verdad estoy un poco enredado con algunas cosas, así que les pedí me ayudaran en la materia ya que a ellos les va bastante bien.

—Debes aprenderte los números de oxidación, Justin. —habló Ryan mirándome.—Sin eso no haces nada.

—¡Pero son demasiados! —hablé en un tono alto pero susurrado.—¿Cómo haré para aprendérmelos en tan poco tiempo?

Ryan se encogió de hombros y yo rodé los ojos.

—¡Oh! —agregó Christian abriendo su botella de agua.—También los radicales compuestos. —ingirió la bebida y después habló otra vez recostándose en el respaldar de la silla.—Deberías de empezar Bieber.

Volví a rodar los ojos. Vaya tutores me conseguí.

De repente, mi celular vibró en mi bolsillo, era un mensaje de Amber que respondería cuando saliera de aquí, así que dejé el celular sobre la mesa.

Volví mi mirada hacia el libro y sentí como alguien pasó atrás de mi. Los chicos miraron a esa persona de mala gana, lo noté por la ranura de mi ojo.

—¿Qué pasa? —pregunté aún dentro del libro.

—¿Has vuelto a tener algún problema con él? —musitó Ryan y yo levanté mi mirada hacia él.

—¿Con quién? —fruncí mi ceño.

—Carter. —expresó Christian moviendo sus ojos hacia la derecha antes de volver a beber de su botella de agua.

Hice un leve movimiento hacia la derecha con mi cabeza y lo observé sentado en la mesa de al lado de nosotros, con una laptop.

Negué con una risilla burlona y después miré a los chicos.—Es una pérdida de tiempo.

—¿Cómo está Amber? —preguntó Ryan.

Me encogí de hombros.—Ella está bien, él no es un problema para ella. —volví mi mirada hacia el libro.

—¿Vas enserio con ella bro? —Christian me miró atento.

Saqué mi vista del libro y suspiré mientras pasaba mis manos por mi cara. Los miré.—Ella enserio me gusta, es lo único que sé que este momento chicos.

Ellos asintieron comprendiendo el asunto.

Hubo un silencio sepulcral en el lugar por un momento, y después Christian habló:—¡Mierda! —habló lo suficiente duro y al instante, muchos chucheos se escucharon en el lugar callándolo.

Ryan y yo reímos a lo bajo y después de encogerse en su lugar y tratar de hacerse diminuto habló otra vez:—Chicos, debemos de estar en diez minutos en clase para el examen. —dijo levantándose de la silla.

Yo abrí mis ojos e inmediatamente comencé a cerrar el libro y guardarlo en mi bolso, me levanté de la silla y comenzamos a caminar hacia la salida.

Espero no haya olvidado algo y espero no me falle mi memoria fotográfica.

Game → j.b & m.lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora