Para alguien como Blair, la palabra "amor" no existía, hasta que Danny Sellers apareció en su vida.
Ella podría describirlo de tres formas: Irresistiblemente gallardo, terriblemente tentador e inigualablemente encantador.
¿El problema?
Al instante...
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-¿Me puedes explicar porque me llevas a un rincón oscuro?
Cole me arrastra hacia la entrada del campo, debajo de las gradas. En este momento debería estar histérica, pero se trata de Cole Ferris.
-Sabes bien que mi reputación no puede ser dañada-Exhala por la nariz posicionando sus brazos en jarra sobre sus caderas.
En este momento parece un dios griego, el mismo Apolo en persona. El sol abrazador le hace sudar, haciendo que los mechones de su cabello dorado caigan sobre su frente; sus mejillas se encuentren rosadas gracias a la fatiga de estar entrenando. Por qué claro, para rematar, lleva el uniforme del equipo con aquellos pantalones pegados.
Si no fuera un idiota, de seguro me estaría pensando como sabrían sus labios. Pero como dije, si no fuera un idiota y lamentablemente lo es.
-¡Oh lo lamento! Casi se me olvida que soy de un rango menor y que puedo perjudicar tu prestigio social- ruedo los ojos cruzándome de brazos-. Es que aún no me cuadra ¿tan rara soy?
Cole se pasa la mano por su frente, para secar cualquier rastro de sudor.
-No te pongas así, ya hemos hablado de esto. Además te estoy ayudando con tu problemilla, ¿no creer que deba recibir algo a cambio?
Tuerzo la boca. Ya se había tardado en decírmelo.
-Bien- gruño apretando mis dientes-, pero lo discutiremos luego, cuando hayas cumplido tu parte.
Como si ya lo estuviera esperando, saca una sonrisa afilada poniendo su mano sobre mi hombro.
-Ya lo tengo cubierto-dice volteando su cabeza hacia el campo donde está el equipo entrenando.
A lo lejos veo a las porristas hacer sus piruetas y en frente de ellas las está liderando Lori Smith. Luce radiante y no soy la única que lo nota. Los chicos que deambulan por ahí igual se percatan de ello.
-Ese de ahí-me señala Cole a donde el equipo practica-, el que se encuentra a lado del entrenador, el que no lleva casco.
Achico los ojos guiándome con su dedo hasta toparme con un chico alto y algo escuálido. Aunque a decir verdad, el uniforme le sienta tan bien a como Cole. Es de rubio castaño, hasta ahí es donde mi vista periférica puede llegar.
-Su nombre es Sam, acaba de transferirse a tercero, deben de compartir clases juntos- agrega quitando su mano de mi hombro para tirarle una mejor vista-Es el hijo menor del entrenador, pero como verás no heredó los dotes de su padre.
Y es verdad, el chico se queda plantado a lado del entrenador Shepley, contemplando con nerviosismo a los demás jugadores mientras se pasan el balón y se restriegan en el pasto. Pobre.
-¿Y por qué él?-Mis ojos van hacia Cole, que parece bastante confiado en su elección.
-Porque estuve hablando con él y más o menos cuando hablo con otros tomamos temas como chicas, el equipo... y chicas. Ya sabes, lo normal-le lanzo una mirada colérica antes de decirme a mí misma que me concentre-Y él solo me habló del tema que estaba estudiando y entonces pensé...¿Qué mejor pareja que un nerd con una nerd?
