Capitulo 3

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-Nada. Justin; Una clienta que quiere volver a entrar -Martin quería demostrar que tenía la situación bajo control-, y le estaba explicando las normas.

« ¿Justin trabaja aquí? ¿Por qué no me ha echado antes? Sabe quién soy...», pensó ___.

Antes de que el guardia pudiera dar su versión de los hechos, ella disparó la suya.

-Mis amigos tenían que irse, y yo quería quedarme un rato más.

-No sabía que, una vez fuera, no podría volver a entrar -explicó como una metralleta dedicándole una sonrisa persuasiva a Justin-. ¿No podríais hacer una excepción por esta vez?

Él negó con la cabeza, impasible.

-Lo siento, Princesa. Además, éste tampoco es tu ambiente. Será mejor que te vayas a otro sitia más de tu estilo.

Aquel tono la molestó. No soportaba a los hombres condescendientes; par muy buenos que estuvieran. Antes de que pudiera replicar, otra voz de acento hispano interrumpió la conversación.

-Dejadla entrar.

___y los dos hombres se volvieron hacia el que acababa de aparecer en el vestíbulo.

-Lo que usted diga, señor Gutiérrez -exclamó Martin bajando el brazo para dejar pasar a ___.

A punto estuvo el portero de dedicarle una reverencia al recién llegado.

«Carlos Gutiérrez, el director del Club 69», se dijo

___, que recordaba el informe que había preparado su equipo de documentación. Antes de que Justin intentara hacer cambiar de opinión a Gutiérrez, ella entró en el local.

El tipo era algo más alto que___; debía de medir un metro setenta y cinco, más o menos. Vestía un traje pachuco de color gris verdoso; un estilo de traje originario de El Paso, y que luego llegó a Harlem, donde se convirtió en símbolo de masculinidad y poder entre los chicanos. El traje de Gutiérrez, de cintura alta, pernera ancha y chaqueta larga -carlango, la llamaban ellos- con enormes solapas, parecía hecho a medida.

___le dedicó una sonrisa.

-Gracias por su ayuda, señor... ¿Gutiérrez? -miró al portero y al director del club, como buscando confirmación de que había acertado.

El hombre le tendió la mano.

-Carlos Gutiérrez, para servirla, linda señorita -al estrechar la mano de ___, se inclinó levemente, ofreciéndole un primer plano de su cabello negro engominado.

-Gracias. Me llamo... Lee -Hizo una pausa, esperando a ver si Justin la corregía, pero no dijo nada.

«No va a delatarme. ¿Por qué?», se preguntó.

-Debo regresar a la sala --dijo Gutiérrez soltándole la mano-, esta noche soy el maestro de ceremonias. Después del espectáculo podríamos tomar una copa juntos...

-Me encantaría -mintió ella con una sonrisa.

-Justin, cuida de Lee por mí, por favor -Gutiérrez se dirigió a su empleado sin molestarse en volver la cabeza; estaba demasiado ocupado desnudando a __-con la mirada-. Luego vendré a por usted -le dijo a ella. Y sin esperar respuesta, se alejó hacia un grupo de hombres que charlaban en el otro extremo del vestíbulo, que se iba llenando de socios que salían de la sala.

«El espectáculo de Katya debe de haber terminado ya», pensó ___ al tiempo que avanzaba unos pasos.

-No necesito un canguro -le dijo a Justin-, puedo volver a mi cabina yo sola.

Bad Boy ➳ j.bWhere stories live. Discover now