Introducción

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Después de que Jackson Whittemore dejará Beacon Hills junto con sus padres adoptivos, no se llegó a saber nada de él. Como termino siendo su vida ahora como un lobo adolescente o mejor dicho por Lydia: "Un hombre lobo americano en Londres".

Eso sí, pudo haber pasado por mucho. Pero nadie lo sabe.

Si Beacon Hills era el lugar de lo sobre natural y extraño, donde cada minuto podía estar ocurriendo algo fuera del alcance de las personas normales. Londres era conocido por ser tan frío como la mismísima reina y por tener bastantes lugares a los cuales desplazarse e increíbles bosques en los que se podían llegar extraviar las personas.

Aun así, él era un hombre lobo. Ahora poseía lo que siempre había deseado desde que notó el gran cambio que había tenido McCall en lacrosse. Aun así, sabía que tenía problemas. Bastantes.

Cuando había logrado convertirse en un verdadero hombre lobo y dejar de ser aquella cosa llamada Kanima, y que por sorpresa había llegado a controlarse cuando ocurrió. Derek lo había, prácticamente, arrastrado con él hasta la casa hecho pedazos de los Hale.

El hombre había asegurado que lo ayudaría con la cuestión de su transformación. Porque si, él había deseado aquella maldición e iba a tener que aprender a soportar los primeros cambios y problemas. Lydia había pedido a Derek que la dejara estar allí para apoyarle y ayudarle, según había entendido, quería hacer todo lo posible para que él se encontrará bien.

Pero Derek se lo negó. Podrían verse pero cuando pisará el bosque y fuera hasta allí, debía de estar solo.

McCall y Hale (Y Peter que para su sorpresa estaba vivo) le dieron consejos, varios e incluso lo amarraron en una bodega cuando pasó su transformación. Algo para nada lindo porque lo único que recuerda es haber despertado como si hubiera tenido la peor noche de fiesta de la historia y le hubieran puesto algo en su bebida; porque había despertado con un moretón en su mejilla que estaba volviendo a la normalidad.

Las cosas con Lydia habían mejorado. Hablaban y ahora comprendían más la situación que tenían, él sentía algo muy profundo por la pelirroja y ella no dejaba de decirle cuanto lo amaba. Salían, estaban en su casa, aprovechaban parte de las vacaciones. O eso fue hasta que el señor Whittemore dio la noticia de que dejarían  Beacon Hills y se irían a Londres.

Su reacción; Estaba bastante confundido.

Entonces Lydia tuvo que irse para que él pudiera hablar con ambos 'padres' y supiera la razón.

—Están sucediendo cosas extrañas y con lo que te pasó querido... es mejor irnos de aquí.

Bueno, en parte tenía razón. Que le hubieran dicho que su hijo había muerto y luego este apareciera vivo como si nada, claro, asusta a cualquiera. Aún si se hubiera negado, igual se lo llevarían.

Hablo con Lydia, termino peor de lo que pensó pero aceptaron el hecho que ya no estarían juntos y sería una pérdida de tiempo "esperar". Eran ellos, se conocían. Y ahora lo entendía. Lydia siempre olía a sexo y no por qué lo hicieran, solo que era algo que ya venía en ella; Desprendía la lujuria y era claro que él tampoco se quedaba atrás con el hecho de querer tener relaciones. En términos, eran ninfómanos, adictos al sexo. Aunque ambos buscaban cosas diferentes.

La relación no duraría ni una semana cuándo comenzarán las clases en respectivas escuelas o mucho peor, antes. Se iban a ahorrar las llamadas, los correos o lo que fuera que tuviera que ver con gritos y lloriqueos solo porque uno, otro o ambos se metieran con alguien más. Aun así, esperaban mantenerse en contacto.

Hablo con Derek y precisamente ese día estaba Scott allí. Parecía algo decaído y se sentía, deprimido y supo que se trataba de Allison. Se saludaron y solo le informó al alfa sobre el poco tiempo que les quedaba. Derek frunció el ceño claramente, a veces creía que esa era su expresión de siempre. Le explicó lo fundamental que debía saber.

Los betas necesitaban de un alfa, pero era claro que él estando en otro lugar no tendría manera de tener un alfa por lo que pasaría a ser un omega. Y lo odio, porque los omega eran débiles. Seguían siendo lobos y teniendo sus características pero debía de tener cuidado si había alguna manada a donde fuera. Porque era un blanco fácil y le harían pedazos.

—Así que te doy estás opciones. O te quedas siendo un omega y le pides a tú padre que te de guardaespaldas aunque igual no servirá de nada. O buscas a una manada y ruegas que te dejen entrar en ella.

No le gusto ninguna de las dos.

—O solo, forma tu propia manada y se el alfa —Susurró Peter Hale y Derek lo miro de mala forma. Aunque luego lo acepto, era lo mejor que podría hacer.

—... Formar mi manada y ser el alfa.

Ser el alfa. Ser el alfa. Ser el líder, el capitán. No sonaba para nada mal.

—Así que escucha todo lo que pueda decirte en este poco tiempo que nos queda, ¿entendido? Porque ahora estarás solo y lo que hagas allí, será tú problema.

Ante eso, lo hicieron. Mientras entrenaba y evitaba transformarse como si nada, porque sacaban lo peor de su temperamento, Derek le explicaba lo que podría hacer y lo que no. Isaac, se pasaba de vez en cuando por allí para ayudar, aun cuando lo amenazó. Peter los acompañaba, apareciendo de la nada y lo jalaba consigo para hablar y entendiera algunas cosas.

Le fecha había llegado lo más rápido posible y empacaron todo para irse. Se despidió solamente de los Hale, de Isaac, de Danny... su mejor amigo y por último de Lydia. Lloraron juntos, más ella que él. Se dieron un último beso y ella le rogó quedarse, por ella. Pero no pudo, la dejo allí y corrió hasta el auto para partir de ahí al aeropuerto con los señores Whittemore.

Solo esperaba una cosa y era poder controlarse y dar a conocer sus mejoras, porque claro, sería el capitán de cualquier equipo.

Aunque... "Un hombre lobo americano en Londres", sería un desastre.

American Werewolf in LondonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora