Capítulo 3: Arduas pruebas...

112 29 12
                                    

"El lujo es una necesidad que empieza cuando acaba la necesidad"

Coco Chanel.

------

—Ya te puedes retirar, si deseas.

Sólo me dió el tiempo exacto para retirarme de aquel sitio, al cual tanto añoraba pertenecer. Sentía una inmensa necesidad de estar ahí, y demostrar que era capaz de hacer cualquier cosa. No sólo sería magnífico probar mis aptitudes, sino demostrarle a todos aquellos que no creyeron en mí, que logré superar todos los obstáculos que se interpusieron en mi camino.

Después de aquel ultimátum de Miranda, me fui directamente a mi departamento, necesitaba procesar todo lo que había sucedido.

Reflexioné, y fué muy estúpido de mi parte pensar que no podía ser suficiente para el puesto de trabajo o para atravesar las pruebas que me pondrían. ¿Si es algo que tanto necesito por qué me rendiría? ¡No!

No podía dudar ni un segundo más.

Una de las cosas que definitivamente no tuve duda en hacer fue llamar a Rachel. Fué un poco agridulce de mi parte realizar aquello; tenía que renunciar al trabajo. Gracias a Dios, ella comprendió mi situación. Y claro, como toda buena amiga me brindó su apoyo y me dió mucho ánimo. Por otra parte también me advirtió que si las cosas no salían bien, siempre tendría un lugar en Rachel's.

***

6:45 am.

Me removí en el incómodo sofá que tenía en mi sala. No tenía ni la más mínima idea por qué me dormí acá y menos sabía la razón por la cual mi espalda me dolía tanto.

Soné mi cuello, empujando mi nuca a la izquierda y luego a la derecha, para así aliviar un poco la incómoda sensación.

Tengo el pequeño presentimiento de que hoy será un día muy ajetreado. Mi cerebro no me deja en paz, haciendo énfasis en la misión que tenía que cumplir el día de hoy.

Intuyo que desde que dejé mi hogar—a mi pesar—, mis padres no han dejado de pensar en mí. Sé que no pude otorgarles lo que ellos querían, nunca fue mi intención alejarlos. Quise que estuvieran orgullosos de mi, que fueran felices. Todo hijo desea eso para sus padres, ¿no?

¿Pero dónde queda mi felicidad?

Estamos tan acostumbrados a complacer a los demás, a saciar esa necesidad de ser suficiente.

Lo que nunca me di cuenta es que no tengo que probarle nada a nadie. Sí, yo soy suficiente, y mucho más. Si pongo mi felicidad y mi bienestar primero—aunque suene egoísta—, puedo contagiar aquel sentimiento que tantos buscan.

Debería dejar de indagar tanto en mis pensamientos

Tengo que elegir el atuendo perfecto para hoy.

Tenía pensado algo más conservador. ¿Quizás un vestido? Sería perfecto

¿Y si en realidad quiero optar por algo conservador? Sólo bromeaba, yo soy todo menos eso.

Indagué entre los pocos vestidos que guardaba, y encontré el indicado. Un Carolina Herrera, el cual adquirí hace un par de meses. ¿En dónde? En una ganga, a 266$.

Ni se les ocurra pensar que gastaría miles en un simple vestido. Me tomaría cinco sueldos poder comprar uno. Aunque la primera vez que lo vi, sabía que era mío. Es de un elegante color negro, con pequeños encajes de color dorado. Me quedaba a la perfección. Me hacía ver más ¿seria?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 07, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Lia: Problemas de una chica neoyorquina [EDITANDO] Where stories live. Discover now