Capítulo III. Reunión.

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Capítulo III - Editado✔️

-¡Felicidades, cariño!.-Sus brazos se envolvieron a mi alrededor y me alzó al aire, reí fuertemente  ya que sabía quien era, una vez nuevamente en el suelo me giré hacia él y le sonreí.-Aquí está tu premio.-Fruncí el ceño con confusión mientras miraba la cantidad de dinero en sus manos.

-Pero yo no aposté.-Lo miré con extrañeza y solté una sonrisa por reflejo.

-Tú no, pero él, sí.-Me giré hacia donde Matt señalaba y miré al tatuado con confusión, él estaba hablando con los gemelos y Keith.

Tomé los billetes de la mano de mi amigo y luego de respirar profundamente me acerque a ellos, los cuatro hicieron silencio cuando me vieron llegar.-Esto es tuyo.-Estiré mi mano con el dinero hacia él, bajo la mirada a mi mano y luego la devolvió a mis ojos.

-Tú corriste, es tú dinero.-Se cruzo de brazos, con esa posición se veía aún más grande, negué con mi cabeza y cuando iba a responder se empezaron a oír pero en ese momento se oyeron unas estruendosas bocinas acercándose. 

-¡La policía!.-Gritó alguien cerca de nosotros pero no distinguí quién era, todas las personas a mi alrededor empezaron a correr hacia sus autos.

El tatuado tomó mi brazo y me hizo correr hacia su auto a unos metros de nosotros, me monté en el asiento del acompañante rápidamente, cuando el se montó no tardó nada en acelerar a fondo para sacarnos de ahí. Rápidamente desapareció la autopista abandonada, el panorama empezó a cambiar y pude observar las luces de la ciudad.

Al no escucharse más las patrullas, él bajo la velocidad aunque no tanto como para seguir las leyes de tránsito, sonreí levemente sintiendo mi corazón tranquilizarse poco a poco.

-¿Dónde vives?.-Preguntó con la vista fija en la carretera pero ya me había dado cuenta que me miraba de reojo cada cierto tiempo.

-Sigue derecho hasta la cuarta entrada y pasa a la zona residencial.-Murmuré rápidamente señalando el camino.

-¿Por qué fuiste a las carreras?-Fruncí el ceño por el repentino cambio de tema, yo tampoco sabia muy bien el porqué había aceptado ir a último momento.

-No lo sé, los chicos siempre van y quise ver por mí misma de que hablaban tanto.-Hice una pequeña mueca  mientras me encogía de hombro y mire por la ventanilla.

-¿Por qué competiste entonces?-Me miro de reojo, volví a arrugar el entrecejo, si seguía así me saldrían arrugas.

-No quería hacerlo, fue una decisión de minutos, de hecho todo lo hizo Danna, convenció a Keith y él a ti.-Me encogí de hombros restandole importancia.

-Jodido Keith, hace todo lo que  la pelirroja dice.-Bufo.-"¡Ay Keith!, no me gusta tu departamento, ¿por qué no lo remodelas?"-Él trato de imitar la voz algo aguda de Danna, un intento pésimo cabe destacar.

-Es mi amiga.-Le recordé mientras lo miraba con cierto enojo pero al final no pude evitar reír porque justo así era ella.

-Odio a tu amiga.-Respondió en un tono cortante y yo fruncí el ceño, otra vez, confundida por el cambio de humor.

Me quede callada el resto del viaje, él se había enojado y por mi experiencia personal sabía que cuando los hombres se enojaban podían pasar muchas cosas malas.

Iba distraída mirando la calle, esta vez se veían hermosas casas con grandes patios, salí de mis pensamientos cuándo ví el característico porton blanco de mi residencia.

-Es ahí.- Le avisé, el giró hacia el portón y le pedí que frenara.- Aquí está bien, puedo caminar lo que falta.- Abrí la puerta del auto y antes de salir le agradecí.

The Boy Tattoos. [En Edición]Where stories live. Discover now