Capítulo II. Novata.

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-Y ellos son los gemelos Mike y Michael.- Esta vez fue Victoria quien habló señalando dos chicos prácticamente idénticos.

-Yo soy Mickaela.-Sonreí presentándome con cierto nerviosismo, eran tres hombres de gran contestura y mucho más altos que yo, no pude evitar sentir cierto miedo hacia ellos.

-Micka correrá, pero necesita un coche.-Intervino Holly dejando en claro el hecho por el cual me había traído hasta aquí, Danna sonrío con emoción y sin dudarlo se acercó a su novio para hacerle un pequeño mojín.

-¿Le puedes decir?-Él la miró seriamente, para luego darle un casto beso en los labios.

-Lo que hago por ti.-Murmuró en una queja pero de todos modos sacó su teléfono y se alejó un poco del grupo.

-¿A quién llama?. -Pregunté con cierta curiosidad.

-A nuestro jefe, cuando venga no lo hagan enojar.-Advirtió Michael, aprendí a diferenciarlos ya que Mike tiene un tatuaje tribal en su cuello. Tragué saliva ante la advertencia del gemelo, ellos respetan a ese hombre y cada uno mide como un metro noventa, ¿qué quedará para mí?.

-Eres muy bonita.-Dijo Mike agaché la cabeza con vergüenza y mis mejillas ardieron.- Aww, se ve adorable.-Hizo una cara rara, se me hacia extraño que un chico vestido de negro, con un brazo totalmente tatuado y porte de sicario actuara tan inmaduro, pero viéndolo bien, no estaba mal

Solté una risa, por la actitud del gemelo, es bastante simpático y me ha hecho reír bastante en la última hora.

-¿Dónde está ?.-Una nueva voz se escuchó cerca de nosotros, todos los del grupo quedaron en silencio absoluto, no pude evitar girar ver a el dueño de aquella voz. Mi vista se quedó en un chico alto, de facciones bastantes fuertes y masculinas, unos ojos grises pero con pequeños puntos azules, y de cabello castaño claro.

La camiseta blanca que llevaba se ajustaba a su torso, se nota que hace ejercicio, visualice un aro en su labio inferior junto con algunos tatuajes en su cuello y manos. Él no me había visto, los chicos eran más altos que yo y tapaban su visión, algo que agradecía, ese chico imponía miedo.

-Es nueva en esto, es su primera vez aquí.-Le hablo Keith para explicarle la situación.

-Dije que quiero verla, Keith.-Hablo en un tono de voz calmado pero claramente se notaba su enojo, me encogí en mi lugar deseando volver a casa aunque en verdad no sabía que lugar era peor.

Los chicos se movieron quitándome así la seguridad que sentía por su presencia, aquel hombre caminó confiado hacia mí y se detuvo a un par de pasos de distancia, me miró de pies a cabeza y una sonrisa tiró del lado izquierdo de sus labios, esa sonrisa cargada de confianza me hizo sentir aún más pequeña

Él dió unos pasos más cerca de mí y yo agache la cabeza ciertamente intimidada, al estar justo frente a mí puso una de sus manos en mi barbilla y la alzo, mi corazón empezó a bombear más rápido, mis sentidos se pusieron en alerta y me respiración se entrecortó.

Me aleje inmediatamente de él, no quería tener un ataque de pánico allí, menos frente a ellos.

El tatuado me miró confundido, pero su voz no se hizo esperar.-Te daré mi auto, pero no quiero ni un rasguño.-Advirtió, antes de lanzar las llaves en mi dirección y por gracia divina pude agarrarlas en el aire y no quedar como una tonta.

-Una nueva carrera está por comenzar, corredores acérquense a la linea de salida.- El anuncio se escuchó por los parlantes distribuidos en el lugar.

-Esa es tu carrera, yo te llevaré a que veas el auto.-Me hablo Mike y yo asentí siguiéndolo de forma inmediata.-Es un Audi R8, es automático y no será tan difícil conducirlo.-Me explicó quitandole el seguro y abriendo la puerta del piloto, estaba tan nerviosa que no pude decirle que ya sabía que auto era.

Me monté en el auto y puse las llaves en el contacto, el auto rugió cobrando vida y un cosquilleo se acumulo en mis dedos.

-¿Es normal que sienta que moriré?-Él soltó una carcajada por mi tonta pregunta.

-Es lo que todos pensamos la primera vez.- Me miró con una sonrisa divertida.- Aquí no siguen mucho las reglas, alejate de los bordes y que no te acorralen. -Me aconsejó, asentí rápidamente repitiendo su consejo en mi mente. -Suerte Micka.- Cerró la puerta del deportivo y yo arranqué hasta la línea de salida, la cual sería la misma de llegada.

Había nueve autos contando en el que yo me encontraba, una chica se paró  en medio de los autos con sus dedos hizo un uno, dos y tres, para luego escucharse un disparo al aire, si bien sentí miedo por el sonido pude ver la estela roja que ascendía así que en realidad era una bengala.

Acelere a fondo concentrándome en la carrera, me encontraba de cuarta, un cosquilleo empezó a recorrer mi cuerpo ante la velocidad a la que iba, la adrenalina empezó a florecer en mi sistema haciéndome sentir poderosa. En ese momento me olvidé de Marshall, de los golpes, los abusos y las responsabilidades que no debería cargar una chica de mi edad.

El auto frente a mí no me dejaba pasar, así que presione el botón rojo que ví al lado de la palanca de cambio, el auto aumentó aún más su velocidad, pasé con facilidad  a dos de los autos frente a mí haciéndome sentir libre.

Mis problemas se esfumaron, mi mente quedo en blanco,sin problemas, sin responsabilidades, solo era yo, una chica normal de diecinueve años y un auto frente a mi que se interponía  entre la meta y yo.

Por primera vez en años me sentí libre, la adrenalina en mis venas me hizo olvidarme de los problemas, algo que solo lograba con la navaja y en ese segundo lo decidí, ganaría esa carrera costara lo que me costara.

Faltaban pocos metros, divisaba el gran grupo de gente esperando a ver quien ganaba, el auto enfrente se abrió y me dió la gran oportunidad de rebasarlo, a los pocos minutos llegue a la meta, frene y por la velocidad a la que iba los neumáticos rechinaron y estaba casi segura de que había dejado marca en el pavimento.

Estacione el auto y sonreí mientras soltaba un pequeño grito de alegría, había ganad, lo había logrado.

Quite las llaves del contacto y me baje del auto, muchas personas se pusieron a mi alrededor para felicitarme a lo que yo solo sonreí en agradecimiento. Derrepente se empezó a crear un camino a cada paso que el dueño del auto con él que había ganado  daba, las personas se alejaban casi con medio de él, ahora estaba sin chaqueta dejando ver sus brazos totalmente tatuados.

Le lancé las llaves de su auto y él sonrió de medio lado al agarrarlas para luego guiñarme el ojo izquierdo.

-Felicidades novata.-

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Holly en multimedia

¡Aquí está el segundo capítulo!, espero que les guste, ya apareció nuestro chico tatuado así que espero recibir mucho amor en sus votos y comentarios

Sin nada más que decir, ¡nos vemos en un próximo capítulo!.

The Boy Tattoos. [En Edición]Where stories live. Discover now