-Streaper y prostituta, ¿no la pudiste escoger mejor? – marcó un número en el teléfono de la oficina, un ring después contestaron –Thomas ven a mi despacho.- cuando estuvo frente a él le mostró la revista en el artículo, el hombre palideció y abrió los ojos como platos.

-¿Qué significa esto??Conoces a esta mujer? – inquirió nervioso, Andrew comenzó a preocuparse.

-Es la nueva amante de mi prima, la vi en la mansión hace unos días y ahora esto. Un escándalo así es lo que necesito.- respondió con una sonrisa, Thomas lo miró con la boca abierta y sudando.

-¡No, no! Andrew, esto es malo, estamos jodidos.- exclamó desesperado -¡Es ella!!Es Ava Brenner, la contadora que firmó los papeles, la que despidió! Si es su amante significa que trabaja con ella.- fue el turno de Andrew de paliceder.

-¿Estás seguro de lo que dices?

-Seguro. Es ella.

-Tengo que pensar sobre esto. No puedo creer que esa zorra se esté acostando con ella para sacarle información. Tampoco es que ella tuviese acceso a otros documentos de Amanda no pueda conseguir. No entiendo a que juega, pero si me acaba de entregar a su propio cabeza en bandeja de plata.- dijo Andrew satisfecho consigo mismo, si podía quitárselo del medio y humillarla en el proceso, iba a disfrutarlo –Convoca una sesión plena del board en la mañana. Nuestra CIO tendrá que explicar por qué se revuelca con la responsable de un robo millonario en su propia empresa.

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Ava estaba en una esquina del sofá escuchando la conversación a su alrededor, sin poder distraerme y bastante nerviosa. Sebástian estaba dormido y cargaba con el monitor a todos lados por precaución. Amanda, Nath y Valeria discut'ian sobre negocios, tan pronto de joyería como de arquitectura y los progresos de cada empresa familiar. Solo Andrea, la esposa de Nathaniel parecía tan distraída y aburrida como ella. Era profesora de universidad y no se mezclaba mucho en esos asuntos.

Desde su llegada a la mansión Andrea fue un apoyo, casi todos los días pasaba a conversar y si no llamaba por teléfono, lo mismo Valeria aunque un poco menos por sus múltiples ocupaciones y agradecía a ambas por eso. Eran su único apoyo, aparte de Amanda, y a las que de alguna manera podía considerar amigas. Mientras que la propia Ava apenas superaba la humillación de las fotos y el artículo que publicaron, ninguno de ellos la trataba de manera diferente. Su apoyo era incondicional y Ava se sentía abrumada muchas veces.

-Ava, acompáñame a buscar una margarita antes de que muera por aburrimiento.- de pronto Andrea estaba frente a ella y ni se había percatado –Cuando estos se reúnen es imposible, vamos.- Ava esbozó una sonrisa insegura cuando tres pares de ojos se giraron para mirarla, ya estaba lo suficiente nerviosa. Amanda le sonrió tranquila, Andrea tenía razón y sin querer la habían excluído.

-Lo siento.- se disculpó sincera –Me dejé llevar por la conversación. Si quieres ir no hay problema, de todas formas mi padre debe estar por llegar.- recordó Amanda y los nervios de Ava se intensificaron. Andrea rodó los ojos con el poco tacto de la mujer.

-Está bien.- aceptó Ava porque hasta ella necesitaba una margarita.

Ya en el salón de los juegos donde estaba el bar, Andrea sirvió dos copas y se sentaron a beber en silencio. Sin poder evitarlo las mejillas de Ava enrojecieron con los recuerdos del beso compartido en el mismo sofá donde estaba sentada. Por suerte para ella Andrea no tenía el poder de leer el pensamiento.

-¿Estás bien? – fue la pregunta de la mujer que rompió el silencio. Bien era un término relativo cuando se trataba de su vida donde las cosas sucedían sin una definición.

-Estoy.- fue todo lo que pudo responder –Supongo que ya sabes la noticia.

-Nath no se pudo contener, no podía creerlo.

-Somos dos.

-¿Quieres decir que aceptarás la propuesta de Amanda? – preguntó y ante al silencio agregó –Creo que deberías hacerlo.- Ava la miró sorprendida.

-Es una locura, todo esto lo es. Amanda no está pensando con claridad ni en las consecuencias. Mi vida entera es un problema que afecta la suya directamente.

-Amanda es una adulta que toma sus decisiones.

-Decisiones equivocadas.

-Puede ser pero es su elección.

-Y la mía también no aceptarlo. Ella se siente de alguna manera responsable por despedirme y porque Sebástian no tenga que dormir en habitaciones de motel. Y no tiene por qué.

-Olvidas algo.- intervino su amiga –La atracción entre ustedes que cada vez es más evidente. La forma en que te mira y cuida de ti es diferente como te protege, a ti, no solo al bebé.

-La atracción no justifica arriesgarse tanto.- rebatió Ava compartiendo sus inseguridades –Ya viste lo que salió en esa revista y lo que no saben sobre la empresa. No lo vale.

-Una simple atracción no, no lo vale.- Andrea le dio la razón –Pero quizás algo más profundo sí.- comentó casualmente.

En eso Andrea podía tener razón. Lo que había entre ellas no era simple atracción. La química intensa existía pero algo más se manifestaba bajo la superficie. No solo por la respuesta física de su cuerpo, sino por la calidez y la seguridad que un simple abrazo o gesto de Amanda –como despertar juntas- le transmitía. Ava definitivamente nunca sintió algo parecido y tenía la sospecha de que su corazón se estaba lanzando a una carrera por la meta a juzgar por como latía en ese momento. ¿Sería posible que Amanda sintiera algo de verdad por ella? La posibilidad la maravillaba y la aterraba por igual, soñar siempre había sido peligroso en su vida.

-Profundo.- repitió ausente. La palabra tenía sentido, sus sentimientos por Amanda definitivamente tenían corrientes profundas, más de lo que quería admitir –Dios.- dejó salir el aliento despacio en un murmullo –Ni siquiera en la adolescencia sentí algo tan...ella transforma el mundo.- "Su mundo al menos." Sonrió enterrando el rostro entre las manos sonrojada –Parezco una adolescente con su primer enamoramiento.- se burló de si misma, Andrea la miraba con una sonrisa sincera.

A todos les preocupaba el comportamiento impulsivo de Amanda cuando de Ava se trataba, sobre todo porque no tenían idea de los motivos de la joven para aceptar los cambios a los que Amanda sometía su vida. El máximo desconcierto fue la propuesta de compromiso. Andrea supuso que era una de las bromas de su esposo hasta que Valeria se lo confirmó y casi se ahoga con el café que bebía en ese momento. Por supuesto que Ava lo aceptaría, dadas las condiciones que estaba su vida y la posibilidad de perder a su sobrino. Andrea nunca la juzgaría por tomar esa decisión, ella era madre y como Ava, estaba dispuesta por sus hijos a eso y más.

Pero también estaba Amanda, quien por alguna razón desconocida sufría alguna clase de embeleso por Ava, que independiente de ser muy hermosa, tenía una mezcla de inocencia y vulnerabilidad que la hacía parecer una muñeca rota. Lo cual explicaba cada decisión que Amanda tomaba en beneficio de Ava, guiada por el deseo de protegerla, sin pensar en lo perjudicial que podía ser para ella. Ayudaba saber que la otra joven estaba tan distraída y hechizada como Amanda. Si Andrea pudiese poner un nombre a la situación, sin duda alguna era lo más parecido al amor a primera vista, eso sí que era profundo. "A lo Romeo y Julieta."

-Creo que puedo decir sin temor a equivocarme, que no estás sola en eso. Amanda está irreconocible, pensé que deberías saberlo.- era normal que Ava tuviese sus dudas, pero no que se dejara dominar por ellas –Confía un poco más en lo que tienen, algo así vale la pena. Si Amanda ha tomado la decisión de enfrentar lo que viene en un compromiso contigo, es un increíble paso en su vida. Y queda por ti también decidir si estarás a su lado, porque no será nada sencillo.

-Lo haré, por supuesto que lo haré.- fue la respuesta seria, sin dudas. Aún si entre ellas los sentimientos resultaban ser pasajeros, Ava estaría hasta el final. Le debía demasiado a Amanda.

-Entonces estarán bien.- le aseguró Andrea y las palabras suavizaron un poco los nervios de Ava, por 5 segundos...se escuchó un ruido en la puerta y voces nuevas. La cena familiar estaba a punto de comenzar.

Deep Blue Sea (Amanda & Ava)Where stories live. Discover now