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A la mañana siguiente me desperté porque la alarma de mi celular no paraba de sonar, gruñí, odiaba levantarme en las mañanas. apagué la alarma y vi la hora; 9:30am.

Me levanté con pesadez y me estiré, me bañé y me puse una camisa negra que decia Anti-you en blanco, un jean y unas gomas, até mi cabello en una cola de caballo y bajé.

Mi mamá dijo que hoy iríamos a comprar las cosas del colegio, ugh. Que fastidio.

Desayuné junto a mi madre, ya que mi padre había ido a trabajar, cuando terminamos Mi mamá llamó un taxi y nos dirigimos al centro comercial.

Recorrimos casi todo el centro comercial comprando las cosas para la porquería que hacen llamar colegio. Almorzamos allí mismo y luego por fin nos fuimos a la casa.

Llegamos a eso de las 3:00pm, lo primero que hice fue ponerme ropa cómoda. Y con ropa comoda me refiero a una camisa muy holgada y larga, un short y pantuflas.

—Mamá —hablé bajando la última escalera. Ayer no me dijiste que te dijeron en el colegio.

—Ehhh, si. Sobre eso —Titubeo dudosa. Te tengo una mala noticia.

—¿Qué? —pregunté sentandome en el sofá y ella se sentó a mi lado.

—Bueno, hija... Es que... Vas a tener que repetir 3er año

—¿QUÉ? ¿POR QUÉ? —grité alterada.

—Es que mira, como venimos de otro país algunos de tus papeles del colegio se perdieron en la mudanza... Le intenté explicar todo a la directora, pero no teníamos opción más que hacerte repetir un año...

—¡NO, MAMÁ! ¿Por qué no buscas cupo en otro colegio donde no me hagan repetir?

—Eso quisiera, Liz pero ya es muy tarde... Las clases empiezan la semana que viene y a estas alturas ya no hay cupo en ningún lugar. —hizo una pausa.

¡Vamos hija, no es tan malo... Animate! Además, no estarás sola, te inscribí en la misma sección que Dylan, así por lo menos tienes un amigo —dijo emocionada.

No, no, no y NO. No quiero otro año más de tortura, ¡Agh! ¡Se supone que solo me faltaban 2 años para graduarme, que injusticia!

¿Por qué diablos tengo que repetir? Parece que la vida me odia.
¡Y por si fuera poco, me tocará estudiar con el imbécil de Dylan! Definitivamente no me puede ir peor, La suerte y yo no somos amigas.

La semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, ya era lunes otra vez, lo que significaba que era el primer día de clases
¡Agh! Como odio el primer día de clases, levantarme temprano, aguantar las miradas curiosas de los estúpidos del salón, tener que presentarme frente a toda la clase, sí. Definitivamente el primer día de clases era un asco, mucho más cuando eres nueva.

Me estaba alistando para ir al colegio, me bañe muy rápido y cuando salí me puse el uniforme, no entiendo porque las escuelas aquí tienen uniformes... ¡¿Ni siquiera nos dejan ir con la ropa que nos de la gana?! El colegio es como la cárcel, solo que con otro nombre.

Cuando ya estaba vestida me maquillé natural, y me peine dejando mi cabello suelto.
Agarré el bolso que había comprado la semana pasada y metí todos los cuadernos, dinero, mi teléfono, los audífonos y la cartuchera... Ya saben, todo lo necesario.

Bajé con mi mochila en el hombro y saludé a mis padres.

Me comí una manzana y me despedí de mi mamá ya que mi papá me dejaría en el colegio de camino al trabajo.

El camino fue corto, cuando mi padre paró el carro y dijo "Aquí es" los nervios se empezaron a apoderar de mi, me bajé del carro después de despedirme de mi papá y respiré hondo. Odiaba los primeros días de clases, odiaba ser nueva ¿ya se los había dicho?

Cuando entre al colegio lo primero que vi fue una multitud de alumnos revoltosos caminando de allá para acá y conversando alegremente. ¿Por qué estaban tan alegres si están en el colegio?

¡Ugh! Ver tanta gente me mareaba, prefería estar en un lugar alejado de tantas personas.

Me senté en una banca y empecé a jugar con mis dedos en señal de nerviosismo.

Tocaron el timbre y yo decidí ir rápidamente a dirección para saber cual era mi salón, ya que no tenia la menor idea.

Toqué y asome mi cabeza por la puerta mientras pronunciaba un "Buenos días" muy poco audible a decir verdad... Estaba tan nerviosa que casi no podía hablar.

—Pase, ¿que necesita? —Dijo la directora.

—Ehmm, si —dije y pasé a la direccion. Solo quería saber en donde estaba el salón de 3er año A. Es que soy nueva —dije amablemente.

—¿Cual es tu nombre? —preguntó.

—Elizabeth... Elizabeth Williams.

—¡Ah, si! —dijo y sonrió. La que viene de los Ángeles —dijo y yo asentí. Mira, yo te llevaré a tu salón. Sigueme —dijo y se levantó de su silla. Y yo la seguí.

Subimos unas escaleras y llegamos a una puerta marrón, la directora tocó 2 veces y abrieron, al parecer, no había profesor... Porque quien nos abrió la puerta fue nada más y nada menos que Dylan Eduardo Perez Reyes, el rey de los imbéciles.

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Disculpen mi desaparición, pero ya volví y subiré capítulos más seguido... Voten y comenten♥

Mi Vecino© Dylan Perez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora