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A la mañana siguiente me levanté, hice mi rutina de todas las mañanas y baje.

—Hija, en el microondas tienes el desayuno —dijo mi mamá, quien se encontraba comiendo.

Saqué el desayuno del microondas, me senté y empecé a comer.

—Liz, mañana irás con tu mamá a comprar las cosas para tu nuevo colegio —dijo mi padre.

—Bueno —dije. ¿Donde voy a estudiar?

—Aún no sabemos —dijo mi padre mientras tomaba café.

—Jona me recomendó el colegio en donde estudian sus hijos. Se llama... —hizo una pausa tratando de recordar el nombre... Santa Ángela.

—Bueno, deberíamos ir a averiguar —le dijo mi padre.

—Sí, Jona y Carlos me dijeron que nos podían acompañar, a las 12:00pm.

Yo seguí comiendo y ellos se pararon, lavaron sus platos y se fueron a arreglar para ir al colegio.

Ya mi madre y mi padre estaban listos para irse y llamaron a Jona.

—Ah si, Liz, te quedarás con Dylan y Turro mientras nosotros no estamos —dijo mi padre.

—¿Por qué? Estoy bastante grande para cuidarme sola —rodé los ojos.

—Vamos hija, el Turro te adora —dijo y yo sonreí.

—Está bien.

Ellos se fueron, no sin antes obligarme a ir a casa de turro y Dylan.

El turro estaba durmiendo y yo estaba en la sala con Dylan, nadie decía absolutamente nada así que yo decidí romper el incómodo silencio.

—¿En que año estás? —le pregunté

"Ojalá no diga que está en 4to, porque no quiero tener que aguantarlo todos los dias en el colegio"
Pensé

—¿Que te importa? —dijo.

—Uy, estás de a toque —dije rodando los ojos. No te amargues tanto, eso es malo. —dije haciéndole burla.

—No soy amargado... Estoy en 3ero —dijo.

—Genial, pensé que tendría que aguantarte también en el colegio. Por lo visto Dios escuchó mis plegarias.

—Ja, ja, ja —rio sarcásticamente. Ya quisieras tu estudiar conmigo.

—Si, Claro —dije sarcástica.

—No te resistas muñeca —dijo pervertido y me guiñó el ojo.

—Que asco —rodé los ojos.

—¡Lizzzzz! —Gritó el Turro bajando las escaleras, se nota que acababa de despertar, estaba despeinado y con cara de sueño.

—¡Turro! —lo abracé.

Ya no quería estar más cerca del imbécil de Dylan, así que me fui con El Turro a su cuarto a ver televisión.

—Tengo hambre —dijo el turro.

Bajé con el a la cocina a buscar algo de comer, y la imagen que vimos no fue para nada bonita... Dylan estaba en el sofá besándose... No, tragándose con una rubia.

—Iugh —dije para que se dieran cuenta de mi presencia.

Ellos se separaron y la rubia me miró de pies a cabeza con asco.

—¿Y esta quien es? —dijo con una voz chillona.

—La nueva vecina —dijo Dylan mirándome divertido por mi cara de asco.

—Yo tengo nombre ¿Sabes? —le dije a la rubia oxigenada. Y tú, Dylan. Respeta que tu hermano pequeño está aquí, y vete a tragarte a la rubiecita oxigenada a un hotel... Vamos Turro —le agarré la mano y lo arrastré hasta la cocina.

Buscamos comida y cuando volvimos a la sala ya la rubia no estaba.

—La espantaste —me dijo Dylan.

—Que bueno —reí mientras comía cereal.

—Mira muñequita —me dijo Dylan. Esta es MI Casa, y yo hago lo que quiera, que te quede claro. —dijo acercándose a mi amenazante.

—Uy sí, que miedo —dije sarcástica.

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mafeftw

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Mi Vecino© Dylan Perez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora