Soy libre otra vez.

10K 698 135
                                    

JACK

Que bien se sentía volver a ser libre, ahora entendía a lo que Vira se refería con las restricciones de los guardianes. Ahora podía hacer lo que quisiera, no más reglas, no más obligaciones, solo yo y el caos del invierno. Vira cumplió con todo lo que dijo, ya no sentía dolo, mi Tristwch había desaparecido y nada me ataba a nada.

- ¡Frost! - gritó Ptich cuando me vio entrar en el salón de la mansión de Vira. Si bien era un poco grande y ostentoso para mi gusto se veía y bien y además, estaba en Siberia, un clima perfecto para alguien como yo - ¿Qué haces aquí? ¿Cómo le permitiste entrar?

- Tranquilo Pitch - le soltó Vira antes de que llegue a ponerme un solo dedo encima -, Jack no está aquí para pelear ¿No es cierto cariño?

Asentí mientras me apoyaba en mi cayado. Pitch miró a Vira con curiosidad.

- ¿Tu… lo lograste?- preguntó sorprendido. Vira hizo una risita tonta.

- Yo no hice nada, todo esto fue decisión de Jack, yo solamente lo traje de regreso a su hogar.

Pitch seguía mirándome con desconfianza, le sonreí arrogante, sabía perfectamente que ellos dos no se llevaban bien y ciertamente poco me importaba si a Pitch le agradaba o no.

- Ven cariño - me dijo Vira haciéndome un gesto - Quiero mostrarte algo - Fue hasta el fondo de la habitación, donde se levantaban tres grandes tronos - Este es mi obsequio de bienvenida, todo reino necesita un príncipe.

Entre los tronos de Pitch y Vira y un escalón más abajo había uno de hielo negro. Estaba realmente increíble, el respaldo parecía una explosión que se congeló, las puntas filosas salían en todas direcciones y con la luz se volvían traslúcidas. Sonreí y me senté en él, era tan genial como pensaba que sería. Vira me sonrió complacida.

- Veo que te gusta, es bueno. Ahora Pitch y yo tenemos trabajo, pero tú puedes hacer lo que te plazca.

Volví a sonreír ampliamente mientras veía como los dos se iban y escuchaba a Pith refunfuñar por lo bajo.

Volvieron apenas veinte minutos después, yo tuve el tiempo justo para ir a congelar todo un bosque y parte de un pueblito perdido. Vira sonreía tranquilamente, sus Tristwch cargaban bultos que solamente reconocí cuando estuve bastante cerca eran,  ¿Niños? Bolsas negras ocultaban sus cabezas, y unas cuerdas los ataban en la espalda.

- Llévenlos a las jaulas - ordenó Vira.

- ¿Qué están haciendo? - le pregunté acercándome con curiosidad.

- Oh cariño ven, quiero mostrarte algo - me dijo sonriendo.

Una escalera de caracol apareció de la nada, Vira comenzó a subir seguida de sus monstruos. No me había dignado a mirar el techo hasta entonces, pero sobre nosotros, a más de cinco metros de altura se extendían una serie de jaulas parecidas a las que Pitch tenía en su guarida, solo que casi tres veces más grandes y parecían estar hechas del mismo material que mi trono, hielo negro. Subí más rápido y vi que dentro había niños, unos cuatro o cinco por jaula, tal vez seis. Estaban sentados en el suelo, algunos lloraban en silencio, otros simplemente miraban a su alrededor. Entre ellos pesadillas y Tristwch volaban vigilando.

¿Debería haber sentido pena, rabia, preocupación? Seguramente, pero desde que Vira me había ayudado no sentía nada y eso se sentía muy bien. A medida que subíamos podía ver como las fuerzas de Vira aumentan, se veía más… ¿Radiante? Digamos que si, pero de una forma macabra y alarmante.

- Sabes Jack, el hielo negro es una de las mejores maneras de mantener a las personas "a raya", es frío y deprimente, el entorno es sumamente importante a la hora de influir en los sentimientos. Me ha costado mucho mantenerlo a una temperatura adecuada, ha drenado gran parte de mi energía, pero ahora que tú estás aquí, eso ya no será un problema. Tu simple presencia mantendrá este lugar congelado y sofocante.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Where stories live. Discover now