¿Juzgar por apariencias?

Start from the beginning
                                    

—Tranquila, tranquila —revisó el marco de la fotografía descubriendo que una de las esquinas inferiores se había dañado un poco, escuchó un lamento por parte de Brenda y volteó a verla pero ella no apartaba la vista de la fotografía—. No le ha pasado nada a la foto, el cuadro no importa se puede reponer y ya.

—¿Estás seguro que no importa mucho? —preguntó con angustia.

—Seguro, solo ayúdame a retirar la foto y mañana subiré al ático para buscar un nuevo marco —le dijo entregándole el cuadro mientras él buscaba unas pequeñas pinzas para abrir la madera de atrás. Las encontró en el mueble al lado de su cama y volteó para ver la mirada perdida de Brenda en la fotografía, tenía una sonrisa mientras acariciaba a él de bebé—. ¿Me parezco al Julián de 4 meses?

Ella se sobresaltó pero no alejó su mano de la foto. Con una sonrisa cerró un ojo ladeando su rostro para verlo y negar, Brenda se sentó en la cama y él se acercó para poder acomodarse a su lado.

—No, definitivamente eras más bonito de bebé.

—Pero ahora soy guapo que es mejor.

Ella sacudió la cabeza lentamente.

—No, pero tu sonrisa es igual a la de tu mamá. Muy hermosa.

Apartó su vista de Brenda un par de segundos, en esos momentos el verla a los ojos lo ponía loco porque su mirada era demasiado sincera.

—No me digas eso, siempre he evitado reír mucho porque siento que mi sonrisa es extraña y saber que se parece a la de la única mujer que me ha amado hará que me arrepienta toda la vida.

Brenda suspiró, sus mejillas volviéndose cada vez más rojas y él sin poder evitarlo le dio un beso en una de ellas. Ella aclaró su garganta antes de apoyarse en él.

—¿Cuál era su nombre? —le preguntó regresando la vista a la fotografía.

—Se parece al mío ¿puedes adivinar? —siempre que preguntaba eso todo el mundo daba por sentado que se llamaba Juliana y cuando les decía el nombre afirmaban que no se parecían solo porque iniciara con la misma letra. A él le daba igual lo que pensaran, pero parte de haber escogido esa pronunciación para su nombre había sido gracias al de su mamá.

—¿Julieta? —respondió dudosa volteándolo a ver.

—¿Por qué Julieta? —preguntó sonriendo.

—Tiene cara de llamarse Julieta —se encogió de hombros.

—Sí, ese era su nombre —suspiró viendo la fotografía de su mamá—. Era hermosa ¿no?

Brenda asintió fuertemente sin decir una palabra.

—¿Qué edad tenía en esta fotografía? Me parece que se ve extremadamente joven.

—Es porque estaba muy joven cuando quedó embarazada de mí, tenía 18 años en el momento que tomaron la fotografía, pero me tuvo a los 17, ella... —Brenda lo estaba viendo fijamente, prestándole toda su atención como si en verdad conocer eso fuese importante para ella. Quiso pensar que lo era, que no lo escucharía por compromiso y que se quedaría a su lado hasta haberle contado todo. Suspiró y ella esbozó una sonrisa dándole la confianza que necesitaba para contarle. Se puso de pie apartando el cuadro de las manos de Brenda para apoyarlo en el mueble donde estaba la televisión. De nuevo se acercó inclinándose frente a ella y por reflejo tomó su mano entrelazando sus dedos—. Mi mamá también era modelo —continuó—. ¿Quieres ver sus fotos? —Brenda asintió con una sonrisa—. No están tan bien cuidadas como quisiera pero ella me las dejó.

Se apresuró a acercarse a la pared en donde guardaba cosas valiosas presionó un diminuto botón y la pared se deslizó a un costado. De la tercera estantería tomó un cuaderno viejo y lo abrió.

¿Quieres ser mía? (JASN Libro #3)Where stories live. Discover now