CAPÍTULO 15: DIFICULTADES

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N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... La verdad es que no quería contar la historia de Blaine tan pronto, tenía planeado que descubrierais lo que había pasado a la vez que Sebastian pero no me he podido resistir...

CAPÍTULO 15: DIFICULTADES

Blaine llegó a casa después de un largo día. Después de ir al médico para confirmar su embarazo, se fue a trabajar. Necesitaba mucho dinero porque le quedaban pocos meses para tener un "retiro temporal forzoso". En cuanto su embarazo fuera notable, los clientes no pagarían por estar con él. Así que hasta que diera a luz y recuperara su figura, él estaría apartado del trabajo, por lo que no tendría ningún ingreso.

Brittany se había enfadado con él por eso, alegando que Ian no estaba en casa de su amiga para que su padre pusiera en riesgo su salud, pero él no podía hacer nada más. Ya tenía demasiadas deudas por lo que no quería añadir más. Además, le gustaría que en un futuro su hijo... bueno, sus hijos pudieran tener lo que él no tuvo. Quería que se graduaran y fueran a la universidad, que fueran personas amadas y que encontraran la felicidad.

Esos cuatro años no habían sido buenos para Blaine. A pesar de llevarse todo lo que pudo de su casa para empeñarlo, no pudo encontrar un trabajo ya que en Nueva York había demasiadas personas y él no tenía el graduado escolar. Después se enteró de que sus padres no habían pagado el último mes de su matrícula en el instituto y a él no le dio tiempo a reunir el dinero, por lo que no pudo realizar los últimos exámenes. Sin graduado ni dinero para conseguirlo, le fue imposible encontrar trabajo y se encontró en una espiral de la que no podía salir.

Después de dos semanas, se encontró sin hogar, sin apenas dinero y sin ninguna esperanza. Ese día tomó la decisión más difícil de su vida. Fue a una farmacia y compró un bote de pastillas y una cuchilla e intentó quitarse la vida. Tuvo la "mala suerte" de que un médico lo vio y le realizó los primeros auxilios que le permitieron llegar con vida al hospital. Una vez allí, tras unos análisis, le comunicaron que estaba esperando un bebé.

Por fortuna, la médico que le atendió era Taylor Pierce. Después de hacerle un análisis psiquiátrico junto a la doctora Wilde y que llegaran a la conclusión de que no volvería a intentar suicidarse, le dieron el alta con una condición, que fuera a ver a Brittany.

Britt y su marido, Sam, eran los dueños de un edificio de pequeños apartamentos que alquilaban. Ese había sido el regalo de los padres de la chica para que pudieran dedicarse a sus sueños, diseñar ropa para gatos y pintar cuadros respectivamente. Los alquileres de los inquilinos cubrían los gastos y ellos intentaban triunfar en sus profesiones.

Le dejaron vivir en uno de los apartamentos, el único que había libre, el más pequeño. Hasta que no encontró trabajo estuvo acumulando facturas, alquiler y dinero para comida que sabía que tenía que devolver, además de la factura del hospital y todas las revisiones de su embarazo.

Cuando Ian nació, Sam decidió acompañarlo en el parto en vez de pasar el día con su novia, a pesar de que era el día de Navidad. No quería que su nuevo amigo diera a luz solo, sin nadie a su lado.

Sin embargo, la situación sólo empeoró para Blaine. Ian tuvo unos primeros meses muy malos por culpa de los cólicos, una gripe y un virus que supusieron muchas noches sin dormir y una deuda aun mayor por culpa de las visitas médicas y los medicamentos. La cantidad que llegó a deber era tal que tres años después de encontrar trabajo ni siquiera había conseguido pagar la mitad.

Y eso que no había querido mudarse a un apartamento más grande y seguía en ese pequeño lugar que tan sólo tenía una habitación, la de Ian, cocina americana, un pequeño salón y un baño muy pequeño. Blaine llevaba casi cuatro años durmiendo en un sofá y dando gracias a su pequeña estatura.

La puerta del apartamento fue golpeada y el moreno resopló antes de levantarse para abrir. Sonrió al ver a Sam, sólo podía ser él o Brittany porque Brody lo había acompañado a casa desde el trabajo y ya habían hablado largo y tendido.

– Britt ha hecho espaguetis con albóndigas y me ha pedido que te traiga un plato para que cenes. – El rubio anunció mientras mostraba el plato rebosante de espaguetis con tomate y varias albóndigas de carne bien grandes.

– Gracias, la verdad es que estoy hambriento pero no tenía ganas de cocinar. – El moreno informó mientras se levantaba para buscar un tenedor, un vaso y una jarra de agua.

– ¿Te crees que no te conocemos? Sin Ian seguramente te habrías ido a la cama sin cenar... Estamos preocupados. – El ojiverde evitó mirarlo mientras ambos se sentaban en el sofá.

– No tenéis que preocuparos. – El prostituto intentó tranquilizarlo.

– Estás embarazado y tienes que cuidarte. No me gusta que no lo hagas por ti, es algo que me angustia. Sin embargo, ahora tienes que pensar en el bien de Ian y en el del bebé que estás esperando. No pierdas el foco, por favor. – El artista suplicó.

– Sé que ellos dependen de mí. – Anderson se acarició el vientre. Era la primera vez que lo hacía, todavía le costaba hacerse a la idea de que estaba esperando su segundo hijo.

– ¿Has pensado en hablar con el padre? – Evans quiso saber.

– Claro que lo he pensado pero tengo tanto miedo... – Blaine sintió como si una mano aprisionara con fuerza su corazón.

– ¿A qué tienes miedo? – Sam puso su mano en la rodilla del otro.

– A que se lleven a Ian. Sabe donde trabajo y se puede hacer una idea de como es mi vida. No es la situación ideal para un niño. Si me los quita yo... – El moreno odiaba llorar delante de los demás pero no podía controlarse por culpa de las hormonas.

De repente, el móvil del ojimiel sonó y los dos amigos se miraron asustados. Era muy tarde y no era algo habitual las llamadas a esa hora.

– ¿Diga? – Anderson respondió.

– ¿Blaine? Soy Marley.

– ¿Ian está bien? – Al escuchar al moreno decir eso, Sam también se preocupó.

– Sí, está durmiendo tranquilamente. Ha cenado muy bien y ha jugado mucho. Te llamaba ahora porque sé que trabajas hasta tarde y no quería molestarte. Hay algo que tengo que hablar contigo y es muy importante.

– Sí, claro. ¿Qué quieres decirme? – El ojimiel se tranquilizó.

– Verás... No sé cómo decir ésto por teléfono... Nunca habíamos hablado de nuestras familias por lo que en ningún momento había surgido el apellido de mis tíos... La hermana de mi madre se llamaba Julia White pero desde que se casó es conocida como Julia Smythe.

En ese momento, Anderson notó como si la tierra se abriera a su alrededor. Se sintió mareado y asustado. Eso no podía estar pasando.

– ¿No dices nada? – Marley preguntó preocupada.

– ¿Ellos saben...? – Blaine ni siquiera podía preguntarlo.

– Mi tía lo sospecha desde el día del cumpleaños de Sophie porque se parece demasiado a mi primo. Pero pensaban que Sam y Brittany eran los padres. Al hablar hoy con ella nos hemos dado cuenta de la verdad.

El moreno cerró los ojos y se apoyó en su mejor amigo, era lo único que podía hacer para no sentirse tan solo y desamparado.

– ¿Y ahora qué? – Acabó preguntando, aunque temía la respuesta.

– Seb y mis tíos quieren hablar contigo. No les he dicho que estás embarazado porque creo que debes decírselo tú. Lo que sí les he dicho es que necesitas solucionar unos asuntos por lo que hemos decidido que vengas el domingo a hablar. Estaremos todos, incluido el novio de Seb, porque queremos llegar a un buen acuerdo para todos.

– Gracias Marley por avisarme. Allí estaré. – Después de terminar de despedirse, Anderson colgó el teléfono.

– ¿Qué te han dicho? – Sam le preguntó preocupado.

– Me van a quitar a mis hijos. – Blaine le informó mientras intentaba contener las lágrimas.

El rubio suspiró frustrado. Si los Smythe le quitaban la custodia a Blaine, ¿qué evitaría que volviera a sentirse como hacía cuatro años cuando no tenía motivo para seguir viviendo?

Amantes (Seblaine - boyxboy)Where stories live. Discover now