ESPECIAL 2

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"... y si te beso la osadía y el misterio de tus labios no habrá dudas ni resabios, te querré más todavía"

-Mario Benedetti-

El rubio se miró nuevamente en el espejo de cuerpo completo situado en una de las paredes de –hasta ahora- habitación. Ese traje negro era perfecto para la ocasión, el mejor para el mejor día de su vida, su boda.

Su relación con el azabache había sido larga, 10 años de noviazgo lo certificaba, aunque no todo fue miel sobre hojuelas, por que sí, a pesar de todo el amor que se tenían uno al otro, habían tenido peleas que atentaban contra su relación, casi llevándola al término.


Aun recordaba su primera pelea, había sido 2 días después de cumplir con su primer mes de novios...

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Ese día había estado tan estresado, los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y sino quería ser castigado –nuevamente- por sus padres tenía que dar lo mejor de sí y estudiar mucho, más de lo que había hecho en toda su corta vida. Pero no solo eso le preocupaba, sus padres lo habían corrido de su casa, porque sí, aunque sus padres lo llamaran "independizarse" él lo llamaba "no queremos que estorbes" y no, no decía que sus padres no lo querían, al contrario, lo amaban, pero cuando se trataba de dejarlo solo en una casa de 20 habitaciones, no era realmente lo que querían, pues sabían que la soledad era mala consejera.

Ese día, ese preciso día, había comenzado con la mudanza, aun a pesar del mal humor que se cagaba y su hermoso azabache, como todo buen novio, se había ofrecido a ayudarle, cosa que por supuesto no negó.

Realmente no recordaba porque había empezado la discusión, solo recordaba las palabras horribles que le había dicho a su Uchiha...

-¡eres un maldito arrogante, crees que puedes hacer todo bien, pero no es así, hay personas que pueden hacer más y mejores cosas que tú!- había gritado lleno de ira, arrepintiéndose al instante al ver esos hermosos ojitos negros empañarse de lágrimas.

-sé que soy arrogante, también soy molesto y odioso, pero adivina que... así soy, ese es Sasuke Uchiha, y si no te gusta, no interesa, no pienso cambiar solo por ti- tenia grabada en la memoria el dolor con el que había pronunciado esas palabras, también la opresión en su pecho que lo invadió al ver a su amado dar media vuelta y salir por la puerta de su nuevo departamento.

Tardó solo segundo en darse cuenta de su error, no podía tirar todo por la borda, no cuando amaba hasta los huesos a ese azabache con ojos ónix. Sin pensarlo más corrió en busca de su novio, porque sí, aún era su novio. Lo vio a punto de salir del edificio y sin demorar más tiempo corrió hacia él abrazándolo por la espalda.

-lo siento, en verdad, lo siento- susurró en el oído del azabache- sí, eres un arrogante, molesto y odioso chico, pero eres mi chico...- giró al más pequeño para quedar cara a cara- además, no podría haberme enamorado solo de tus virtudes, sino eso no fuera amor... a lo que quiero llegar, es que a pesar de que puedas ser la peor persona del mundo, el más orgulloso y todo eso... te amo por lo que eres, defectos y virtudes, con lo bueno y lo malo... sé que lo que dije fue horrible, pero no es lo que realmente pienso... lo siento- muy a su pesar soltó al oji-negro, dándole la libertad de irse o quedarse, pues ni siquiera él, que lo amaba más que a su vida podría amarrarlo.

-yo... también lo siento- lo escuchó susurrar- sé que suelo ser demasiado frio contigo y que eso te duele... creo que los dos podemos tener nuestras equivocaciones, eso es lo que nos hace humanos- solo un encogimiento de hombros y una media sonrisa bastaron para darle a entender al oji-azul que todo está bien.

APRECIA LO QUE TIENES //EDITANDO//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora