La caja de leche comenzaba a vaciarse, la agitó varias veces pero en efecto, estaba vacía.

Sentado en su escritorio, no tenía nada interesante que hacer, sólo observaba el reloj y el horrible trasero del Bully de su salón. ¿No podía sentarse directamente en la silla?

¿Qué necesidad era esa de sentarse en el borde del escritorio ajeno?

Quería llegar a él y reprenderlo.

Pero por la puerta se asomó una figura familiar.

Con el uniforme planchado, debidamente abotonado y los zapatos lustrados.

— ¡Daichi! — Sus ánimos subieron por los cielos, su mejor amigo le dirigió la mirada y se acercó a su escritorio. Cabe decir que su escritorio estaba a tres pupitres de distancia.

No habían lugares disponibles a su alrededor.

"Demonios" pensó, tendría que cambiar su lugar.

Tomó su mochila y se levantó de la silla.

— ¡Buenos días !—

Tomó asiento justo detrás de él y como de costumbre lo rodeó en un abrazo por detrás de los hombros, solía hacerlo todas las mañanas.

Sus hombros anchos se sentían muy bien, podía inhalar el aroma a shampoo y perfume a través de su ropa.

Esta vez sentía la necesidad de abrazarlo aún más fuerte .

— Hola Suga — saludó con una de sus tipicas sonrisas adorables. Sus manos le acariciaron como saludo, más no lo alejó. — Veo que hoy amaneciste más alegre que de costumbre. ¿Has regañado a alguien ya? —

—Hmmm...Eso creo — ¿De verdad parecía más alegre el día de hoy? ¿Después de amanecer sintiéndose extraño?— Bueno supongo que eso es algo bueno ¿No es así ?— sonrió.
--- Hoy no le he llamado la atención a nadie, no tengo ganas de pelear con la falta de educación de nuestros compañeros. Son muy estúpidos.

—¿Si? Bueno, es algo bueno. Eso significa que no te estresaras tan témpano el día de hoy.

El capitán se giró, apartando cuidadosamente las delicadas manos de sugawara de sus hombros.

Se giró para tenerlo frente a frente.

— A menos que seas un monstruo muy amargado y no te guste sonreír. Cuando te enfadas te pareces a .... algo  así comoo ...— alargó la palabra pensativo, se llevó la mano al mentón tratando de encontrar un excelente ejemplo .

—Así ¿Cómo quien ?— respondió Suga burlón cruzándose de brazos.

—Así como ... --- Suga arrugó la nariz, Dios, era tan gracioso hacerlo enojar.
Daichi no tenía a nadie en mente para hacer una comparación, tenía otra idea en mente.
---¡Mira, atrás tuyo! -- Exclamó --¿Ese no es Hinata ?—

—¿Qué?— preocupado giró su cuerpo en dirección a la puerta del salón, dejando expuesta su espalda y eso Daichi no lo desaprovecharia.

Sin previo aviso, el capitán se abalanzó encima, posó sus manos en los costados de koushi  y  comenzó a picarle las costillas, eso le daba cosquillas.

—¡No! ¡Daichi detente!— Estaba tratando de alejar sus manos pero le era casi imposible. Las cosquillas lo hacían  reir sin control.—¡Eres un tramposo HaHa!—

—¡Eso no es verdad!—

Suga no podía más, su estómago dolía, y la falta de aire no le permitía respirar.

Las manos del capitán eran ágiles, se movían con rapidez.

Estaban sumidos en la pequeña burbuja de risas que acostumbraban a crear de vez en cuando.

 Sin Opciones [ En edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora