¿Soy el blanco o la carnada?

Start from the beginning
                                    

Me mordí el labio para no gritar, no solo era angustia lo que había dentro mío sino un dolor intenso justo debajo de las costillas, donde Vira me había golpeado. No iba a darle el gusto de escucharme, si todavía podía conversar algo era el orgullo.

No sé por cuánto tiempo aguanté eso. Los gritos, las miradas, la soledad y el dolor… ahora entendía por qué Norte me había advertido de ella. Juro que si salgo de esta le restaré más atención. Tenía dos opciones, una era desmayarme por el dolor, la otra gritar para sacarlo, ninguna me gustaba. Vira me tomó por la cara para verme, el coraje me recorrió el cuerpo con una velocidad asombrosa y su mano se congelo.

- ¿Así que todavía tienes fuerzas? - preguntó ella. Le sonreí, haberla molestado me hacía sentir mejor. Por su expresión sabía que se veía algo mucho peor, pero entonces una explosión se escuchó a la distancia y mucho humo de colores invadió la sala. Benditos sean esos huevos.

- Hasta que llegaron - murmuró Vira invocando a sus bestias que saltaron a ciegas para atacar. Se escucharon alaridos y chillidos y de pronto una figura de muchos colores pasó zumbando a su lado derribándola.

- ¡Hada! - Jamás estuve tan feliz de verla. En cuanto vi a los demás el dolor desapareció con tantas rapidez que me sorprendí, era como si nunca hubiese existido. Allí estaban todos, Meme, Conejo, Norte y… nadie más.

- ¡Déjalo ir Vira! - exclamó Norte… juro que en ese momento daba miedo verlo, tan serio pero furioso… muy bien, le estoy tendiendo más miedo a Santa Claus que a Pitch… esto no es normal.

- Oh vamos Nicholas - dijo ella regresando a ese tono dulzón y psicópata te me ponía nervioso -, solamente me estaba divirtiendo un poco con él… al fin de cuentas ese es su trabajo ¿No?

- No le repetiré ¡Déjalo ir!

- ¿Oh qué? - le escupió ella y la habitación se oscureció - ¡Tu ya no puedes hacerme nada, no puedes lastimarme!

Antes de que Norte pudiera responder Meme le lanzó un arsenal de aviones en miniatura que comenzaron a disparar. Solté una carcajada al ver su cara cuando los avioncitos la golpearon. Hada se apareció frente a mí con Hadita revoloteando a su alrededor.

- ¿Estás bien Jack? - me preguntó.

- Ahora lo estoy - le sonreí. Ella me ayudó a desatarme y entonces pude unirme a la pelea. Mientras Meme, Hada, Conejo y yo acabábamos con los Tristwch, Vira y Norte se enfrascaban en una pelea espada contra cuchillo, esto no iba a terminar bien. Volé hasta ellos y le hice a apoyo a Norte, entre los dos Vira no tendría oportunidad. Norte logró quitarle su cuchillo y yo le congelé los pies. Furiosa nos miró a ambos.

- Te recuerdo que esto no es todo lo que puedo hacer muchacho, no será la última vez que sepan de mí - entonces desapareció frente a nosotros en una nube de humo y un rayo negro me golpeó.

¿Estoy vivo? ¿Morí? ¿Dónde diablos estoy? Excelentes preguntas a las que no tengo respuesta. Solamente recuerdo un dolor insoportable y cómo mi cuerpo se paralizaba. Por suerte ya se había acabado, ahora solamente podía escuchar el sonido del viento en mis oídos y el crujir de la madera. Lentamente abrí los ojos, jamás me habían golpeado tan duro. Frente a mi tenía nada más que el cielo azul moviéndose a gran velocidad ¿Estaría muerto? Pero mi lado descubrí a Hada, ella sostenía mi cabeza en sus piernas.

- Despertó - dijo al verme. Me pasó una mano por la frente y me ayudó a sentarme, estábamos en el trineo supongo que regresando al Polo… ¡Bien, no había muerto! Meme me preguntó si estaba bien, a lo que me rasqué la cabeza y asentí… podríamos decir que estaba bien.

- Gracias - dije mirando a Hada.

- No sería la primera vez que te salvo la vida - respondió sonriendo.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Where stories live. Discover now