Capítulo 03. │PERSISTENT

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—¿Adónde vas, Stalker-chan? —Quiso saber el pelirrojo sin dejar de sonreír cual niño en noche buena. Sus ojos siguieron a la castaña caminar de forma despreocupada hasta la salida del aula con las manos en sus bolsillos, eso luego de que ésta le dedicara una última mirada cargada de veneno, la misma que Akabane Karma aún no conseguía comprender.

Ella se detuvo en el marco de la puerta ante su pregunta, viéndolo por sobre su hombro desde el otro extremo del salón.

—¿Piensas que voy a quedarme a recordar viejos tiempos? No me hagas reír, Akabane-kun —le dijo, disparándole una sonrisa socarrona—. Pero para dejar las cosas claras, te diré que planeo mantenerme alejada de ti el mayor tiempo posible, no voy a ocultarlo —dictó—. Ya sabes, tan solo respirar el mismo aire que tú ya me resulta repulsivo. Así que si me disculpan... —Dio la vuelta, continuando su trayecto.

—¡A-akiyama-san! —llamó tímida Okuda, viendo al igual que los demás cómo Kaori abandonaba el salón con rumbo desconocido.

—Kayano... —espetó Nagisa denotando seriedad hacia la de ojos avellana, indicándole con una mirada que sería bueno ir tras la nueva estudiante.

La de cabellos verdes captó el mensaje y decidida, asintió con la cabeza una única vez antes de ir por la chica de orbes verde manzana.

—¡Espera, Akiyama-san! —exclamó Kayano saliendo del aula entre pasos apresurados.

El desconcierto fue algo que perduró con el pasar de los segundos y se aferró de raíz al ambiente. Las dudas que todo el mundo mantenía con respecto a Akiyama Kaori aumentaban su cifra cada vez que la joven abría su boca para hablar y, finalmente, fueron veintiséis los pares de ojos que acabaron sobre la única persona capaz de despejar algunas de sus inquietudes.

—Es asombroso, realmente increíble —musitó aún incrédulo el chico de ojos mercurio luego de haber reído como un maníaco por unos breves instantes.

De costado, Karma tomó asiento en el lugar que hace apenas unos minutos había sido asignado a su vieja conocida, apoyando su antebrazo derecho sobre el respaldo de la silla.

El adolescente se estaba comportando de un modo irregular, más de lo que sus cercanos estaban acostumbrados. Él no irradiaba más que emoción e inquietud por donde se le viera y ninguno de los presentes entendía su estado de ánimo cuando evidentemente, Kaori no hacía más que tratarlo como a la peor de las plagas.

—Karma, escúpelo de una vez —exigió Muramatsu, acercándose al pelirrojo al igual que el resto—. ¿Cómo es que tú y esa linda chica se conocen? —refunfuñó con sus brazos cruzados.

—Es linda, ¿no es cierto? —contestó Karma orgulloso, como si acabara de recibir una felicitación.

—Karma-kun, Muramatsu-kun ha hecho una pregunta de interés público; a mí también me gustaría oír una respuesta —comentó de la nada misma una conocida voz tras la veintena de alumnos.

—¡K-koro-sensei! —exclamó exaltada toda la clase al unísono.

—¿No debería estar en la sala de maestros tomando café, revisando exámenes o algo? —preguntó Nakamura, irritada ante lo entrometida que resultaba ser cierta cabeza amarilla.

—¡N-no soy un chismoso! ¡No soy un chismoso! ¡N-no soy un chismoso lo digo en serio! —recalcó la criatura dura de matar entre veloces movimientos de alteración, pese a que, que a esas alturas del año, no podía convencer a nadie.

—¿Eh~? ¿Usted también, Koro-sensei? —mencionó el pelirrojo—. ¿En verdad tanto les interesa? —cuestionó, sintiéndose poderoso al ser el centro de atención—. Fuimos a la misma primaria y estuvimos juntos en la misma clase durante el sexto y séptimo grado; esa es la historia. Se podría decir que ella fue como mi sombra desde el día en el que nos conocimos, puesto que, tal y como si fuera una acosadora, no se separaba de mí ni siquiera un instante. Eso hasta que se marchó poco antes de que las vacaciones de verano comenzaran —relató—. Por otro lado, la conozco lo suficiente como asegurarles que ella no es tal y como lo está aparentando. En realidad, es una chica dulce y alegre, aunque... por algún motivo está tratando de ocultarse tras una barata máscara de hipocresía —Hizo una pequeña pausa antes de proseguir—. Y con respecto al asesinato... —Reveló su cuchillo de goma, haciendo bailar dicho objeto en su mano entre hábiles movimientos—. Stalker-chan siempre ha sido una persona inofensiva, no me sorprende su falta de interés por el propósito oculto de esta clase, pero no me cerraría a la posibilidad de estar equivocad...

STALKERS │ Assassination Classroom 「Akabane Karma」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora