Half a Heart : Innocence ~Stylinson//TERMINADA

Capítulo 1

Tomé mi skateboard, mis llaves, mi celular, mi cartera y salí por la puerta. Mamá no estaba en casa y no volvía hasta las seis, así que no había nada de qué preocuparse.

Dejé la patineta en el suelo y cerré la puerta. Puse el pié derecho el pedazo de madera con cuatro ruedas que me había costado todo un mes de ahorros. Una Element edición especial original no la consigues en cualquier parte. Me impulsé con mi otro pie y sentí como mi cuerpo ahora iba hacia el frente.

Acababa de acordar con Zayn y Ed para vernos en la casa de Liam. Ed era el primo-hermano de Zayn. Los cuatro éramos  una especie de pandilla.  En este momento iba a ir a starbucks, más tarde era lo de los chicos.

 Yo seguía avanzando con el skate bajo mis pies cuando volteo mi rostro, y lo que veo no es algo que lo ves todos los días...

 En la casa de al lado, en la ventana, hay un chico  de cabellos como chocolate regando las flores que estaban en la barandilla de la misma. El chico tenía una corona de flores y tenía una camisa color rosado viejo, se le notaba muy feliz haciendo su labor.

¿De dónde salió? ¡Jamás lo había visto y es mi vecino de al lado! -Pensé

 Por estarme quedando la escena colisioné con el poste de luz que yo obviamente no había visto.

Escuché pasos apurados.

— Oh... ¿Estas bien? –Escuché una voz totalemente desconocida para mí– ¿Me escuchas, amigo? Umm... –La voz hacía sonidos de cachorrito– M-me escuchas... –Poco  a poco aquella voz iba desapareciendo– ¿Hay alguien en casa? –Lo último que escuché fueron morritos de aquella voz.

~

Desperté.  Lo primero que percibí fueron los rayos de luz que atravesaban la habitación, luego un suave olor que no pude percibir bien ya que mis sentidos no estaban agudizados aún. Abrí más los ojos y vi que me encontraba en un sofá. Un sofá amarillo. Inspeccioné más el lugar y vi que al frente mío había una mesita de vidrio pequeña. Paredes color beige con cuadros de colores abstractos. Una gran araña de cristal encima de la mesa de madera rectangular que seguramente era la mesa del comedor. Una puerta blanca que supuse que era de la cocina y por último vi una puerta grande de vidrio que daba hacia un jardín lleno de flores. De mi frente provenía un dolor. Llevé mi mano hasta dicha zona y me encontré con algo, quité lo que tenía en la cabeza. Una corona de flores.

¿Qué mie-

Escuché un sonido y giré mi cara hacia el lugar de donde provenía.

 — Oh, hola... –Dijo una silueta que no pude distinguir, iba saliendo de la puerta de la cocina.

— H-hola... –Dije con voz ronca– dónde estoy... –Me incorporé en el sofá.

— En mi casa... bueno la de mi madre –Pude distinguir la silueta del chico de las flores.

— Ah... –Dije con la mirada en un punto exacto del suelo. Él se sentó a mi lado. Pude admirar cómo sus ojos verdes destellaban gracias los escasos rayos del sol que se colaban por las cortinas. 

— Ten... –Dijo extendiéndome una taza que hasta ahora no sabía que la tenía en manos– Lo preparé para ti.

— Oh... gracias... –Dije tomando el pedazo de cerámica– ¿Qué es?

— Té –Dijo sonriente mientras se incorporaba–. Es para tu cabeza... –Rió.

— Si, por supuesto...–Tomé un sorbo. El chico se me quedó mirando expectante. Era curiosa la manera en que se comportaba, aprecía que no tuviera noción de tiempo o algo así.