Capítulo 39

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"Juegos"





"Cuando te despiertas en la mañana tienes dos opciones: volver a dormir o levantarte para perseguir esos sueños."

(Desconocido)




La mente es tan peligrosa para un ser humano. Es un arma, una bomba de autodestrucción, una herramienta para seguir adelante, para perseverar y alcanzar. Nos controla y puede llevarnos a lugares que no imaginamos que existen. Por supuesto, la mente humana es uno de los misterios del universo que probablemente jamás terminaremos de develar.

La mía me lleva a lugares fantásticos e imaginarios, a meterme en situaciones que deseo no haber conocido y a imaginar cosas que no suceden, escenarios tan reales que me dejan con la sensación de realidad a flor de piel.

Es por eso que cuando fantaseo un poco con el hecho de que Niall camina en mi dirección para besarme fuertemente en los labios, puedo sentir el hormigueo en los mismos aun cuando no ha sucedido. Aun cuando en estos momentos estamos separados a la misma distancia, yo luciendo tan dramática como yo misma sé hacer y él riendo ligeramente, o fuertemente. Ya no importa.

Y él se ríe.

De verdad lo hace.

Está riéndose en medio de mi crisis emocional.

Debería dar vuelta atrás, caminar en la dirección que tenía planeado antes de que Niall bajara del auto y antes de que yo diera mi ridículo discurso que está causándole risa. Sin embargo, mi terquedad no da su brazo a torcer y camino con ganas en su dirección, lanzando mis piernas en pasos alargados hasta que finalmente me encuentro a menos de medio metro de distancia.

Niall huele a menta, alcohol, sudor y su colonia. Espero que eso no me distraiga. Él ha dejado de reír y me mira intensamente, sus ojos azules registrando cada parte de mi cuerpo. Entonces sus manos van a mi rostro, haciendo hacia atrás mi cabello, inhalando profundamente y después colocando un beso sobre mis labios, con fuerza, dejándome con menos de una milésima de segundo para reaccionar. Muevo mis brazos por detrás de su cuello y reprimo un chillido cuando muerde mi labio inferior.

—Probablemente estoy haciendo esto porque estoy borracho. —murmura, poniendo su frente contra la mía.

—Espero que no lo estés, me gustaría que recuerdes que fuiste tú quien me besó después de abandonarme en Londres. —me quejo y añado: —Pero también espero que lo hagas porque estás borracho, quiero que estés tan ebrio para que mañana no puedas recordar que esto ha sucedido, así podré marcharme a casa, con esto como un último recuerdo de ti y no una discusión en la calle.

Y lo beso una vez más, tomando la iniciativa y enredando mis dedos en su cabello. Lo beso hasta que me quedo sin aliento, hasta que siento que ha sido suficiente, pero claro, tú no puedes tener nunca suficiente de Niall. Siempre hay algo nuevo, siempre hay más.

Después, lo dejo ir. Acomodo mi cabello así como mi vestido, me quito los zapatos de tacón, tomándolos con mis manos y camino por la acera tibia, cruzando la valla que separa el angosto paso de peatones de la arena del mar. Mis plantas del pie entran en contacto con la arena y camino hasta la orilla, hasta que estoy cerca del borde del mar pero al mismo tiempo alejada para que el agua salada no me toque. Dejo caer los zapatos, después la cartera y por último me dejo caer en la arena, colocando mi teléfono a un lado después de mirar la hora; falta poco para que sean las tres de la mañana. Abrazo mis piernas, restándole importancia a que el vestido se suba tanto que puedo mostrar mi ropa interior. Al fin y al cabo, no hay nadie más aquí, en la playa.

Late for Love | niall horanWhere stories live. Discover now