Cuerpo de Dios griego

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Conocí a Massimo DiAngelo cuando estaba en el kinder, por alguna muy sexista razón las niñas no teníamos permitido jugar fútbol con los niños, no es que la maestra lo hubiera dicho, era porque todos o casi todos los niños lo pensaban, así que cuando fui a preguntarles si podía unirme a algún equipo, los niños decidieron burlarse de mí, a negarme la diversión que me proporcionaba el deporte que mi padre y yo solíamos practicar. Pero Max no hizo eso, él fue diferente y por mi culpa no volvió jugar con los niños de nuestra clase , entonces decidí tomar la mejor y peor decisión de mi vida.

Me convertí en su mejor amiga.

Claro que en ese momento todo era diferente, Max y yo éramos inseparables, un dúo dinámico. Cuando sus padres se divorciaron yo estuve con él. Éramos vecinos. En las noches, cuando él tenía pesadillas, saltaba de la ventana de mi habitación a la suya y lo abrazaba hasta que se quedaba dormido. Cuando Max volvió a ser el mismo muchacho alegre que había conocido antes de que sus padres se divorciaran , me sentí orgullosa de ser lo suficientemente buena amiga para una persona como él.

Pero como dicen por ahí, toda la magia tiene su costo. Max se volvía cada vez más guapo conforme pasaba el tiempo, mientras yo seguía siendo el patito feo, y lo peor, la mejor amiga. Claro que esto tenía sus ventajas, pero al llegar a la preparatoria todo comenzó a sentirse incorrecto. Me había enamorado de Max .Él había decidido salir con esta chica, Amy, típica capitana de porristas, rubia oxigenada, bubis de bra con relleno y ropa que yo no consideraba adecuada para usar excepto si eras una prostituta que ofrecía sus servicios de día. En fin, tuve que soportarlo todo, bullying, y por supuesto sentir mi corazón partirse en mil pedazos, no una, sino muchas veces más.

Así que decidí ir a la Universidad de Yale, en Estados Unidos. Me había ganado una beca completa, y definitivamente no la desperdiciaría, Max no lo tomó muy bien, para él era su mejor amiga que era casi su hermana la que estaba marchándose. Dos pizzas y muchas películas después él entendió que debía dejarme ir. Partimos bien, siendo "amigos", mas el día que me instalé en el dormitorio de la universidad, decidí dejar a Max y mi pasado atrás, cambié de número telefónico, visité a mi familia sin que otros supieran y no volví a ver, ni hablar con Max por cinco largos años. Hasta hoy.

Desde que entré como practicante a Torrent y Asociados, mi rutina ha sido la misma al llegar a la empresa. Subir a la oficina del jefe, prepararle el café como le gusta, ordenar la oficina y tener lista su agenda del día. Así que para no romper con mi rutina, llego antes de la hora de entrada.

Al bajar del elevador saludo a Samantha, ella trabaja en el mismo piso que el jefe y yo, Sam es una de mis pocas amigas dentro de la empresa.

-Buenos días Julietta- me saluda

-Buenos días Sam-

-No has subido nada a Instagram desde hace dos semanas, Juli- me dice-¿cómo se supone que vendas las pinturas que has hecho si no las promocionas?-

-No he tenido tiempo Sam, el jefe me ha traído de arriba para abajo todo este tiempo, parece que quiere hacer un anuncio, pero no sé sobre qué.- respondo.

-Esto me huele a un cambio en el personal- opina. Casi puedo ver engranes moverse en la cabeza de Sam, esta mujer está planeando algo.

-Oh no, no, no, no, no, conozco esa mirada tuya Sam...-

-Ah ¿si?-

-Lo que sea que estés planeando, no lo hagas, te lo prohíbo. El jefe va a hacer el anuncio hoy y nada debe salir mal.-

-Está bien- me dice finalmente - pero hoy me invitas a comer.-

-Trato - le digo, y me marcho a la oficina del jefe para tener todo listo.

Mi jefe, el señor Torrent, es exigente, sin embargo es muy amable y accesible con todos nosotros. Inspira respeto, y nosotros como empleados, se lo damos.

Cuando el señor T(así le digo yo al jefe) llega, le digo la agenda del día mientras toma su café, al terminar nos vamos a la sala de juntas pequeña para terminar los arreglos de un contrato con empresarios de Escocia. Como siempre, anoto lo más importante en mi libreta, así cuando el jefe me pida el informe no tendré problemas con los detalles importantes.

Con la junta terminada y el contrato en orden, el señor T me pide que espere con los demás empleados hasta que nos llame a la sala de juntas grande. Ni bien había salido cuando Samantha me toma por los hombros y me sacude como si yo tuviera un espíritu dentro.

-Sam, basta, me vas a sacar el desayuno.- le digo y ella para de sacudirme, tiene las mejillas rojas al igual que nuestras compañeras, ellas están cotilleando con más ánimo que otras veces.

-Aquí hay gato encerrado- digo.

-Oh créeme,Juli. Lo que hay encerrado es mucho mejor que un gato. No tienes ni idea de lo que te acabas de perder-

-¿Ah, si? ¿y qué me acabo de perder?.-

-No tienes idea- repite. Sam no había estado tan emocionada desde que el señor T. me había contratado.
-Casi cinco minutos después de que entraras a la sala de juntas, bajó del elevador el hombre más atractivo que he visto. En serio Juli, el tipo está mejor que un modelo. Aunque es curioso que al llegar preguntara por la oficina del jefe y entrara como si nada.-

Me quedo pensando. Ninguno de nosotros se atrevería a entrar a la oficina del señor T. sin antes pedir permiso para pasar. Sam me sacude de nuevo.

-Juli, mira es él - dice mientras me gira en dirección al hombre que sale de la oficina del jefe.

Sam tenía mucha razón al decir que este hombre está mejor que un modelo, este caballero ,señoritas, tiene cuerpo de dios griego. Y ni hablar de su rostro, o sus preciosos ojos verdes que parecen esmeraldas...

Espera, espera, Julietta Kings, ni siquiera conoces a este tipo y ya estás babeando por él, tranquiliza tus hormonas y compórtate, estás en el trabajo. Me digo.

Sam me saca de mis pensamientos.

-En serio Juli, si tengo la oportunidad me lo coj...-

-¡Samantha!-

-Ok, Ok, ya. Tengo novio y lo quiero mucho. Lo siento Juli, no he visto mucho a Cal y sabes como me pongo cuando no pasamos tiempo de calidad juntos.-

Suspiro y le doy una sonrisa torcida a Sam.

-Tranquila, ya tendrán tiempo en sus agendas. Además, no creo que Calum quiera prestarte.-

-Claro que no, sólo lo decía en broma. Ni loca dejaría a Cal-

Sonreí, ellos eran una pareja de idiotas, estaban muy colados el uno por el otro y ni siquiera un bicho podía meterse en su relación. Excepto yo, porque era la mejor amiga de ambos, aunque más de Samantha que de Calum.

De pronto el señor T. nos llama para que entremos a la sala de juntas grande. Sam y yo nos sentamos hasta el fondo.

-Buenos días damas y caballeros - nos saluda el señor T. - supongo que se preguntarán qué están haciendo aquí. -todos asentimos- Bueno no les quitaré más su tiempo, iré directo al grano. Me voy a retirar. -

El murmullo de nuestros colegas no tarda en dejarse escuchar. Esto parecía imposible, el señor T. no padece de enfermedades, y nadie pensó que se retiraría pronto.

-Señores- dice el jefe y nosotros callamos -Sé que parece repentino, pero tomé esta decisión hace tiempo, ya estoy viejo, y casado desde hace varios años, así que voy a disfrutar de mi vida con mi esposa. Además, no los dejaría en manos de cualquier persona. La persona que me reemplazará es mi hijo, Massimo diAngelo- dice haciendo un gesto al hombre que antes había estado en su oficina, para que dé un paso al frente y se presente.

Joder, que me trague una grieta enorme y me escupa en China.

Siento mi rostro palidecer, aunque veo los labios de Massimo moverse no registro una palabra de lo que dice, y me pregunto.

¿Por qué a mí?

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Hola :) soy la autora Tony Valdez, solo quería decirles que aprecio mucho el que lean mi historia, en serio, si tienen sugerencias éstas son bienvenidas, no se olviden se votar si les gusta la historia ;). Eso es todo, nos leemos luego 💜.

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