-Iré enseguida.-el sonido de fin de llamada se queda haciendo eco en mi oído y abrazándome a mi misma vuelvo al interior del hospital.

Regreso al lado de mi hermano recostándome en su hombro temblando del frío. Ángel se apiada de mi y me brinda su chaqueta cubriéndome con sus hombros permaneciendo así por varios minutos, horas tal vez...no lo sé. Aquí en este hospital con la desesperación de saber como está Fred las horas pasan demasiado lentas o eres capaz de confundir el tiempo que llevas allí en la espera.

La madre de Augustus aparece en la escena con la nariz roja del llanto junto con un Augustus adormilado en pijamas de la mano. La veo acercarse con paso apresurado hacia mi y me pongo de pie para recibirla, sin embargo ella me envuelve en sus brazos tomándome por sorpresa sollozando. Al escucharla sollozar un nudo se forma en mi garganta pero no me permito llorar esta vez, ella necesita a alguien fuerte en este momento, en eso somos tan similares.

-No quiero perder a mi hijo.-dice apretándome haciéndose más fuerte su llanto.

-Tranquilícese por favor Sra. Allen. Va a hacer que me derrumbe yo también.

-Lo siento.-dice separándose de mí y limpiando sus lágrimas.-Es inevitable.

-La entiendo perfectamente.-miro a Augustus y después a la Sra. Allen.-¿El niño sabe todo lo que le está pasando a Fred?

-Augustus está consiente de que su padre está muy enfermo y que Dios está haciendo lo posible por mantenerlo con nosotros.

-¿Le importaría si hablo con el niño sobre esto?-ella niega y me dirijo hacia Augustus.

-Mamá Ángela.-sus bracitos envuelven mis piernas y me agacho para así poder abrazarlo brevemente y luego mirar sus ojitos.-¿Papi estará bien cierto?

-Tu papi está batallando muy fuerte para estarlo.

-¿Cómo en la guerra?

-Como si estuviese en la guerra.-le doy una pequeña sonrisa dejándome influenciar por su inocencia.

-Pero en la guerra algunos soldados mueren.-abraza su cobija a la vez que sus ojos se llenan de lágrimas.

-Si eso llegara a pasar...-tomo un largo suspiro antes de continuar.-Si eso llegara a pasar Dios tendrá un gran soldado en el cielo.

-Pero yo no quiero que se lleve a mi papá.-comienza a llorar partiéndome el alma y opto por abrazarlo.

-No llores cariño por favor.-su llanto sin consuelo me hace llorar con él envolviéndolo con fuerza entre mis brazos.

-Ángela.-la voz de la mamá de Fred me hace levantar la vista.-Voy a llevar al niño donde su madre.

-¡No!-grita Augustus con lágrimas en los ojos.-¡Yo quiero ver a mi papá!

-Cariño...

-¡No!-me interrumpe Augustus.-Por favor...

Miro a la abuela del pequeño y ella asiente tomándolo de la mano llevándoselo a la habitación donde se encuentra Fred. Debo confesar que no debería porque le haría daño en el futuro pero no se le puede negar el derecho al niño. Me pongo de pie de nuevo y un pequeño mareo se apodera de mí haciendo que me aguante de la pared más cercana. Siento los brazos de Ángel sostenerme después de unos segundos y me ayuda a llegar al asiento donde me encontraba antes.

-¿Estás bien?-niego siendo sincera desde el principio.-Deberías ir a la casa.

-Ahora no. Tú deberías irte con Mía, estaré bien por unas cuantas horas.

-¿Segura?-asiento dándole una pequeña sonrisa.-Vuelvo mañana en la mañana temprano te lo prometo.-asiento de nuevo.

-Vete ya que tu esposa te debe de estar esperando.-Ángel ríe y se levanta negando marchándose luego.

Una propuesta y un Te Quiero [Trilogía 15 Días, Libro #3]Where stories live. Discover now