La obsesión

Capitulo 1 :El nuevo profesor

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Esta es mi historia, mí desgarradora historia:

— ¡NO PUEDE SER QUE EL SEÑOR MARIN SE VAYA A MITAD DE AÑO!—gritaba Spencer en el otro lado de la línea

—Cálmate, Spencer es solo un profesor más.

 — ¿Un profesor más? era el mejor profesor, él subía mi nota definitiva de cálculo.

—Tal vez el nuevo también te la suba

—sabes que soy pésima en cálculo, es imposible.

—Vamos, Spencer no te desanimes.

—Esmeralda, ¿por qué tienes que ser tan positiva? siempre terminas subiéndome el ánimo.

—No es nada Spen, nos vemos mañana.

—Está bien

 En realidad estaba muy nerviosa, el señor Marín era un anciano que todos queríamos simplemente porque no ponía tareas y siempre se quedaba dormido en clase, ¿cómo sería el nuevo maestro? ¿También sería un anciano?, mis pensamientos se perdieron en la noche y mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta caer totalmente dormida en la cama.

 Tin,Tin,Tin sonaba la alarma de mi celular, luego de 10 minutos me levante, frote mis ojos y me dispuse a organizarme para ir a la escuela, me bañe, me puse unos jeans y una playera, cepille mi cabello, tome un poco de café y salí, en el camino me topé con un hombre muy raro, era alto y su cabello estaba entre tonos blancos y negros, suponga que tenía unos 45 años, se interpuso en mi camino y me miro de arriba a abajo trate de evadirlo pero se  seguía interponiendo

 —Que bella, que bella

—Déjeme pasar— Exigí

Me miro durante un segundo, después  me cedió el paso, y luego escuche que susurro

—Una nueva presa

Sentí temor, y acelere el paso, casi corrí, creo que camine tan rápido que hasta una gota de sudor bajo por mi cabeza

— ¿Que sucede?—pregunto Spencer

—Spencer, un hombre— titube

— ¿Un hombre que esmeralda?

Se interpuso en mi camino y luego menciono que sería su nueva presa-

—Oh por Dios—dijo mientras me abrazaba

—Tengo miedo— susurre

—Yo también temo por ti esmeralda.

La campana que avisaba el ingreso a las clases sonó, teníamos cálculo, conoceríamos a un nuevo profesor. Al entrar nos sentamos en los últimos asientos y esperamos hasta que llego el profesor, puso todas sus cosas en la mesa y empezó a hablar, no puede escuchar nada, estaba en shock, mi cuerpo respiraba más lento y mis manos se empezaban a poner frías, ese nuevo profesor, era el bastardo que me había acosado.