3. Mal día.

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Disclaimer: Naruto y compañía pertenecen a Masashi Kishimoto. 

 -✿- 

Nunca en su vida se llegó a imaginar que ir al supermercado era tan difícil. Sí, era digna de lástima, porque, ¿quién no sabe ir de compras?

Bueno, Hinata Hyūga era una de esas personas.

Y no es que tratara de comportarse como una chica delicada o algo así, pero realmente aquello no formaba parte de sus prioridades en su antigua vida. Estaba acostumbrada a llegar a la casa, y cocinar, o a veces la comida ya estaba hecha, nunca se preguntaba de dónde venían los alimentos o dónde se compraban, eso ya era tarea de la cocinera.

Se sentía mal por no haberse inmiscuido un poco más en las tareas de su vieja casa.

Pero ahora era diferente, era una esposa, y debía aprender a realizar ese tipo de actividades, porque era buenísima cocinera, ¿pero de qué le servía si no sabía comprar verduras y otros ingredientes?

Para acabarla, el supermercado estaba muy lejos de su pequeño departamento. Naruto se había ofrecido a acompañarla, pero ella se negó, puesto que el chico tenía una entrevista de trabajo y era mejor que fuera puntual, a que llegara tarde sólo por su culpa. Al final, él la dejó ir con la condición de que si pasaba algo, le marcara inmediatamente al celular. Hinata sólo asintió confiada, mientras reía suavemente ante la repentina preocupación de su marido, porque creía que era ridículo que le sucediera algo.

Grave error.

Todo le salió mal, parecía que el cielo estaba confabulando en su contra.

Primero, debía subirse al autobús, el problema era que jamás en su vida había tomado el transporte público, pero no creyó que fuera algo complicado, también se equivocó. No sabía en qué parada debía detenerse, por lo que decidió preguntar, pero nadie le supo responder. Al final, se bajó siete cuadras antes del lugar correcto.

Estaba sudada, y perdida.

Aún así empezó a caminar bajo el grandioso sol primaveral. Hinata, por primera vez en su vida, odió el usar siempre faldas tan largas, eran estorbosas y se le pegaban en las piernas mientras avanzaba.

Después de preguntar por aquí, y por allá. Llegó al bendito supermercado.

Afuera estaban los carritos en los que echabas las cosas, tomó uno, y se adentró al lugar, mientras sacaba el papel donde anotó los artículos que necesitaba comprar.

La cosa se complicó más, cuando empezó a ver precios y marcas. ¿Por qué había un jugo de naranja más caro que otro, si al final sólo era jugo? ¿Cuál era la diferencia? Así le pasó con varios objetos más, como el aceite, arroz, y comida enlatada. Al final, terminó eligiendo lo más barato, porque te vendían el mismo producto, por precios diferentes.

En la mano derecha tenía su celular, con la aplicación de la calculadora abierta, para sumar el precio de las cosas que iba comprando, mientras que con la otra empujaba el carrito que ya iba medio lleno.

Lo peor sucedió cuando entró al pasillo donde estaban las carnes frías y el pescado. Había una gran variedad, todo acomodado estratégicamente, cada alimento estaba envuelto en plástico, con una etiqueta que decía el peso del producto y su precio.

Hinata se quedó deslumbrada por un momento, en primera, porque tenía casi una semana que no comía carne, y en segunda, porque había mucho de donde escoger, ¡era para volverte loco! Pensó que tal vez esa noche podría sorprender a Naruto con un gran filete de salmón a la plancha, arroz y algo de miso... ¡sería perfecto!

Avanzar [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora