◆ Parte 2: El gran día, nuestro esperado debut.

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   ► Continua Tae Hyung narrando.

Al llegar el día, todos estábamos temblando de nervios, calentando nuestras gargantas, practicando hasta el cansancio cada coreografía, cara letra, cada palabra que íbamos a decir.
Parecíamos discos rayados, todo el tiempo repitiendo una y otra vez la misma cosa.

Por suerte las luces se encendieron y nos dieron el ok de salir y demostrar un poco de lo nuestro. Estuvo bastante bien, me enorgullecía lo mucho que hemos podido hacer ver en el escenario. Ese comienzo fue una gran parte de nosotros, de nuestra trayectoria.
Terminamos todos llorando detrás del escenario, abrazándonos, llenos de satisfacción, de esperanza. Esa noche no la olvidaré jamás, sería una de las noches más importantes para mi, para nosotros, una de tantas. ¿Cómo seguirá esto?

Pasaron dos meses de nuestro debut y las cosas se habían calmado bastante, las presentaciones fueron un éxito y aunque seguíamos preparándonos para más, todo estaba bastante relajado.

— ¿Qué haremos hoy?— Preguntó Namjoon, mirando a todos mientras nuestros cuerpos se encontraban desparramados por toda la habitación.

— ¿Podríamos comprar algo de pizza y alcohol, no? Algo de festejo adulto no nos vendría mal.

Todos nos quedamos viendo a Jimin como si la idea no nos hubiera desagradado. Teníamos poco dinero, pero nos alcanzaría para dos pizzas y un par de botellas de sojú. Y así fue, cada uno se encargo de comprar cada cosa. Y así la noche empezó.

— ¡Declaro esta pizza la más deliciosa del mundo! ¡Más que los rojizos labios de Jeon Jung Kook!— Exclamó Jimin alzando la porción de comida al cielo, como si lo que acababa de hacer fuera una plegaría a Dios. Miré a Jungkook de reojos, buscando algún gesto de satisfacción por lo que el contrario acababa de decir y para mi sorpresa me encontré con un cuerpo tirado sobre el suelo, sosteniendo entre manos una botella de sojú volcada y dejando caer pequeñas gotas de ese liquido tan fuerte. ¿Estaba ebrio? Sonreí y me acerqué buscando comprobar qué tan ebrio estaba.

Tomé con mi diestra la botella y la dejé a un lado mientras colocaba bajo su pesada cabeza un cojín, buscando su comodidad. Entre dedos fui corriendo cada pequeño y lacio mechón de cabello que cubría su frente. Su respiración me relajaba, era tan apacible.
De repente todos decidieron ir al living a ver una película y yo me encontré en la obligación de quedarme con él. ¿Obligación? Claro que no era una obligación, era una tortura permanecer más de cinco minutos a solas con él, pero así fue.
Me recosté apoyado en mis codos y continué contemplado su rostro iluminado por el fino haz de luz que entraba desde la entreabierta puerta. Me acerqué cada vez más y me dejé llevar por el silencioso momento, continué acariciando entre dedos cada fino mechón de pelo. Mis labios se curvaban cada vez más, cuando el ajeno suspiraba. No podía desprender la vista de su rostro de sus labios, de cada gesto que generaba mientras yacía durmiendo, era tan cálido, me inundaba de placer, me estremecía. No pude evitarlo, de un momento a otro me invadió el atrevido deseo de sentirlo más, ¿podía sentirlo más? lo dudé, me detuve, lo pensé y me fue inevitable. Me aproximé a centímetros de sus labios y por Dios, era el cielo estar a esa instancia, sentir esa respiración tibia cerca de mi. No lo pensé y como si el impulso me obligará, apoyé mis temblorosos y fríos labios sobre los suyos. Sobre los carnosos y más que tibios labios del menor.
Sentí como me explotó el corazón, como cada bello del cuerpo se me erizó. Lo estaba haciendo, estaba haciendo lo que tanto deseé y lo que tantas veces me había preguntado.. ¿qué se sentiría besar los labios del menor?.
Nada en ese momento me pareció más preciado, nada se semejaba a lo que estaba sintiendo, me descontrolé, me dejé llevar, me arrimé y entre abrí los labios buscando más.
Pude percibir su húmedo y caliente aliento dentro de mi cavidad, presioné su inferior entre mis labios, succioné y relamí cada parte. Me detuve al sentir una presión de entre dientes del contrario. Presionó mi inferior como si le estuviese gustando lo que estaba sucediendo. Abrí mis ojos y allí estaba él, con los ojos aún cerrados y con el ceño fruncido. Me asusté y me alejé de un salto. ¿Qué había hecho? Me levanté, corrí hasta mi cama y me lancé en ella como si mi vida dependiera de un segundo.
Sentí como el menor se quejó y se removió en su lugar, pero continuó durmiendo plácidamente. Por mi parte intenté hacer lo mismo, pero cada vez que intentaba conciliar el sueño, podía sentir en mis labios los pequeños roces que habían tenido con el menor. Como si aún continuara besándolo. Dios, me había vuelto loco. ¿Y si alguien nos vio? ¿Y si él se dio cuenta? Estaba completamente flotando en las nubes, los días pasaron y yo no pude quitar de mi cabeza ese beso. Cada vez que lo miraba recordaba ese momento, sentía lo perfecto que fue besarlo. Qué descaro el mío, pero que pecado más tentador y placentero.

— Tae, alcánzame la mermelada... Tae.. ¡TAEHYUNG!— Gritó desde el otro lado de la mesa Yoongi, sosteniendo una tostada en la mano.

— ¿Ah? Sí... ¿qué?— Respondí en cuanto su gritó me sacó de mis pensamientos. Estaba completamente atontado, entretenido viendo como Jimin jugaba con la consola de juegos en la tv.

— Que me pases la mermelada... tonto. ¿Alguien vio a Hoseok y Jungkook? No lo he visto en toda la mañana.

— Fueron a ensayar.. temprano se levantaron ambos y se fueron antes de que se ponga el sol. — Respondió Jin, alcanzando la mermelada a Hyung. Finalmente alguien se la alcanza.

— Es extraño que Jimin no haya ido con ellos. Cuando se trata de ensayos es el primero en ir. — Rió el mayor, mientras colocaba la morada sustancia sobre la tostada y la esparcía por la misma.

De repente la puerta se abrió y apareció en el lumbral NamJoon cargando bolsas del supermercado junto a Hoseok.

— ¡Las comprar llegaron! — Exclamó y todos los presentes no acercamos a tomar una bolsa y colocarla sobre la mesa.

Desde hacía un tiempo que habíamos comenzado a tener el placer de comer más, hasta de comer golosinas. Pero eso era escaso en nuestra lista de compras, casi nunca comprábamos.

— ¿Quién puede ir a buscar a JungKook a la empresa? Tenemos que prepararnos para una sesión de fotos.— Preguntó nuestro líder y yo como buen Hyung, me ofrecí rápidamente.

— Ve.. pero no se entretengan, antes del medio día debemos estar listos. Jimin, ve a ducharte, eres el que más tarda. — Ordenó el mayor y me dirigí felizmente a mis destino.

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⏰ Last updated: Oct 14, 2016 ⏰

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