six.

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Matteo.

En el Blake South College, a minutos de salir y decirle a Simón cuánto le gusta y con la esperanza de que sienta lo mismo.

Gastón lo ha estado presionado todo el día, además lo asusta.

Quizá te rechace. —dijo mientras resolvía unos ejercicios de matemáticas.

Tal vez ya consiguió otro novio que le deja las cosas claras y no lo llama "amigo". —se burló a mitad de Educación Física llevándose un golpe de parte de Matteo.

¿Imaginás que te diga algo como... —fue interrumpido en el almuerzo por el jugo de naranja que le tiró Matteo encima para luego irse enojado.

Desde el momento del jugo, Matteo no ha visto a Gastón, quizá regresó a su casa a limpiarse y cambiarse, aunque conociéndolo seguro no le importó y se quedo pegajoso y con olor cítrico lo que quedaba del día.

Vio su reloj de muñeca, estaba desesperado, quería salir ya y terminar con esto, de verdad lo necesitaba, y aún faltaban diez minutos para irse de ese lugar, más cinco minutos en lo que llegaba al Roller, más toda una vida en lo que tomaba valor para decírselo... Dios, ¿cómo reaccionaría?, ¿y si no siente lo mismo?, ¿y si Gastón tenía razón y consiguió a alguien que no lo llama "amigo"? ¡Rayos! Ahora sólo quería que el tiempo pasara muchísimo más lento, pero claro, el universo juega en su contra, justo en ese momento, la campana sonó. Salvado por la campana, ¡estupideces!

Simón.

—¡No puedo creer que ya estés aquí! —gritó con emoción el chico, su amiga había entrado por la puerta del local hace un rato y aún no podía creerlo, es decir, sabía que llegaría, pero al ya tenerla ahí era bastante raro, llevaba unas semanas de no verla, y para este par era como una eternidad, no podían estar separados ni un mes, se habían acostumbrado el uno al otro, se necesitaban el uno al otro.

—¡Lo sé! ¡Te extrañé demasiado! —Luna se acercó a Simón y le dio el quinto abrazo en el rato que llevaban ahí, este con un poco más de fuerza.

—¡Dios! Es terrible estar aquí sin ti, es terrible estar en cualquier lado sin ti de hecho. —ambos caminaron hacia la barra, Luna se sentó en el lugar de Matteo... No el lugar de Matteo en realidad, donde siempre se sienta Matteo al llegar, a Simón no le molestó... tal vez sí, pero estaba enojado con el italiano en estos momentos, así que no dijo nada, además si mencionara algo tendría que hablar de Matteo y cómo lo mandó a la friendzone dos veces, no tenía ganas de hablar de eso ahora... o nunca. Simón se colocó frente a ella y sonrió.

Matteo.

—¿Huelo bien? ¡Tocáme! Seguro quedarás pegado a mí por siempre. —Gastón se había quejado desde que por fin encontró a Matteo, Matteo trataba de ignorarlo, pero joder que era difícil.

—Pudiste haber ido a tu casa y limpiarte, ¡problema resuelto! —Matteo comenzó a caminar más rápido, llegaría más rápido al Roller cosa que no quería, pero no soportaba un momento más de quejas de Gastón, no importa qué hiciera, las consecuencias estarían en su contra.

—¡Hey! ¡No he terminado, sabés!

—¡Ojalá me importara!

Al llegar al lugar, ambos chicos buscaron a Simón con la mirada. Matteo lo vio antes, al verlo ahí, con una chica frente a él, más encima en su lugar, el enojo incrementó, ¿quién era esa y qué hacía con sus cosas? No es que Simón fuera un objeto, y el lugar no es suyo completamente pero... ¿y qué?

—Te lo dije. —soltó Gastón viendo la misma escena que su amigo, Matteo le dio un leve codazo en el abdomen, este chico soltó un quejido y cerró los ojos con fuerza. —Te odio... —murmuró Gastón.

Matteo se acercó a Simón con los brazos cruzados, estaba evidentemente enojado, Simón al verlo trató de que su expresión no cambiara para que Luna no notara nada y no preguntara.

—Hola. —dijo Matteo llegando a la escena.

—Hola... —murmuró Simón, Luna veía todo con atención.

—Este es mi nuevo novio. —Matteo al decir eso tomó la mano de Gastón y entrelazó sus dedos, Gastón trató de no reír por lo que su pequeño e ingenuo amigo hacía... o trataba de hacer.

—¿Ah, sí? —Simón, en el fondo sintió celos, no de que fueran "novios", Matteo era muy obvio, sentía celos de el hecho que se hayan tomado las manos.

—Sí... Quería presentártelo.

—Ella es mi novia. —Simón sonrió algo burlón viendo a Matteo, este, por otro lado se la tragó todita, de verdad lo creyó, a Simón le encantaba que fuera tan inocente.

—Es fea. —Matteo hizo un puchero, Luna lo vio obviamente ofendida.

—Igual te gané a Simón. —golpe bajo para Matteo.

—Te odio.

—Simón no lo hace. —Gastón no soportó más la situación, comenzó a reír con fuerza soltando la mano de Matteo, luego de de un rato, Luna y Simón se unieron a Gastón, los tres reían a carcajadas llamando la atención de algunos presentes, Matteo sólo los veía totalmente serio.

—Okay, yo... Te veo luego, ¿sí, novio? —Gastón soltó una última risa y se fue del lugar, Matteo supuso que fue a ver a Nina, y tenía razón.

—Yo... Los dejo solos, adiós Simón. —cuando Luna estaba de espaldas caminando hacia quién sabe donde, Matteo le sacó la lengua, totalmente infantil, Simón lo vio con ternura.

—¿Estás celoso, Matteo? Porque recuerdo que sólo somos amigos. —el menor soltó un gruñido.

—Yo... de hecho, quería decirte algo. —los nervios en el chico italiano subieron a mil, su corazón palpitaba con fuerza y rapidez, se sentó donde antes estaba Luna y vio a Simón mientras jugaba con sus manos.

—Dime.

—Pero... ¿ella no es tu novia o sí?

—No, Matteo.

—Tú... Yo quería decirte que... Uhm...

—¿Te gusto?

—¡No! Yo... agh, te odio... —Matteo se rindió bajando la mirada.

—¿Es un sí?

—Sí... —Matteo vio a Simón nervioso. —¿Qué piensas?

—Que también me gustas, creí que era obvio, es decir... —Matteo lo interrumpió tomando sus mejillas, se estiró lo más posible, en este momento odiaba más de lo normal esa estúpida barra, se acercó aún más a Simón, cerró los ojos e hizo una boquita de pato, pasaron unos segundos y aún no sentía nada. —¿Tratas de besarme? —Matteo abrió los ojos, sus mejillas enrojecieron.

—Sí... Debo verme patético... ¿podrías venir de este lado? Comienza a dolerme el abdomen. —Simón rió, así no imaginaba su primer beso, pero igual fue bastante lindo y cómico.

Matteo se acomodó en su lugar de nuevo esperando a Simón, este caminó alrededor de la barra, al llegar a estar frente a Matteo sin pensarlo tomó sus mejillas y lo besó, no fue un beso largo o profundo, fue más bien un pico, pero ambos lo disfrutaron, fue perfecto.

Ahora Matteo sólo esperaba que pudieran ser novios en paz, sin ningún drama.

ice cream ; sitteoWhere stories live. Discover now