28

3.4K 324 11
                                    

Capitulo Veintiocho: No es fácil

- ¿Ce... Celaena? -preguntó con voz quebrada.

Asentí lentamente, era mucha la emoción.

-Hola Severus...-le sonreí y las lágrimas salieron sin control.

-¿Qué haces aquí?-preguntó aún asombrado-¿Cómo estás aquí?

Me acerque a él, y lo miré a los ojos, era mi Severus, el amor de mi vida, la persona a la que había amado estos trescientos años.

-Pues... me dieron permiso de volver, aunque no puedo estar mucho tiempo, sabes yo no...

-Calla-dijo ahora con rabia- ¿vienes, aparece y dices que te irás pronto?-escupió agriamente.

Eso dolía, y mucho, no era mi intención, no era mi decisión, así era el mandato, y hasta que no subiera al trono, así sería mi vida, no era mi decisión, las lágrimas caían sin piedad por mis mejillas.

-Amor, escúchame...-dije con la voz cortada.

-No ¡Joder! No tienes derecho a desaparecer sin explicarme o despedirte y aparecer tres años después, ¡No es fácil! ¿Sabes lo que sufrí? ¿Lo que lloré? ¿Planeas que todo vuelva a hacer como antes? -Me gritó

Lo único que hice, fue abrazarme a mí misma de forma protectora, las lágrimas seguían cayendo pero sabía bien que ya no eran lágrimas comunes, porque me quemaban, eran lágrimas de mi dragón interior, que también era lastimado por él y sus palabras.

Ardían como fuego, y sabía que si no me tranquilizaba pronto, algo malo iba a ocurrir.

-No eres capaz de contestar... ¿en serio? Creí enamorarme de una niña estúpida y tonta, porque eso eres, y ¿sabes? No sé porque te lloré, si al final solo regresarías para esto.

Seguía hablando, me lastimaba y era muy cruel, nunca fue mi intención, si no paraba él, yo provocaría algo malo, algo que solo me había ocurrido una vez, cuando Arelian me dijo que me casaría con un Dragón de Treviter, el país vecino, solo para unir reinos, yo le lloré y me negué, él me insultó y me dijo que se decepcionada de mí, así como mis padres mágico lo habían hecho una vez, esa vez explote y provoque un gran daño.

No quería lo mismo, comenzó a negar con la cabeza, mientras sentía el dolor apoderarse de mí, esto no iba bien, no quería más daño.

-¡No! ¡Basta! Basta, no sigas.... Te puedes arrepentir-dije con lágrimas de color rojo por mis mejillas, la voz cortada.

-¿Qué paré? Pero si esto apenas comienza-escupió de una forma tan fría, ácida y dolorosa.

Y sin decir más, perdí el control de mí y esa parte oscura y maligna se apoderó de mí, provocando grandes daños.

***

Un dolor en mi muñeca me hizo despertar, no recordaba mucho después de todo lo que Snape me había dicho, sé que pasó algo malo, y ahora tenía un dolor en mi muñeca derecha.

Abrí los ojos, y note que estaba en un lugar espacioso y oscuro, movía mis manos y note que una estaba atada a una cadena, la estiré de forma dura, y no pasó nada, no tenía muchas fuerzas.

-Ikzja miei-dije y la cadena se hizo polvo.

Sobé mi muñeca que tenía gran dolor, y después sentí que alguien se acercaba...

Respire con profundidad, y pensé en la oficina de la directora, respire y sentí como desaparecía.

-Hola Minerva.

La profesora dio un salto y un pequeño grito.

-¿Romanov?-me miró confundida-¿qué hace aquí?-pregunto.

Antes de tener oportunidad de contestar un ya conocido pelinegro entro.

-Minerva, ha desaparecido de las...

No terminé la frase al verme, y su mirada era hostil, me dolía, y no quería seguir, sin decir más... me encaminé a la ventana.

-No te entiendo, creí que me esperarías...-dije con dolor mirándolo.

Me dejé caer por la ventana y dije las palabras que había pronunciado ya una vez. "Portraitus Reitem"

Todo se volvió oscuro, y luego volvió a haber luz, observé y no era Trelliyian, era la casa de la Hilandera, donde viví con Severus una vez.

El profesor de pocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora