Capítulo 12

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  Alfonso no lucía mejor que ella, tenía ojeras y el cabello desordenado. No sabía cómo reaccionar, pero algo tenía que decir. La vio levantarse del sillón donde estaba sentada y recorrer la sala sin mirarlo en ningún momento.

- Alfonso: Hola,
- Anahí: Hola.
- Alfonso: Anahí, yo...
Respiró profundo,
- Alfonso: Quiero conversar contigo sobre lo que pasó anoche,
La miró, pero ella seguía desviando su vista,
- Anahí: ¿Ah sí? ¿Y qué me quieres decir?
- Alfonso: No quiero que pienses mal,
- Anahí: Ni siquiera sé que pensar. Ya pasé mucho tiempo intentando agradarte, gasté demasiada energía y no pienso seguir haciéndolo, porque veo que a pesar de mis esfuerzos no lo conseguí,
- Alfonso: Te aseguro que todo tiene una explicación,
- Anahí: No te las estoy pidiendo,
- Alfonso: Pero yo quiero dártelas.
Se acercó a ella y Anahí lo miró,
- Anahí: Mejor ahórratelas, ya no sirven. Es obvio que no te muevo ni una hormona,
- Alfonso: No digas eso,
- Anahí: ¿Y qué quieres que diga si saliste arrancando como si hubieras visto al demonio?
- Alfonso: Yo...
- Anahí: Tú nunca me has querido, reconócelo. No sé porque te casaste conmigo, ni siquiera sé por qué yo acepté si sabía tu desinterés por mí. No sé a qué estás jugando, pero te aseguro que tus actitudes ya no me van a afectar.

Pasó por al lado de Alfonso, no se había quebrado en ningún momento, pero al llegar a su cuarto se derrumbó. Para ella, que Alfonso la quisiera era como encontrar una aguja en un pajar. Llevaba más de dos meses intentando entrar en su corazón, y ya no seguiría insistiendo. Si por esas casualidades de la vida las cosas cambiaban, ella no sería quien provocaría el cambio, esos meses habían sido suficientes para darse cuenta que él no sentía nada por ella y probablemente jamás sintiera, ahora sólo le quedaba seguir adelante.

Anahí todos los días esperaba que Alfonso demostrara un mínimo interés en ella, pero esa ilusión se desvanecía cada vez que se veían. La indiferencia que él demostraba ante ella la hacía darse cuenta que como pareja les quedaba poco futuro, si es que a eso se le podía llamar pareja.

Para Anahí, las dos semanas que llevaban de casados parecían cincuenta años, al igual que para Alfonso. Él la amaba, pero el cargo de consciencia que sentía por haberse casado con ella, antes de arreglar sus dudas, era más fuerte.

Las discusiones eran cada día más frecuentes entre los dos. Anahí ya no hacía ningún esfuerzo por llevarse bien con Alfonso y él, por su parte sólo se limitaba a llegar por las noches para así evitar peleas, las que cada vez los desgataban más.

Después de pasar un rato en casa de Maite, Anahí fue a hacer las compras al supermercado. Al llegar a su casa, bajó las bolsas del auto y las entró a la cocina para ordenarlas. El timbre sonó y no pudo evitar su cara de sorpresa al abrir la puerta y encontrarse del otro lado a quien jamás imaginó ver ahí,

  

- Anahí: Derrick ¿Qué haces aquí?
- Derrick: Vine a despedirme ¿Puedo pasar?
Anahí se quitó de la puerta y Derrick entró a la casa,
- Derrick: Hola ¿Cómo has estado?
- Anahí: Bien ¿Y tú? ¿Cómo es eso que vienes a despedirte?
- Derrick: Me salió el puesto que estaba esperando, mañana parto a Washington.
- Anahí: ¿De verdad? Me alegro mucho, sé lo importante que era para ti que te dieran ese puesto en tu trabajo,
- Derrick: Te debe parecer extraño verme aquí después de todo lo que pasó, pero no me quería ir sin despedirme de ti. Después de todo pasamos muchas cosas juntos,
- Anahí: Derrick, quiero que sepas que jamás pensé en hacerte daño, fuiste muy importante para mí,
- Derrick: Lo sé, tú también fuiste muy importante para mí,
Le sonrió,
- Derrick: Y si las cosas se dieron así, es porque así tenían que ser. Sólo quiero que tengas presente que como amigo, todavía puedes contar conmigo, claro, si es que lo deseas,
Anahí lo miró sorprendida,
- Anahí: Tú también siempre podrás contar conmigo, Derrick. Y muchas gracias por todo, muchas gracias por ser la gran persona que eres y por enseñarme tantas cosas en los años que estuvimos juntos,
- Derrick: Al contrario, el agradecido soy yo, tú también eres una gran persona y también me enseñaste mucho,
- Anahí: Espero que tengas mucha suerte,
- Derrick: Gracias,
Le sonrió,
- Derrick: Bueno, ya me voy. Todavía tengo que arreglar algunas cosas,
- Anahí: Antes que te vayas necesito entregarte algo. Esperarme un minuto, ya vengo

La MentiraWhere stories live. Discover now