Kill Me«Black Gochi» [Terminada]

Aléjate

Medio día y aún no llegaba. 

Comenzaba a preocuparme, observando por la ventana, miles de preguntas me rondaban la mente, sabiendo que muchas de ellas quizá, jamás serían respondidas.

¿Porqué me salvó? ¿Porqué no me dejó morir? ¿Qué sería de mí si no regresaba?

Se había vuelto una compañía para mí, una persona cuya presencia no me enojaba. Volviéndose importante para mi vida. Temía de que algo le sucediera, que no pudiera regresar a salvo, o que simplemente no volviera.

¿El Goku de ese tiempo sería capaz de matarlo?

Respondiéndome a mí misma, negando con la cabeza, intentando evitar pensar negativamente.

Lo sentí llegar, sintiendo su energía muy cerca de donde me encontraba. Una energía menguada, casi inexistente.

Acudiendo donde estaba, encontrándolo en el suelo, débil, inconsciente. Dibujándose un sonrisa en mis labios de al menos verlo llegar con vida. Pensando. Tal vez no tenía su poder de curación, pero lo ayudaría a recuperarse tal y como lo hizo conmigo.

Llevándolo a una de las habitaciones de la que fue mi casa, recostándolo en la cama como pude. Comencé a limpiar sus heridas, vendarlas, mientras las ganas de llorar me invadían al recordar los tiempos en los que Gohan solía tener fiebre.

Finalizado mi trabajo, me dirigí a la cocina, haría lo único en lo que era buena. Lo que me fascinaba hacer para los demás.

Cocinar.

Preparando un guiso mientras tarareba una canción. Me sentía feliz. Sacando los ingredientes necesarios de un viejo almacen en el pueblo más cercano.

Entré a la habitación con una bandeja de alimentos, aún dormía. Deslizando una mano por su frente despertándolo. Le dediqué una sonrisa.

Levantándose lentamente, devorando la comida a una velocidad digna de un saiyajin, no pronunció ni una sola palabra.

Me miró a los ojos. Sintiéndome perdida en sus orbes.

Posé una mano en la suya. 

La retiró inmediatamente. Se levantó dirigiéndose a la puerta. Le pregunté qué fue lo que había sucedido en el pasado. No respondió.

Alejándose de la casa, caminando a paso apresurado a una dirección desconocida. Sostuve aquel listón rojo que envolvía su cintura.

Se giró y me sostuvo por los hombros, confundiéndome ante sus palabras.

Aléjate mujer

¿Qué hay de tu promesa?

Respondiendo que en cuanto Goku llegara a este tiempo vendría a buscarme.

Mientras tanto, no me busques, y yo no lo haré, sólo aléjate