Sol Benson | Soy Luna 2

(29) Ultimo entrenamiento

Al otro día decidieron ensayar más temprano en el Roller, puesto que la Rollerband iría a tocar a otro local.

Este es su último entrenamiento antes de su competencia con Mariano, todos están muy concentrados. Incluso Ambar y Simón, quienes son los suplentes.

—¡Bien chicos! Ya pueden descansar— anuncia Paula y las respectivas parejas se separan.

Ambar va a tomar agua y Simon queda solo. Luna va inmediatamente hacia él.

—Hola enamorado— dice ella con una sonrisa.

—¿Qué dices? Tú no te quedas atrás.

—Si, al parecer a ambos nos gustan los fresas—. Ríen ambos—. Oye iré a practicar un poco más con Matteo.

Luna está bastante nerviosa con la competencia, ya tiene las ganas de que fuera hoy.

—En serio no podría pedir una mejor novia— dice Gaston viendo como Nina da unos giros.

Ella ríe—. No tenes que adularme todo el tiempo.

La pareja ríe y se une en un beso. Se habían unido mucho. Sin duda no se arrepienten de todo lo pasado cuando Ambar les mintió, pues si eso no hubiera pasado quizás no estarían juntos.

Simón vuelve con Ambar y Luna con Matteo. Desde los asientos fuera de la pista Aylen observa a la primera pareja molesta.

—Esto no se quedará así— susurra para sí misma.

Se levanta de allí y decide irse, ya algo se le ocurriría para separarlos. Ahora tenía más mentiras que decir.

***

—Hola Yam— saluda la pelirroja a su amiga desde atrás.

—¡Jim, me asustaste!— exclama la rubia pegando un brinco.

Yamila estaba sentada con Mora enseñándole algunos diseños. Pero esta ya se iba.

—Bueno bye chicas, un besito al aire— dice Mora tirando un beso y se va con sus carpetas a ver a su «Súper Richard».

Jim tiene una sonrisa de oreja a oreja. Yam la mira con detenimiento, algo le pasa.

—Jim, sea lo que sea qué estás planeando déjame decirte que no estoy de acuerdo.

—Tú y yo tenemos una cita doble mañana— suelta la pelirroja y se da media vuelta para irse antes de que la rubia se queje.

—¡¿Qué?!— exclama y va tras ella—. ¡Jim no me podes decir eso e irte! ¡¡Jim!!

***

—¡Tino, Cato!— exclama Miguel llegando donde ellos en el asilo.

Mónica y Miguel habían tomado su día libre para poder ir a agradecerles por lo del juicio.

—Cato, y Tino— apunta Cato primero a él y luego a su amigo.

Tino lo mira mal—. No, no, siempre ha sido Tino y Cato. Cato y Tino ni siquiera rima.

—Eso no importa— menciona Mónica sonriéndoles a ambos—. Venimos a agradecerles por lo del juicio, hubiéramos perdido a Luna de no ser por ustedes.

Tino y Cato intercambian miradas y chocan sus palmas.

—¡Somos héroes Tino!

—Más que eso Cato ¡Somos superhéroes! Entiendes, el súper siempre lo mejora.

***

—>Canción multimedia<—

—Vivir con esta sensación se siente, vivir sin conexión ser transparentes. Somos tan invisibles, amores imposibles, invisibles como una canción...— suena el demo en el portátil.

Hay una elegante oficina en un edificio, el último piso con un gran ventanal. Allí hay dos hombres, el jefe de la disquera y su asistente.

—¿Quiénes son?

El asistente revisa los papeles—. Una tal rollerband, son de Buenos Aires también.

—Ponme en contacto, creo que ya tenemos a las nuevas estrellas de la disquera— dice el sujeto observando una imagen de los chicos.

Benjamín McCarter estaba buscando a nuevos artistas para su disquera. Pero no encontraba a nadie a la altura, quizás la Rollerband podría ser esa nueva oportunidad de volver a subir.

—¿Qué está diciendo señor? Son unos niños.

—Cantan bien, no están en la escuela, son guapos lo que traería a las desenfrenadas fans, ya tuvieron un concierto y además son un éxito en internet. Tú solo obedéceme y ponme en contacto con su representante— dice firme McCarter.

***

Los chicos ya se habían ido a tocar y Luna quedo ayudando a ordenar el Roller, pese a que ese no fuera su trabajo ella quería ayudar. Ahora ya se iba yendo.

—¡Luna! Perdón ¿Tenes un segundito?— pregunta Jazmín tomándola del brazo.

—Claro Jazmín ¿Qué pasa?— pregunta Luna.

—Velo por ti misma—. Le entrega la tableta.

Allí está el vídeo de Matteo empujando a Lucas contra los casilleros. Luna no puede creerlo, él le había prometido dejar sus celos.

Decepcionada, así se siente.

—¿Cu-cuando fue esto?

—Ayer lo grabe— dice ella siguiendo el plan de Mathias—. Bueno me tengo que ir, chau.

Luna se queda allí pensando en que haría ahora ¿Porqué Matteo habría hecho algo así? ¿Porqué es tanta su desconfianza?

***

Ambar va camino a la mansión Benson cuando alguien la detiene. Se da media vuelta para ver quién es y cae en cuenta de que es la misma señora de hace algún tiempo.

—¿Qué haces acá? Sabes que, ya me tienes harta. Llamaré a la policía— anuncia Ambar sacando su móvil.

—Por favor, escúchame— ruega la señora—. Mira déjame decirte lo que tengo que explicarte y luego desaparecer de tu vida si así lo quieres.

Ambar suspira y guarda su móvil dispuesta a escuchar de una vez por todas a la rubia.