Ingredientes:

Los ingredientes necesarios son: ajenjo, asfódelos, raíces de valeriana, pereza cerebral, judía soporífera y el jugo de 12 granos de sopó foro. La poción debe ser similar a una pasa de color liso, negro líquido en la etapa intermedia, sino que debe entonces dar vuelta un tono claro de color lila, entonces claro como el agua, después de revolver la poción a la izquierda en siete ocasiones. Sin embargo, revolviendo la poción a la izquierda y a la derecha siete veces, una vez, como lo indica el príncipe mestizo, había al parecer un efecto mucho más fuerte.

-Profesor... -dijo la voz de Romanov, su hermana.

-Cállate muchacha y has la poción. –Dije con veneno

Celaena POV's

-Estamos en paz... al fin-susurré con alegría con la mirada al mar.-en paz.

Mi vida en Trelliyian había sido fantástica, en esto trescientos años, todo había ido mejorando, conmigo misma, y con mi pueblo, con mi mundo.

Arelian me tuvo que explicar muchas cosas, y aún no podía creer varias de ellas, era impresionante y fantástico el poder que tenía aquí.

El tiempo aquí es diferente, 75 años pasan en Trelliyian, mientras que en Londres, bueno el mundo, apenas pasa un año. Había madurado más por la guerra que enfrenté en el país, mi aspecto era muy distinto, tenía el cabello más corto, ahora me llegaba a los hombros, mi piel ya no era tan blanca, tenía un tono dorado muy bello, a pesar de no parecer tan distinta, así lo era.

También me explicó que yo era heredera de una inmensa fortuna con un gran reino y mucho poder, tanto físico y monetario como mágico.

En estos años me había entrenado para la guerra teniendo una gran destreza en la espada, había aprendido pociones, hechizo y sobre la geografía, la flora y fauna de mi país, a pesar de ser Romanov, yo era por así decirlo hija de Arelian, porque la Luna, mi gran diosa lo había designada, cada dos mil años, llegaba una nueva o nuevo heredero y era mi turno.

-Has aprendido bien-dijo Arelian en un forma humana muy bella, él tenía tres mil quinientos veintinueve años, y su barba era larga como la de Albus, sus ojos eran plateados y su piel era rosa, un hombre viejo y sabía, un gran dragón.

-Gracias a ti y a Kysha.

Kysha es un legendario unicornio, que muere y renace, me ha guiado y enseñado muchas cosas de las que ahora sé.

-Es hora de cumplir mi palabra-dijo Arelian.

Un nudo se hizo en mi garganta, y esa llama que había mantenido prendida pero a fuego bajo crece sin importar si me quemo, lo único que pienso al igual que cada día de estos trescientos años es "Severus, MI SEVERUS", no lo evito y unas lágrimas resbalan por mis mejillas, verlo y besarlo, pero a la vez me aterra el pensar, que me olvido, que tiene a alguien más, oh algo peor.

Miro con emoción a mi viejo maestro, me da una sonrisa sincera, y una mirada dulce y paternal.

-Irás de nuevo a tu lugar, al lugar al que perteneciste. Pero volverás, y te seguirás haciendo cargo aquí de todo, no puedes solo abandonar tu reino. Ten en claro que el tiempo es diferente y pueden pasar cientos de cosas mientras tú haces una cosa haya-me mira con seriedad y solo logró asentir lentamente.

-Solo tienes que abrir los portales como te hemos enseñado-continua.-Y ten cuidado de lo que hagas, ha pasado poco tiempo, pero no tardes, solo ten en cuenta que el tiempo apremia, y aprovéchalo.

Me da un fuerte abrazo y sé que con eso se despide, desaparece caminando hacia el mar, me quedo observando a la nada, y mi único pensamiento es él.

El profesor de pocionesWhere stories live. Discover now