Capítulo 1. "Lindos ojos"

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Nos bajamos del CADILLAC. Pasé mi mano por mi cabello, desordenándolo aún más.

—Mike esto es estúpido, ¿sabes qué? Yo mejor me regreso. —Me di la vuelta y su mano abierta me detuvo.

—Tú, no vas a ningún lado amigo. Sólo irás a sentarte a la barra, a pedir un tarro de cerveza fría. Te darás la vuelta, verás un hermoso panorama de piernas largas y pechos grandes... —Sonrió sólo de imaginarlo y rodé los ojos. Con sus manos parecía moldear a una chica voluptuosa y reí, le faltaba más que un tornillo. — Y tú, mi queridísimo amigo. Te llevas una en ese asqueroso y pequeño baño que está en la cantina.

— ¿Qué? —Abrí los ojos sorprendido. Sonreí irónico y después fruncí el entrecejo. — Michael, aún ni siquiera bebes una insignificante gota de cerveza y ya estás hablando idioteces.

—Es lo bueno de estar soltero.

—Es lo malo de que alejes a las chicas con tu aliento a alcohol. —Me miró mal y reí.

—Algún día me vengaré Joe.

—Cómo digas Mike. —Manotee.

Las puertas se abrieron con un chico de cabello color dorado casi devorándose a una rubia bien proporcionada, claramente operada de todo el cuerpo. A ese chico lo conocía de algún lado.

Mike estaba a punto de cruzar la puerta cuando lo tomé de su chaqueta y lo traje de vuelta a mí.

— ¿Qué? No nos iremos Joe, ni siquiera lo sueñes.

—No idiota, mira. —Señale al chico. El rostro de Mike se tornó sorprendido y sonrió.

—Ese es...

— ¡Lo sé! Es Jake.

— ¡Vamos a saludarlo! —Ahora él que abrió los ojos fuí yo.

— ¡No, Mike!

— ¡Jake Kramer, hace mucho que no nos vemos! —El chico dejo de besar a la rubia y se alejó de ella.

—Ohm... se me han quitado las ganas nena, este no es tu día de suerte. —Hizo la boca de lado y ella se colocó bien el bolso y se alejó con su taconeo.

—Perdón, es que Mike... no es para nada, para nada, discreto o tan sólo alguien compasible.

—Lo sé, querido Joe. — ¿Por qué me decían "querido"? Está bien que seamos mejores amigos desde la infancia o tal vez desde la secundaria pero... querido suena muy... GAY.

Gruñí.

— ¿Una ronda? —Preguntó Mike.

— ¿Tú invitas?

—Claro.

Y entramos los tres a la cantina. El olor a alcohol inundo mis fosas nasales.

«Hogar, dulce hogar».

|*|

La secadora estaba en lo más alto, así de mal me iría al pagar la luz.

Me miré al espejo, lo cepille un poco y me puse brillo labial. No iba a conocer a nadie, no tenía por qué ir tan arreglada.

Un vestido azul con unos botines bastaba.

—Joder Maibys, apúrate.

—No me apures o irás sola. —Escuché su gruñido.

Salí de la habitación y tomé mi pequeño bolso.

—Vas a ir a una cantina, no a tus reuniones de moda.

Chico ProhibidoWhere stories live. Discover now