-¿No te enseñaron a no meterte en mentes que no eran ajenas a ti?- le replica ella al abrir los ojos y ver los de la bruja cerrados observando dentro de su mente.

-Estaba averiguando si estabas bien, has tardado más de lo normal en despertarte.

-Estoy bien - se sienta y mira el entorno-. ¿Con qué fuisteis vosotras las que casi me volaron la cabeza para qué viniera aquí?

-No, fueron los Ancestros - responde Monique- . Dicen que ha llegado la hora de ayudarte a destruir a los Mikealson.

-¿Fuisteis vosotras quienes deshicieron el hechizo de la habitación?

-Si - responde la pelirroja quien se levanta para agarrar algo de la mesa-. Aquí tienes ropa para cambiarte. Al fondo - señala detrás de Lily donde había una puerta abierta- tienes una habitación para cambiarte.

-¿A dónde vas? - le pregunta cuando está de pie.

-Al entierro del padre Kieran.

-Un alto al fuego.

-Si - dice antes de desaparecer por la entrada.

Lily se dirige a la habitación que Genevieve le había dicho. No era amplia y lo único que contenía a parte de la puerta era una ventana minúscula en lo alto de la pared. Se vistió la camiseta y los pantalones negros y se puso de nuevo los zapatos que había traído. De vuelta a donde había despertado se encontró un pequeño espejo antiguo dorado que agarró para mirarse. Tenía una gota de sangre en la mandíbula, era pequeña. Se pasó el dedo indice por la diminuta mancha y sin esfuerzo alguno la retiró. Volvió a posar el espejo y se sentó en un taburete mientras miraba a las flores que tenía en frente.

-Según Genevieve los Ancestros están en deuda contigo - rompe el silencio que Lily estaba disfrutando.

-Porque ayudé innumerables de veces a los vuestros.

-¿Porqué?

Lily gira su cabeza para mirar con mala cara a la bruja, tenía la esperanza de que estaría lo suficientemente sola para pensar.

-Nunca he tenido nada en contra de las brujas o los hombres lobo, los que no me agradaban mucho eran los vampiros - le responde esperando que sea lo que ella quería oír.

-Pero tu eres una vampira - ella bufa al oírla de nuevo.

-Lo soy, pero me transformaron en contra de mi voluntad y cuando eres lo que soy es difícil controlar la sed de sangre que llevaría a otras personas a la muerte. No solo ayudé a los tuyos después de transformarme, cuando estuve viva también lo hice porque me parecía sorprendente lo que hacíais. Empecé a aprender unas cuantas cosas y sin darme cuenta era una protectora de las brujas contra los vampiros y contra Klaus.

-¿Contra Klaus?

-Si. En aquella época el estaba loco de amor por mi así que si yo me enfrentaba a él por las brujas y le pedía que las dejara, lo hacía pero cuando lo nuestro terminó fue diferente, me convertí en la única persona viva que se había enfrentado al temible Niklaus Mikealson y que aún se mantenía con vida. No me hacía ninguna gracia que inculpara a los vuestros de las muertes que el provocaba.

-En conclusión, as protegido a los nuestros de los Mikealson - termina Monique.

-Y de Marcel, y antes de que digas algo más no pude detenerle de esos ocho meses de prohibición que tuvisteis, estaba sin poder.

Monique la mira para acabar acercándose, una vez a su lado acaricia los pétalos de las flores mientras piensa en las ventajas y desventajas.

-Si lo miro bien, sí eres la única que ha sido capaz de enfrentarse a Klaus entonces nos hace bien tenerte con nosotras.

The Casquette Girl | The Originals #1Where stories live. Discover now