Uroboros

Una nube de polvo

Benji y Mr Danger se bajan del Buggy. Primero Benji, con saltos agraciados, busca una posición elevada entre los escombros para ver el horizonte. Mr Danger baja lentamente, da pasos mecánicos, pesados, abstraído de la situación. Camina alrededor del vehículo y se detiene. En la cabeza lleva un ¿casco? con decenas de circuitos que emulan una cabellera cibernética. En una mueca congelada de terror, sus ojos frenéticos contrastan con la pasividad de sus acciones: los ojos vidriosos, constantemente abiertos, forzados por broches metálicos que se conectan al casco neuronal. Se queda inmóvil al costado del Buggy.

Benji enciende medio cigarro que encuentra en un bolsillo. Tiene un aspecto jovial. Algo polvoriento por el camino, sí, pero también lleno de energía, se mueve entre las construcciones con la agilidad de un felino. Ve el Refugio y va al encuentro de los humanos que salen del pozo. Mientras se acerca, realiza un movimiento casi imperceptible: abre y cierra su puño derecho y Mr Danger, detrás, lo sigue.

-Veo que hay gente nueva en el Refugio. Mi nombre es Benji y él es Mr Danger -dice, en una voz clara y limpia. Y continúa -No pudieron haber llegado en peor momento, parece que la tormenta de hoy será una de las más fuertes. Así que si no quieren comerse una lluvia de piedras o que se los lleve el viento, les recomiendo que hablemos adentro. Estas tempestades son caprichosas. Papa Doc debe estar jugando con el clima nuevamente.

Se detiene el viento, como una estática que eriza a todos. La sintonía vuelve a modular una voz humana que repite las mismas palabras de hace unos días, el llamado de Emergencia a todos los humanos a presentarse al Ministerio de los Despojos. "Sí, sí", masculla Benji por lo bajo mientras se acerca Mr Danger con una valija metálica que sacó del asiento trasero del Buggy, "esperá sentado nomás".

-Bueno- dice Benji ya dentro de la caverna -imagino que tendrán muchas preguntas para hacer. Disparen.