El chico de al lado©️

10

Jodie

Esto está mal.

—No es mi novio—le dije rápidamente Miranda. Ambas estábamos mirando en su dirección mientras hablábamos, hasta que él nos sorprendió mirándolo. Su mirada se conecto con la mía, tan seriamente con él sabía ser. El calor subió a mis mejillas y me voltee lo más rápido que pude.

—Así que no son novios, ¿entonces que fueron esas miradas? Vamos algo tiene que haber aquí—me dijo golpeándome golpeándome de forma sutil en el hombro y moviendo sus cejas.

—Es enserio, y ¿qué miradas?—murmuré— solo he hablado con él unas 2 veces, si es que se le llama a eso hablar... Es un desconocido para mí Miranda, además estoy segura de que no le agradó—le dije

—Pero, ¿él sí te agrada a ti?

—Ya te lo dije, apenas lo conozco hace unos días... y no ha sido muy caballero que digamos—solté—él debería no agradarme, pero no lo sé, me parece interesante—dije y volví mi mirada hacia Justin.

Y algo me sorprendió.

Él seguía con la mirada directa en mi.

Me voltee rápido, otra vez. Mi corazón palpitaba aceleradamente, tal vez por la impresión de que él seguía mirándome. El vecino sexy me estaba mirando.

Tranquila Jo.

Tal vez estaba mirando a Miranda. Ella es muy linda, mucho más que yo. Tal vez le llamó la atención.

—Tierra llamando a Jodie—dijo mi prima moviéndome.

—¿Qué?

—Dije que si no te importaba iré a hablar con él, me parece muy guapo y ya que no es tu novio—dijo encogiendo los hombros y pasando por mi lado caminando hacia su dirección.

Algo me molestaba. Realmente no quería que hablara con el. A ella todos la quieren. El realmente me parece interesante y quiero conocer cosas sobre el pero con mi prima en medio creo que será mucho más difícil.

Decidí ignorar el hecho de que hablarían y me encaminé hacia el jardín que daba camino hacia el bosque. En mi camino revisé algún libro de la pequeña biblioteca de mi abuela.

Me gustaba leer aunque era muy distraída pero como iría a un lugar tranquilo, me concentraría en la lectura.

Comencé a buscar un libro que llamara mi atención, pero ninguno lo hacía. En mi concentrada búsqueda por alguno, una mano interrumpió mi vista sacando un libro.

—Lee este, es muy bueno—dijo una profunda y grave voz detrás de mí.

Se me corto la respiración al escuchar su voz. No sé por qué producía este efecto, si solo era un extraño más, solo un chico más.

Creo.

Me volteé lentamente y él estaba ahí parado con las manos en los bolsillos de su pantalón, con un rostro muy serio. Nada nuevo en él.

—Gracias—murmuré.

El solo asintió con la cabeza y se quedó mirándome fijo, lo que me ponía muy nerviosa.

—¿Pu..puedo ayudarte en algo?—tartamudee silenciosamente.

Me sentí estúpida.

—Tu abuela me pidió que te ayudara con unas botellas... Dijo que tú sabrías cuales son—habló

¿Botellas? Nadie me dijo nada sobre botellas.

—Eh ¿te importa si me esperas aquí un momento? Vuelvo enseguida—dije y él se encogió de hombros.

Camine en dirección a mi abuela que se encontraba en la cocina para poder enterarme sobre el asunto de las supuestas botellas.

—Abuela, me puedes explicar para qué quieres botellas—pregunté

—Para nada, solo quería que hablaras un rato con el vecino, se le nota que necesita una amiga—me sonrió. ¡¿Qué planeas abuela?!

—Pero por qué tenía que ser yo? Miranda estaba hablando con él hace un rato

—Por qué Miranda se le acercó a hablar y no obtuvo ni una sola palabra de su parte, anda has el esfuerzo... Ese chico necesita salir de su burbuja Jodie

—Ahggg está bien, solo lo haré por ti, se nota que te agrada el tipo... Y abuela una última cosa... Que botellas se supone que tendré que buscar?—reí

—Mira, aquí ya se están acabando los refrescos ¿podrías ir por unas a la tienda?— me sonrió y me guiñó el ojo.

—La única tienda que hay más cercana es en el pueblo a 20 minutos abuela

—Esa es la idea, y dile que yo cuidaré a Rosie, que no se preocupe por eso—río

—¿Qué?–y no respondió, salió rápido con los invitados a la sala.

Tome rumbo nuevamente donde estaba Justin y él se encontraba con su mirada fija en el libro que me había recomendado hace un rato.

Tosí un poco llamando su atención y él levantó su mirada.

¿Por qué tiene que ser tan lindo?

—Tengo que ir por refrescos al pueblo y  no tengo mi licencia aún así que, ¿no te molestaría llevarme?—le pregunte aunque sabía que no diría que le molestaba ya que mi abuela era la que se la había pedido.

—No, está bien

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