Una Tal.

La perfección no existe.

Himeko y Chikane estaban viviendo el mejor momento de sus vidas. Tanto como Himeko se encontraba plena, como Chikane, aunque en ocasiones le molestaba tener que estar separada de Himeko, eso de ser novias a escondidas no le gustaba.

1.- Las chicas siempre la buscaban por pensar que estaba soltera y Himeko terminaba encelándose
2.- Aquel amigo de Himeko se la pasaba acosándola y ella moría de celos, por igual.

En dos ocasiones se habían encontrado en el Maid Café, en una, Souma estuvo a punto de encontrarlas besándose y en otra, no se separó nunca de Himeko, la abrazaba y tomaba de la mano.

Aunque cada que tenían la oportunidad, Chikane visitaba a Himeko, normalmente se quedaban solas porque Karura salía a entregar pedidos. Así que ahí disfrutaban de su relación.

Habían ido al cine, al parque, y a los parques de diversión, Himeko estaba experimentando cosas nuevas a lado de Chikane, cosas que no creía que podría hacer. Hasta hace un mes juraba ser heterosexual, estar esperando a Souma, juraba que jamás sería amiga de ningún ricachón y ahora, era novia de una. Posiblemente el destino se empeñaba en hacerle ver que esas personas eran distintas.

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Era lunes y Himeko se encontraba en la biblioteca, tenía tiempo libre. Andaba en busca de un libro hasta que un artículo llamó su atención "¿Las personas cambian por amor?"

- Sí.- Pensó Himeko. Dejó ahí el artículo y tomó otro libro, aún no sabía que leería, solo intentaba matar el tiempo. De un momento a otro sintió que alguien estaba atrás de ella.

- Himeko, últimamente has estado muy despistada.

- No es así, Mako-chan, es solo que...

- Estas enamorada.

- No estoy enamorada.

- ¿Y qué hacías viendo ese artículo? Por cierto, ¿Sabías que Chikane y Setsuna ya no están juntas?

- No es un tema que me interese.

- No sé de qué se pueda hablar contigo, no salimos juntas como antes, no me esperas, apenas si comemos en el recreo... ¿Estas saliendo con Souma?

- ¿Qué?- Himeko comenzó a toser, definitivamente no quería ocultarle nada a su mejor amiga, pero, ¿Cómo decírselo?- Para nada, sabías desde antes que no iba a regresar con él.

- Sabes que él te ama.

- Si me amara como dice, jamás se hubiera ido.- Suspiro.- Hay alguien, pero debes darme tiempo a asimilarlo...

- Ya te habías tardado, quiero conocerle.

- Dame tiempo, aún no es nada seguro.- Himeko se acercó a la sala de lectura y ahí estaba, su mareo, esa persona que la llenaba de adrenalina. -Permiso.- Se sentó aún lado de una mujer, que parecía estar ahí solo por Chikane, vio como Mako-chan también entraba ahí.

- De mí no vas a huir, debes decirme quien es ese hombre guapo con el que sales y también, ¿Lo conozco?- Susurro solo para Himeko.

- Si vienen a contarse chismes es mejor que se vayan de aquí, aquí solo hay personas que quieren leer como Chikane y yo.

Himeko escucho a aquella mujer, era Miyako, una de las tantas chicas que andaban detrás de Chikane y si ella no hubiera probado ya a Chikane, aún seguiría pensando en que están locas. Himeko se levantó intentado salir de ahí, pero la detuvieron.

- Quédate.- Volteó a verle y la vio, juro que podía perderse en aquellos zafiros, era una mirada tan intensa.

- Puedes quedarte a leer con Miyako.

- Ella no está leyendo, solo está aquí, porque yo estoy aquí.

Makoto se interpuso entre Chikane y Himeko.- De todos modos Himemiya, sabes que a Himeko no le agradan las personas como tú.- Diciendo esto salió agarrada de la mano con Himeko.

Himeko se sentía mal por su mejor amiga y por Chikane, tendría que arreglar esa situación y sabía que tenía que afrontarla con la frente en alto. Ella no tenía planeado enamorarse de una chica millonaria, mucho menos tenía planeado mentirle a su mejor amiga.

Himeko se encontraba en un buen lío y tenía que solucionarlo.

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Para cuando Himeko llegó a su casa se dio cuenta que Chikane estaba ahí esperándola, estaba recargada en su auto con el ceño fruncido, Himeko paso a su lado ignorándola, bien, si Chikane estaba enojada, ella no cedería tampoco.

- Himeko, espera.- Dijo mientras la seguía.

- ¿Qué pasa?- Himeko dio la vuelta para verse cara a cara.

- ¿Qué fue lo que paso en la biblioteca?

- Nada, ¿Qué paso?

- No me gustó lo que dijo Makoto. No me gusta que las chicas vayan atrás mío pensando que estoy libre.

- A mí tampoco me gusta, ¿Pero qué quieres?

- Hacer pública nuestra relación.

- Sabes que no puedo.

Chikane se acercó más a Himeko, necesitaba besarla o su alma se consumiría, ahora entendía a la perfección a aquellas personas que solían doblegarse con tal de estar con el ser amado, colocó una mano en la mejilla de Himeko, haciendo una pequeña caricia.

Se agachó para poder degustar de aquellos labios que ansiaba cada mañana desde que los probó por primera vez y llegó, Souma, corriendo en dirección hacia a ellas.

Himeko se volteó y Chikane se separó ligeramente.

- ¡Hola! - Grito en el momento que se iba acercando poco a poco.

- Hola.- Contestaron al unísono.

- Himeko, hoy he venido directo de la escuela, ya que he tomado la decisión de conquistarte.

Chikane ardió de celos internamente y Himeko se quedó sin palabras, ella le había pedido que no se fuera, sin en cambio, él no cedió y ahora viene e intenta darle una vuelta a su mundo, ¿Quién diablos se creía?

- ¿Podemos hablar adentro?- Sugirió Himeko.

- Me parece perfecto.- Espetó Chikane.- Hay muchas cosas de las cuales hablar.

- Chikane.- Himeko le colocó su mano en el pecho para detenerla.- Solo con él.

- Pero y sí...

- Confía en mí.- Y le sonrió, era esa sonrisa que derrite.

- Esta bien, nos vemos mañana.

Souma no entendió así que prefirió no indagar, entró a la casa junto con Himeko, Himeko le ofreció un vaso de agua y él aceptó.

Ambos se encontraban sentados en aquel sofá.

- Souma, yo no puedo regresar contigo.

- ¿Por qué? Yo sé que me amas.

- No te amo, Souma.- Afirmó.

- Antes jurabas hacerlo.

- Antes.

- ¿Qué cambio?

- Todo. Yo, es algo complicado de decir... Yo, estoy enamorada de alguien la cual también me corresponde con la misma o más intensidad que yo.

Ya estaba, le había puesto las cartas, ahora él tenía que asimilarlo y esperaba realmente que lo hiciera de la mejor manera.

Lo quería, como a un amigo