Cap 24

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Narra Barbi

Estas ultimas semanas han sido en verdad maravillosas. Los chiquillos ganaron la Copa América, lo cual fue en verdad muy bacán, sufrí caleta pero al final todo valió la pena, no podía estar más orgullosa de ellos porque sabía todo lo que se habían esforzado por llegar a lo más alto.

Y ahora estaba, junto con toda mi familia, de vacaciones en Punta Cana y miren ustedes la casualidad, el Eduardo y el Charles también habían ido con sus respectivas familias de vacaciones a Punta Cana.

Me encantaba estar con el Edu aunque obviamente, tenía que aguantar las constantes miradas y malas caras que me ponía la Daniela, esa mina estaba loca y aún no aceptaba que el Edu había terminado con ella y que obviamente, estaba en algo conmigo.

Me encontraba tomando sol en la playa cuando de repente algo impidió que los rayos de sol siguieran llegando hacia mi cuerpo, abrí mis ojos y me encontré con la atenta mirada del Edu.

- Quítate, tapas el sol – le dije en tono burlón . El solo sonrió y me estiró su mano, la tomé y de un tirón, él me puso de pie, se acercó a mi y me besó.

- Te he extrañado mucho – dijo en mi oído, las mariposas en mi estomagó comenzaron a revoletear.

- Y yo a ti ¿Cómo es eso de que lograste deshacerte de tu brasileñita? – le dije y el solo rió.

- Esto, es un milagro de Dios – dijo mirando al cielo- La Daniela despertó enferma y quiero aprovechar de que esta lo suficientemente débil, para invitarte a cenar hoy .

Sonreí, la idea de pasar tiempo a solas con el Edu me encantaba, obviamente que acepte. Esa noche me arreglé muy bonita con ayuda de la Carla, el Edu me pasó a buscar a mi pieza y de ahí me llevó a cenar. Fue totalmente asombroso , en verdad que me gustaba demasiado este hombre, me sentía como una estúpida al saber que me gustaba tanto. Después de la cena, fuimos a caminar por la playa

- Te quiero Barbi – dijo el Edu soltando de la nada, yo dejé de caminar y lo miré a los ojos.

- Yo también te quiero Edu – le respondí sinceramente.

- Oye... - dijo un tanto ¿nervioso?- Yo se que quizás es un poco pronto pero... ¿Te gustaría pololear conmigo? – quedé en shock ¿acaso el Edu me había pedido pololeo?. Me quedé como estatua unos segundos hasta que reaccioné.

- Por supuesto que si Edu – le dije y me tiré a sus brazos, lo recontra llené de besitos .

Volvimos a Chile y todo seguía de maravillas, mi hermano, el Charles y casi la mayoría de los chiquillos de la selección se fueron a los respectivos países que jugaban. Como siempre, fue una tortura muy grande ver como mi hermano se alejaba otra vez de mi, pero era parte de la vida.

Eduardo , como siempre, tenía mala suerte con los clubes y en este momento se encontraba sin club, o sea, su club actual no lo quería y estaba esperando que alguna buena oferta llegara, pero esa oferta nunca parecía llegar, y la verdad es que el Edu estaba muy bajoneado. Yo me iba a su casa todos los días después de la u, ahí hablábamos, nos reíamos, nos dábamos besitos y de vez en cuando... su revolcón loco, obviamente que para mi era mucho más que un simple revolcón.

Un día, llegué a la casa de Eduardo y este se encontraba muy feliz.

- ¿Y a ti que te paso? – le dije mientras dejaba mi mochila en el sillón y me sentaba al lado de mi pololo.

- Me llegó una buena oferta Barbi, me voy a Alemania – me dijo muy emocionado, yo comencé a gritar como una loca y lo abracé. Hasta que me di cuenta de algo... el se iría a Alemania y yo me quedaría aquí... en Chile. Mi felicidad se fue de inmediato pero yo lo oculté, no quería que él me viera triste.

Better Than Revenge (Eduardo Vargas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora