34. Miradas reconciliadoras.

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Capítulo dedicado a potterracer07 porque se lo merecía desde hace muchísimo!!!

EL RETO SIGUE EN PIE.

Y adivinen qué...

¡10 CAPÍTULOS PARA EL FINAL! (sin contar el epílogo y los que van divididos en dos)

*********


—Hagan grupo de a dos —pidió Teddy.

Era un hecho que estaría con Scorpius.

Por suerte, no tenía que pelear son nadie por él, ya que, en las horas de Transformaciones no teníamos con Gryffindor, es decir, nada de Rose.

Eres celoso hasta de tus amigos.

¡No lo soy! ¡A nadie le gusta quedar solo!

¿Por eso no dejas a Alice?

Entonces, ocurrió lo que ocurría siempre que los Ravenclaws tenían que formar pareja. Gaia Turner se colocó sin pensarlo dos veces en uno de los extremos del aula, mientras que Ethan Corner y Paris Peyton al extremo opuesto.

El primero que llegara a Gaia formaría el grupo con ella. Definitivamente era la mejor forma que lo solucionaran antes de escucharlos discutir a gritos y amenazarse con la varita.

Y luego de llevar tres semanas su pelo de distintos colores, los dientes apenas sobresalientes y nada de cejas, Corner aún no entendía que nadie debía enfrentarse a Triple P.

No la llames así. Te escuchará.

Ahora que sabía que Ethan estaba enamorado de Gaia, entendí por qué competían tanto para ganarse la atención de Gaia. Si bien Paris se había ofrecido a ayudarlos dándole celos, le gustaba compartir a sus amigos aún menos que yo. Puedo testificarlo por todas esas veces que nos interrumpió con Alice.

Le hacía un bien al mundo, mejor dicho. Que intercambien microbios no es nada saludable, además, luego podría pegarse las enfermedades ella.

Lo dice el que heredo la torpeza de su novia.

Su organismo es contagioso...

No. Calla. No quiero saber más.

Teddy se inclinó sobre su escritorio, entretenido, y levantó una mano.

—Listos, en sus marcas —Ethan y Paris tomaron sus posiciones—... ¡YA!

En cuanto la mano de Teddy bajó y ambos emprendieron su carrera, el aula se llenó de gritos y apuestas. Me quedé callado ya que no tenía sentido: Ethan siempre ganaba por unos nanosegundos.

Y ocurrió lo increíble.

Ante los incrédulos ojos de todos nuestros compañeros, Paris tocó la mano de Gaia ante un sorprendido Ethan. Le había... le había ganado y todos lo habíamos visto.

¡Qué poca fe en tu mejor amiga!

Pude distinguir la sorpresa en los ojos de Gaia, pero rápidamente cambió la expresión a una sonrisa en cuanto dijo:

—Bien, Ethan, ¿dónde nos sentamos?

La mandíbula de París cayó horriblemente, tanto que pensé que se había hecho daño. Creí que perdería la cabeza y mandaría a su amiga a recoger mierda de hipogrifo, pero supo controlarse. Acomodó su trenza, comenzando a jugar con el mechoncito que era separado por la coleta del resto de su cabello y miró a Gaia con rabia. Por un momento pensé que estaba dolida y tuve que abstenerme a no correr a abrazarla, pero ni siquiera yo (que soy su mejor amigo) puedo entenderla y menos que menos en el momento en que le regaló a Gaia el dedo de en medio, su favorito.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora