Tengo un padre y dos mejores amigos celosos.

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- ¿Tus padres creen que nosotros...

- ¡No! - le dije por lo bajo - Bueno... mi padre, pero cree eso con cualquier chico... no le hagas caso.

- Bueno, no... - seguía mi padre.

- Robert, han cuidado a los hijos de mi hermana muchísimas veces por toda una noche, han tenido la casa para ellos y siempre los encontramos de la misma forma: jugando en la playstation y gritándose mientras los niños miran.

- Sigue sin parecerme correcto - insistió mi padre.

- Eres más anticuado que mi padre Robert - dijo mi madre divertida. Contamos hasta diez y nos decidimos aparecer en la cocina. Todo parecía normal, mamá cocinaba, papá bebía su café de las mañana y el televisión tenía el noticiero. Nos miramos de reojo y entendimos que ambos intentábamos contener las ganas de reír, entonces miré a mi papá.

- Buenos días - dije - ¿Y Marty?

- Salió - murmuró él, tenía la vista fija en Tucker como si quisiera perforarle la cabeza. Creo que él la parecía totalmente divertido porque le era casi imposible ocultar la risa. 

- Señor Slater - dijo Tuck sonriendo como siempre y mirando a mi padre divertido - ¿Le molesta si le robo a su hija por unas horas? Quiero ir a patinar con ella.

Lo miré ceñuda, se había pasado. Papá suspiró ligeramente alterado haciendo alvorotar su bigote y lo miró de arriba a abajo. Contuve la respiración y comencé a pensar en todos los lugares donde se guardaban las escopetas. Mamá tenía la misma cara de pánico que yo, aunque era obvio que ella sabía que esto no era casualidad, sabía que habíamos escuchado.

- No hay problema - gruñó.

- Bueno, gracias, nos vemos más tarde - dije atropelladamente, tomé a Tucker del brazo y lo arrastré fuera de la casa. Cuando salió comenzó a reír hasta casi caerse en la nieve, yo le di un golpe en la cabeza.

- ¡Eres un idiota Tucker Grey! - le grité furiosa - no podía creer que hiciste eso ¡Papá te va a matar!

- Vamos Sia - me dijo él mientras se levantaba y comenzábamos a caminar -. No va a pasar nada, tus padres me conocen además... seguramente creen que todavía estoy con Sarah.

Lo miré de reojo, Sarah había sido su novia por dos años, pero desde hacía unos meses comenzaron a tener problemas y después de un momento a otro terminaron, nadie sabía por qué. A mí no me agradaba Sarah, era... la típica chica linda y solamente había salido con Tuck porque él es... bueno, un cowboy sexy.

Si, lo dije, yo no lo pienso pero es lo que es dicen las chicas de mi colegio. Verán, el padre de Tucker tiene campo en Tennessee, es hermoso, yo he ido con ellos en el verano y nunca vi algo tan lindo. Además, bueno, a Tucker le queda muy bien el estilo cowboy… las camisas de franela escosas y los jean gastados, y cada vez que tiene el sombrero puesto se toca el ala para saludar. Es muy diferente a los chicos de aquí, es más correcto, trabajador y alegre. Además se nota que ha trabajado en el campo, tiene mucha fuerza y la piel bronceada hace resaltar sus ojos verdes. Incluso le gusta el country y toca el banjo como su padre. Igualmente lo que más le gusta es andar a caballo, deberían verlo, tiene uno llamado Pepper y son geniales juntos. Yo no me fio mucho pero sé apañarme, uso la yegua de su madre y salimos a dar largos paseos. Siempre me dice que me quedan bien las botas de montar ¿Por qué? Ni idea, yo le digo que amo su sombrero.

Creo que me fui del tema. Estábamos yendo directamente a la casa de mi abuelo, el bosque inicia justo atrás y no habíamos cruzado una palabra en tres cuadras. El tema de Sarah nos incomodaba a ambos y él no había querido contarme por qué habían terminado. Estábamos por pasar la cuarta cuadra cuando me detuve y la sonrisa más idiota apareció en mi rostro.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Where stories live. Discover now