Souvenir || l.s

9. San José

Curiosamente, no se da la oportunidad para encontrarse hasta veinte minutos después del despegue, cuando Louis le alcanza una botella de agua a la mujer en el asiento posterior al rizado. Él no lo nota al principio, muy concentrado leyendo un libro - La Demencia de Ruby, se fija Louis - como para percibir su presencia.

Sonríe, inclinándose para nivelar sus cabezas, ojeando la página que Harry está leyendo.

— ¿Ya llegaste a la parte donde el Sr. Smith muere?— comenta casual.

Harry gira tan bruscamente que Louis cree escuchar algún hueso hacer crack. Cuando lo mira, su expresión es una mezcla de sobresalto, sorpresa e ira infinita.

Probablemente más ira que todo lo demás.

— ¡No me hagas spoiler! ¡Ahora ya sé lo que sucede!

Él solo ríe y abre los brazos —. ¿No estás feliz de verme?

Harry luce completamente serio, y positivamente homicida.

—No — cuando Louis hace un puchero, él suspira y cierra el libro, sonriendo—. No sabía que tenías éste vuelo.

— No sabía que terminaríamos en el mismo — Mentiroso. Llegó temprano del vuelo desde Madrid y se metió de lleno en el de Costa Rica apenas se enteró que aún no habían partido.

— ¿Así que sí te gustaron los regalos?

— Sip. Gracias, Haz. Los lentes de sol son mis favoritos, ya te lo dije.

Hace exactamente una semana, Louis tuvo otro par de días libres, pero Harry tenía el cumpleaños de su hermana, entonces acordaron que él le dejaría los regalos a Zayn antes de conducir a Holmes Chapel, y que más tarde llamaría a Louis vía Skype para verlo abrir los paquetes.

Louis recuerda la cara de Zayn cuando vio los obsequios, unos lentes de sol y un gato de la fortuna chino, con detalles en dorado.

— Parece un buen tipo. ¿Te regala algo por cada viaje? — pregunta, husmeando los lentes.

— Cada viaje en el que nos cruzamos, sí.

Zayn parece meditarlo un instante, fijando la vista en la taza de Louis. — De verdad le importas a ese chico.

Louis baja la vista al brazalete que reposa en su muñeca, recordando la forma en que los ojos de Harry se iluminan cuando sonríe.

Sus labios se curvan hacia arriba, observando la alhaja con cariño

— Lo sé.

En realidad, Louis no lo sabe. Si sabe, sin embargo, que está enamorado de Harry. Parece obvio dado que ha cambiado un par de turnos en su trabajo con el fin de cruzárselo casualmente más seguido, pero la realización no llegó hasta hace unas semanas, cuando estaban enviándose audios cantando éxitos de los 90 con voces exageradamente ridículas y Louis no paraba de reír por la imitación de Wannabe de Harry. Lo golpeó de repente, como un balde de agua fría, cuán dulce y adorable le parecía el chico, cuanto le gustaba hacerlo reír, como extrañaba oír su voz lenta y profunda narrarle un viaje, o simplemente sentir que estaba ahí, a su lado.

Lo peor de todo no es que casi no lo vea, ni que cuando lo hace sólo pueden compartir mitad del tiempo entre labores del trabajo (de hecho, eso es por mucho mejor que nada). Lo peor es que Louis no sabe si Harry lo quiere de la misma forma.