Capítulo 2

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Este libro se encuentra disponible en las
librerías de Argentina, en España por e-book,
en mercado libre por los demás países y ahora,
por ser que estamos en cuarentena, también
lo van a poder leer acá en wattpad con sus capítulos
completos.
¡Espero que les guste!
Tengan consideración de que este libro lo escribí
a los 15 años, ahora tengo casi 20.
aclaro por si llegan encontrar algún que otro error.
¡Feliz cuarentena! ojalá se encuentren bien de salud.
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Abro los ojos cuando el despertador suena y a mi lado se encuentra Camila.

Le doy un suave beso y me meto al baño. Luego de ducharme, desayuno y le dejó el café a mi prometida, junto a una carta donde le digo que me tengo que ir a trabajar.

Llego a la empresa y nadie me había traído el café hasta que me acuerdo que despedí a mi última secretaria y que hoy vendría una nueva.

Espero que no sea una torpe como la última chica.

—Buenos días, Ryan. —me saluda James entrando a mi oficina.

—Buenos días. —digo acomodando los papeles sobre el escritorio.

—¿Emocionado por la llegada de la nueva chica? —pregunta, sentándose enfrente de mí.

—Solo es una nueva secretaria, me ayuda ya que esto es un desastre.

—Debe estar en camino.

—Esperemos que no se le haga tarde.

Volteo a tomar mi maletín, la puerta es cerrada sonoramente y al girarme, me encuentro con una mujer parada a unos cuantos metros de mí. Su mirada es de vergüenza y temor. Sus ojos no se apartan de mí. No sé por qué, pero creo haberla visto antes. Parece no tener intensión de hablar, de moverse, o simplemente de hacer alguna mueca.

—Buenos días. —hablo con voz firme y ella parece haber caído de una nube. Noto como James mira la escena con total confusión.

—Buenos días. —habla insegura, y sus mejillas se tiñen de un color rojo suave, que me hace pensar que su rostro lo vi en algún momento de mi vida. Pero no logro recordarlo.

—Bueno, por lo menos sabemos que no es muda. —bromea, James.

—James, déjanos solos para poder hablar. —le sonrío por su broma y él asiente guiñando el ojo. Pasa por al lado de la chica y le da la mano, ella le devuelve con una tímida sonrisa. Luego de eso, James sale de mi oficina.

—Bueno, ¿puede tomar asiento? —digo, acomodando la corbata de mi traje. Me siento un tanto incómodo, pero intento disimularlo. Ella continua con su mirada sobre mí, y estoy tentado por preguntarle si alguna vez la vi.

—No, estoy bien así. —me dice y aún sigue parada en el mismo lugar. Sonrío, preguntándome si mi presencia la pone nerviosa. Tengo que admitir que el nervioso soy yo. Puede que tal vez me esté haciendo la cabeza y termine quedando mal.

—No muerdo gente, y mucho menos a mis secretarias. —intento bromear y ella me responde con una sonrisa, que me deja ver sus dientes. Me agrada ese gesto que tiene.

—Bueno, ¿cuántos años tiene? —le pregunto acercándome ya que no se mueve y sus ojos están extrañamente brillantes. Al verlos más de cerca, puedo asegurar que son hermosos.

—Veinticuatro. —me dice y cuando estoy a unos cuantos pasos de ella descubro que está con mal aspecto. Parece cansada, y al ver que la miro atentamente, aparta sus ojos. Como si no lo notara, se acomoda la ropa queriendo parecer disimulada.

—¿Que pasó que está con este aspecto? —pregunto y ella aferra sus manos al vestido color bordo. Mi color favorito.

—El ascensor está roto y tuve que subir todas las escaleras. Es agotador. —me explica riendo.

—Les dije un millón de veces que lo arreglaran. —ella mueve su mano restándole importancia—. ¿Tú y yo nos conocemos de algún lado? Tengo la impresión de haberte visto antes. —mi teléfono comienza a sonar, y lo ignoro por completo. Mi boca se siente seca, y trago saliva, creyendo que así mis nervios se calmaran. Sólo espero que ella no lo haya notado.

—No creo. —responde tranquila. Doy un paso hacia adelante, y mi teléfono vuelve a sonar. Exhalo todo el aire de mis pulmones, y frustrado, camino hasta el teléfono. Lo tomo, lo pongo en silencio, y una vez que lo dejo en su lugar, vuelvo a acércame a mi secretaria.

—¿Cuál es tu nombre? —vuelve a ponerse nerviosa, y con una mano, pasa su cabello a un costado de su cabeza, como ya la vi hacerlo anteriormente. Sus no tan largas uñas rascan su mejilla y cuando está por responderme, la puerta es abierta. Siento que estoy por perder la poca paciencia que me queda.

—Disculpe, señor Harding, pero su reunión empezará en minutos. —habla ella, y veo como mi secretaria baja la mirada al suelo. Asiento sin despegar mi vista de la chica de ojos color café. Una vez que la recepcionista se va, respiro aliviado e intento no perder la cordura.

—Te dejo para que empieces con tu trabajo. —ella asiente. Acomodo las solapas de mi traje y camino hasta salir de mi oficina.

En todo lo que fue la reunión, me perdí en mis pensamientos. Creo que llegué a la conclusión de que me pongo así, sólo porque ella me recuerda a mi amor del pasado, ese amor que nunca me olvidé. Tengo que admitir que se parece a Olivia. Tiene su misma mirada. Aunque podría ser tan sólo mi mente que me está jugando una mala pasada. Si me pondré así cada vez que la vea o la escuche, no sé si será buena idea contratarla.

Una vez que la reunión finaliza, camino directamente a mi oficina. Doy pasos largos, queriendo llegar rápido para encontrarme otra vez con ella. Pero mi camino se ve obstruido por James, el cual se acerca a mí.

—¿Y cómo te fue con la chica? —veo como teclea algunas cosas en su móvil para luego guardarlo en el bolsillo de su saco.

—Bien, pero todavía no sé su nombre. —él me mira irónico, y pongo mi mano en la nuca para calmar un poco mis nervios. Definitivamente no estoy teniendo un buen día.

—¿Cómo que no sabes su nombre?

—¿Tú no sabes cómo se llama? —pregunto esperanzado de que así sea. Lo miro directamente y los segundos se vuelven eternos.

—Sí, se llama Olivia. —tanto mi respiración, como mi corazón, se aceleran. No puede ser ella, tengo que haber escuchado mal.

—Olivia, ¿qué? —pregunto casi gritando y él me mira como si estuviera loco. Ni yo me creo que esté pensando ir corriendo hasta mi oficina para verla. Ahora que me lo replanteo, puede ser ella. Se pone pensativo, con una mano en su mentón, y por fin habla:

—Johansson. Olivia Johansson. 

Como siempre: Olivia [✔] ┋ ¡Capítulos completos!Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora