Parte 11.

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Me dieron citas urgentes con enfermería, psiquiatría y psicología, al cabo de tres meses fui dada de alta en psiquiatría.

Después de esos tres meses, entré en terapia con la psicóloga, recuerdo muy bien cuáles fueron las palabras que me dirigió nada más sentarme, allí enfrente de ella: o mejoras rápidamente tu estado de salud o me veré obligada a ingresarte en cuidados intensivos, nunca antes había llorado por esta situación, pero tras esas palabras me derrumbé.

A partir de entonces empecé a mejorar, fui cogiendo peso aunque al principio fue de manera muy lenta, ya que aun mi mente me controlaba, pero al final  peor había pasado, tan solo quedaba mirar al futuro con esperanzas de algún día recuperar todo aquel crecimiento que había dejado atrás por las carencias.

Mi recuperación fue bastante rápida y no constó tanto como yo esperaba, sobre todo porque todas esas amigas me habían estado apoyando durante toda la recuperación, además de ellas mucha gente que ni siquiera me conocían fueron en mi ayuda y eso me ayudó a ver el mundo con otros ojos y comprender que a pesar de todo lo que había padecido no estaba sola.

Había pasado prácticamente un año, cuando me pusieron la prueba definitiva para saber si estaba totalmente recuperada (en este momento pesaba 54 kilos), consistía básicamente en que me iba a poder ir de viaje de fin de curso con mis compañeros a parís y si durante mi estancia allí no adelgazaba ni un solo gramo quedaría liberada del tratamiento volviendo a mi vida por completo y así fue me citaron unos días después de volver y pesé 55 kilos, por lo que tal como lo acordamos me dieron el alta ese mismo día, a partir de ese día con frecuencia los pensamientos de adelgazar aparecían pero había aprendido a controlarlos, no os voy a mentir ni mucho menos no es un camino fácil para nada, pero se puede salir os lo aseguro si yo pude todas y todos podéis pero lo importante para ello es querer salir de la situación, si vosotras/os mismo no queréis el juego terminará por lo que habréis perdido vuestra propia vida.

Ironías aparte, como os he dicho miles de personas mueren al año por estas situaciones y lo peor de esto es que la mayoría de estas situaciones con provocadas por otras personas que no tienen ni el más mínimo remordimiento cuando la persona muere, no permitamos que esto empiece, frénalo cuanto antes, porque juntos podemos conseguirlo.

Después de un año en terapia, estaba totalmente recuperada.

Después de esta etapa, la confianza en mí misma se disparó por los aires, mi rostro volvía a lucir una radiante sonrisa y mi cuerpo volvía a ser el de antes, mis compañeros me recibieron con grandes aplausos, besos y abrazos.

Me había salvado de una muerte segura y si digo ‘’me’’, porque nadie más lo podía hacer por mí, únicamente yo me podía salvar.

Hace ya tres años de aquello y no voy a mentir a veces que se me pasó por la cabeza volverlo hacer, pero esta vez fui yo quien dominó mi cerebro y no al contrario.

Esta es mi historia y espero que seas más lista de lo que fui yo y no caigas en el mismo error.

Cada persona es preciosa y vale muchísimo, tal y como es, no dejes jamás que nadie te quite la sonrisa de la cara, da lo mejor de ti y no te preocupes por lo que te digan de ti o si te critican, aquellos que lo hacen, es porque saben, que jamás lograrán todo lo que tú has logrado.

 

¿qué Eres Capaz De Ocultar Tras Una Sonrisa? (Mi Verdadero Yo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora