Capítulo 9: Niveles de Toxicidad

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Llamé a la puerta del nuevo departamento de Evan. Por alguna razón estaba tardando más de lo normal en abrir.

—¡Evan! ¡Soy yo! Traigo pastelillos y unas películas— grité a todo pulmón. Pero no hubo respuesta.

Temiendo que algo hubiera pasado, busqué al conserje del edificio y juntos ingresamos al lugar. Evan no estaba allí y todo estaba desordenado. Parecía que un huracán había pasado por la habitación revolviendo todo a su paso.

—¿Cuándo fue la última vez que vio a Evan?— le pregunté al conserje.

El hombre con bigote de morsa tardó unos minutos en recordar. Y luego abrió los labios lentamente.

—Fue hace tres días que vi por última vez al señor Lancaster.

Desesperada salí de la habitación y en el pasillo marqué con dedos temblorosos el número de Bárbara.

—¡Bárbara! ¡Por favor, dime que Evan está contigo!— grité desesperada en el auricular.

—Charlie lo siento, ya no tengo nada que ver con Evan. Renuncié a ser su manager hace tres días. Te rogaría por favor que ya no me llames, tengo otros asuntos ahora...

Antes de que ella siguiera hablando corté con furia la llamada. Quería arrancarme el cabello, la desesperación inundaba mi cuerpo y no me dejaba pensar con claridad. ¿Dónde podría estar Evan?

No quería pensar lo peor, pero tres días eran demasiado. Volví a casa y llamé a la única persona que vino a mi mente, Jason. Por fortuna él acudió a mi llamado rápidamente.

—Creo que deberíamos buscarlo en la morgue. Ya sabes...—sugirió él con total naturalidad.

—¡No! ¡Evan está vivo! ¡Tiene que estarlo!— no podía ni siquiera pensar lo contrario.

Jason buscaba algo para beber en mi refrigerador cuando sucedió. Mi móvil empezó a sonar. El cuerpo se me enfrió al ver el nombre del llamante, Evan.

—¡Evan! ¡Gracias a Dios! ¿Dónde estás?

—Hola, muñeca. Como podrás notar no soy tu novio— una voz gangosa y desagradable estaba del otro lado de la línea, claramente no era Evan—. El pobre está muy inconsciente para hablar contigo ahora.

—¡¿Quién eres?! ¡¿Qué le has hecho?!

El extraño soltó una risa burlona en el auricular. Jason asustado se acercó a mí de inmediato.

—Tranquila muñeca, él está... aún entre nosotros. El asunto es que no podemos dejarlo ir así de fácil. Nos debe algo de dinero.

—¿Dinero de qué? ¿Es algún negocio?

—Negocio— el hombre articuló la palabra con cuidado para luego echarse a reír—. Puede decirse que sí.

—Te lo pagaré, dime donde nos vemos y te lo daré.

—No tan rápido, no puedes pedirme que yo mismo vaya a cobrarlo. Tendrás que venir tú sola. Te lo advierto, si quieres recoger a tu novio entero y a salvo tienes que venir sola.

—Comprendo, dime a dónde debo ir.

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—¿Estás loca? Charlie, no voy a dejarte ir sola. ¡Quién sabe qué pueden hacerte esos tipos!— Jason hablaba demasiado rápido y las palabras le salían atropelladas. Intentaba ignorarlo mientras buscaba algunos ahorros en el fondo de mi armario.

—Todo está bajo control Jason, el tipo prometió que todo saldría bien si le doy el dinero.

—¿Cómo puedes creerle? Es un criminal, deberías dejar que la policía se encargue de esto...

My Toxic Love- Mayte GutiérrezWhere stories live. Discover now