Cámara.

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Ya debería estar acostumbrado.

O quizás no.

De cualquier manera, ver a Kuro en su modo artístico era algo digno de apreciar. Independientemente del hecho que era muy raro verlo hacer algo de provecho, es palpable la emoción con la que trabajaba, y eso era lo fantástico de la vista: Ver a Kuro haciendo algo que le gusta.

Porque verlo comer, jugar videojuegos y dormir es de todos los días.

Pero no puede evitar sentirse un poco desplazado. ¡No se han visto en semanas!

Y sí, es -en parte- culpa suya, pero no puede evitarse. Mahiru deseaba estudiar la Universidad y para eso debía ir a Tokio. Y Kuro debía permanecer en su ciudad natal, Londres.

Se conocieron en la preparatoria, gracias a una beca que Mahiru consiguiera para estudiar en un internado extranjero junto con Misono. Y cuando llegó al recinto estudiantil se encontró con que su compañero de habitación ya había llegado y se hallaba dormido a mitad de la estancia en la cómoda alfombra.

Estuvieron como perro y gato durante los primeros días -incluso llegó a apodarle Sleepy Ash porque lo veía dormir demasiado-, pero... Mahiru tuvo que darle un poco de razón a aquel que inventó la frase: "Del odio al amor, sólo hay un paso".

Shirota siempre pensó que su primera relación amorosa con un chico -porque sí, el siempre tuvo claro sus gustos- sería con alguien tan tranquilo y positivo como él, siempre buscando la paz y siendo amable con todos, buscando comerse el mundo de un bocado. Pero se enamoró de todo lo contrario a lo que es.

Kuro Ash Sleepy, hijo mayor del doctor Servamp y su hermosa segunda esposa, hermano mayor de Lawless Hyde y Tsubaki Hana, así como menor de otros cinco; popular sin esfuerzo alguno, buenas calificaciones sin siquiera intentarlo y flojo hasta para parpadear.

O eso es lo que veía todo el mundo.

Porque MahiMahi se enamoró de lo que solo él tenía permitido ver en la privacidad de su habitación. En la vida privada, Kuro era un chico muy sensible, capas de apreciar la belleza hasta en los colores, inteligente y de frases mordazes, sincero y arrogante. Porque muy pocos saben que, en el fondo, Ash es una persona increíblemente amable y bondadosa, considerado con aquellos que ama. Guapo a morir con esos ojos gris plomo con ligeros motes azules y aunque Mahiru extrañaba su cabello del color del ébano, admite que el celeste teñido le queda bastante bien.

Mahiru puede recitar de memoria todo lo que a su novio le gusta: Las papas fritas y el ramen, la nociva Coca-Cola, el helado de Cookies&cream, la música Rock, los lugares cálidos, la ropa aluciba a felinos, que le acaricien la cabeza y lo abracen mientras duerme, el olor a vainilla -aunque Mahiru nunca comprendió porque si el sabor le desagradaba antes- los videojuegos, ir a cantar en los karaoke -aunque sólo cante Mahiru-, las tardes después de las semanas de exámenes -porque ambos se abandonan al ocio y se quedan viendo películas aburridas abrazados-, tocar la guitarra, ver a Mahiru dibujando... entre algunas otras cosas.

Pero sólo tres cosas apasionan a Kuro, más que nada en el mundo.

1- Mahiru.
2- Leer, leer y leer.
3- Tomar fotos a diestra y siniestra.

En ese orden. Palabras de Kuro.

Y si bien, Mahiru duda y se sonroja con el punto número 1. Nadie que conozca verdaderamente al peliazul, ni siquiera él, se atrevería a negar el resto de la lista.

Porque él a sido testigo de las tardes enteras en las que Kuro se lee libros, sagas y tomos completos, y como al día siguiente puede pasarse contándote que le pareció cada capítulo, párrafo, frase y detalles.

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