Capítulo 7 "Gritar"

887 87 34
                                    

― ¡NAGISA! ― Gritó Kazuma, acercándose a gran velocidad donde había quedado el magullado cuerpo de su amigo.

La gran mayoría de las personas presentes realizaron una detención ciudadana con el responsable de haber lanzado al pequeño Nagisa a la calle. Lo maniataron y golpearon fuertemente. Acto seguido, con varios cinturones lo amarraron a un poste del alumbrado público en espera de la policía que no tardaba en llegar.

― ¿Alguien llamó una ambulancia? ― Terció el peli morado, intentando contener las lágrimas.

― Ya lo hicimos ― Dijo una mujer de largos cabellos negros ― ¿Es acaso tu amigo?

― Si... ― Susurró a penas el pobre chico.

Kazuma no podía describir lo que estaba sintiendo en esos momentos. Su corazón estaba apretado y dolía mucho. Su garganta se secó y los ojos comenzaron a picarle. Nagisa, quien se encontraba en el suelo junto a él había perdido la conciencia. Tanto su nariz como su boca estaban sangrando mucho. El impacto del automóvil, que posterior a eso se dio a la fuga, había sido muy grande, por lo que no se descartaban las miles de heridas internas que podría tener y la maldita ambulancia no llegaba. No tuvo más opción que llamar a tía Kaede y contarle lo que había pasado, pero, por más que marcó su número de teléfono, esta no le contestó. Lo mismo sucedió con su madre; su teléfono estaba apagado. Estaba a punto de perder la paciencia cuando recordó a su padre. Él estaba en una reunión en esos momentos. Marcó su número 5 veces y a la sexta Karma contestó.

― Más te vale que sea importante. Me sacaste de una reunión muy importante ― Dijo Karma del otro lado.

― Papá... Nagisa... ― Dijo Kazuma entre hipos.

Karma cerró sus ojos con fuerza, mientras se le helaba la espalda de una forma impresionante. Pocas veces había escuchado a su hijo así de acongojado y eso le causó pánico.

― ¿Qué le pasó a Nagisa? ¡Dímelo de una vez! ― Gritó el pelirrojo.

― Un matón lo golpeó y lo lanzó a la calle. Un automóvil lo impactó y está muy mal. Por favor busca a mamá y a tía Kaede ― Habló el chico, llorando audiblemente.

― Tú no te separes de Nagisa. Yo de inmediato voy a buscarlas ― Karma cortó la llamada y rápidamente entró a la oficina de reuniones. Acto seguido, tomó sus cosas a vista y paciencia de los demás que no sabían qué rayos le sucedía al burócrata.

― Karma ¿Qué demonios estás haciendo? ― Le preguntó Terasaka, que estaba sentado junto a él.

― Nagisa tuvo un accidente. Kazuma me llamó. Me tengo que ir ― Dijo visiblemente afectado.

― Entonces vámonos ― Dijo Terasaka, tomando sus cosas ― Ese chico es nuestro sobrino. Nos entienden ¿Verdad?

Los demás hombres de traje y corbata lo entendieron perfectamente. Minutos más tarde, los dos hombres se dirigían a la primera parada: El Laboratorio de Pruebas donde estaba Manami.

Mientras tanto, en el lugar del accidente tanto la ambulancia como la policía habían llegado. De forma rápida y precisa habían subido al peli celeste a la camilla; Kazuma iba a su lado.

― Tía Ritsu ― Dijo Kazuma y en la pantalla de su celular apareció la chica cibernética, visiblemente afectada por lo ocurrido ― Por favor envíale la dirección de la clínica que vamos a mi papá y a Kaori, que de seguro está con mi hermana. A ellas no les digas nada por favor. Prefiero contárselos yo.

― Claro, enseguida lo hago ― Susurró la chica.

Kazuma posó su nublada mirada en el pálido rostro de su mejor amigo. ¿Cómo era posible todo aquello si en la mañana estaba bien? Maldijo la tutoría de química que hizo en la tarde y por la cual no pudo estar con él. También pensó en su tía Kaede y mal que debe estar. Toda la Clase E ya había pasado por eso hace años cuando su tío Nagisa había muerto por culpa de un cáncer terminal. Hoy la historia se volvía a repetir. Esto parecía una broma y una maldición generacional.

Nagisa se fue [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora