Tres,

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Había pasado exactamente una semana desde el encuentro con el señor Steve Rogers.

En ese tiempo, me había centrado en un nuevo proyecto que tenía con el Dr. Erskine, que habían bautizado como el "Proyecto Renacimiento", aunque yo sólo fuese una simple enfermera, me había alistado en el ejército hace cuatro años para tener más información sobre mi enfermedad.

Ahora mismo, me encontraba colocando unas muestras de un suero azul que Abraham llamaba "el suero del Súper-Soldado".

-Buenos días -saludó el Dr. Erskine a alguien mientras le daba la mano. Un flash, de repente, me hizo cerrar los ojos- Ahora no, por favor -se quejó el anciano y volvió a dirigirse al muchacho- ¿Estás listo?

Cuando el doctor se hizo a un lado, no pude creer a quién tenia en frente.

-Steve.-dije felizmente.

-Hola Lana.-saludó él tímidamente .-¿Qué haces aquí?

-Le dije que nos volveríamos a ver.-respondí con una sonrisa.

-Bien, quítate la camisa, la corbata y la gorra.-interrumpió Abraham .

Steve acató las ordenes y se quedó en ropa interior. Yo, por mi parte, cogí su ropa y la deje en una silla para cuando acabase el proyecto.

Cuando volví a mi posición inicial, el rubio ya se encontraba tumbado en la camilla.

-¿Está cómodo? -preguntó Abraham mirándole.

-Es un poco grande -respondió Steve acomodándose y buscando la posición más cómoda para sus hombros.

-¿Todavía queda algo en la botella? -preguntó Rogers .

-Creo que menos de lo que debería -respondió el doctor con una sonrisa afligida. -Lo siento, quizá en otra ocasión -entonces Abraham se giró hacia el personal que se encargaba de la maquinaria y concretamente gritó el nombre de uno-: ¡Señor Stark! ¿Cómo van los niveles?

─Al cien por cien, doctor -dijo Howard Stark acercándose hacia la camilla .- Apagaremos todas las luces de Brooklyn, pero estamos listos; listos de verdad.

Howard se me quedó un rato mirando. - Hola Lana, ¿te he dicho alguna vez que te ves muy guapa con el traje de enfermera?

-Cállate, Howard.- dije mientras otra enfermera me pasaba unos papeles para firmar. 

Ya había escuchado más de una vez los piropos del joven Stark.

Mientras que Howard intentaba conquistarme, le pasaron un micrófono al Dr.Erskine, a lo que él dio dos golpecitos sobre la parte superior de éste, provocando un sonido seco que resonó por los altavoces.

─¿Se me oye?,¿funciona? -preguntó, llamando la atención de todos los ahí presentes- Damas y caballeros, hoy no estamos dando un paso más hacia la aniquilación, sino el primer paso hacia el camino de la paz.

Por mi parte, me acerqué a la camilla y le coloque una placas metálicas en el pecho a Steve.

-Tranquilo, todo estará bien.-susurré.

Otro encargado del personal se ocupó de arrastrar también cerca de su camillas una especie de cápsula en el que dentro había trece probetas con el suero azul.

-Empezaremos con una serie de micro inyecciones -continuó el Dr. Erskine- en los principales grupos musculares del sujeto.

Coloqué tres probetas anteriormente mencionadas a cada lado de la camilla, sobrando una.- La infusión provocará un cambio celular de inmediato. A continuación, para estimular su crecimiento, el sujeto recibirá una saturación de rayos vita.

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