Uno,

368 28 5
                                    

Brooklyn , 1943.

Después de lo ocurrido esa noche en Louisiana y descubrir que ya no volvería a ser la misma , decidí ir mudándome cada 10 años para que nadie sospechara.

Después de pasar 10 años en Albuquerque, decidí mudarme a un pequeño distrito de Nueva York , llamado Brooklyn , viviría ahí durante los próximos 10 años.

Por aquel entonces, una guerra estaba destruyendo medio mundo y yo sabía perfectamente lo qué hacer en esos casos.

Esa tarde de Octubre, preferí ir a dar una vuelta antes que quedarme en mi pequeño apartamento mirando las fotos de mi familia, ya fallecida.

- Señorita.- dijeron dos muchachos uniformados con el traje militar mientras me dejaban pasar por la puerta del bar.

Me senté en la primera mesa que divisé al entrar en el establecimiento, me quité el abrigo y dejé al descubierto mi nuevo vestido color azul marino.

Ese acto hizo que varias miradas de hombres soldados y no soldados se fijasen en mi.

-¿Qué quiere tomar, señorita?- preguntó el camarero.

-Querría tomar un whisky, por favor.

El camarero se retiró pero al rato volvió con el vaso de whisky.

Mientras que bebía, leía un libro de medicina para saber que me había ocurrido ese día de Año Nuevo.

-¿No es muy joven para beber whisky?

Levanté la vista para encontrarme a un joven con traje militar.

-Soy lo suficientemente mayor para saber que esto .- levanté el vaso.-No me hará daño.

En eso tenía razón , aunque por fuera tuviese veinticinco años, yo sabía perfectamente que era una mujer de cincuenta años y que sería así hasta descubrir la cura de mi enfermedad.

-Soy el Sargento James Buchanan Barnes, pero mis amigos me llaman Bucky.-extendió su mano en mi dirección.

-Encantada Sargento Barnes , yo soy Lana.- dudé un momento.- Lana Anderson.

Extendí mi mano y la fundimos  en un estrechamiento.

Con el paso de los años había aprendido ha cambiar millones de veces mi nombre para que así no sospechasen nada, pero pensé que en esta nueva ciudad iba a usar mi verdadero nombre.

-Espero volver a verla, señorita Anderson.-dijo el Sargento mientras deshacía el estrechamiento.

-Lo mismo digo James.

Después de decir eso, el soldado se fue del establecimiento.

Yo me quedé en aquel bar un rato más, cuando ya vi que la hora de entrar a trabajar se me acercaba, me levanté de aquella silla y me fui a mi casa a cambiarme de ropa para ponerme mi uniforme de enfermera.

Yo, como muchas otras mujeres, trabajaba de enfermera asegurándome que los jóvenes que se presentaban para ser militares se encontrasen con buena salud.

Esa noche, me tocó hacer el turno en un puesto militar en la Expo-Stark.

-¡Damas y caballeros, el Sr. Stark! -anunció la voz de una mujer .

Al escuchar que empezaba el show decidí acercarme a la puerta de la entrada para poder verlo.

El público enloqueció, sobretodo el sector femenino de éste, desde mi puesto miraba asombrada el escenario.

-Damas y caballeros, ¿y si les dijera que dentro de muy pocos años su automóvil ni siquiera tendrá que tocar el suelo? -preguntó Howard Stark mientras un grupo de chicas trabajaban al rededor de un automóvil rojo y lujoso. - Con la tecnología gravitacional Stark, ¡eso se hará realidad!

El coche se levantó del suelo unos cuantos centímetros, pero igual que subió volvió a bajar haciendo un estruendoso ruido que  me asustó.

-He dicho dentro de unos años , ¿no?

Reí por ese comentario que hizo el señor Stark y me volví a meter dentro de la enfermería .

-Enfermera Anderson, ¿puede ir un momento a cubrir estos papeles?-me preguntó el nuevo doctor. A lo que yo cogí los papeles y me fui de ahí.

-¿Quién serás? ¿Steve de Ohio? -preguntó un chico sarcásticamente- Te pillarán, o peor aún, te admitirán.

-Sé que no me crees capaz, pero...

Me encontraba de espaldas a esos chicos, lo que me facilitó escuchar mejor la conversación y saber que no debía meterme en esa pelea de amigos.

-Esto es un callejón, es la guerra.-volvió a decir el chico más cabreado. Levante un poco la cabeza y pude observar que el nuevo doctor se acercaba a mí y que también escuchaba la conversación.

-Lana, querida, vete al despacho, voy en un momento.-me dijo el Doctor Erskine.

-Claro, doctor.- recogí los papeles .- Lo esperaré en la consulta.

-No hagas nada estúpido hasta que regrese.-dijo la misma voz de antes.

-No podría, te llevas toda la estupidez.

Ese comentario hizo que en el rostro de la enfermera Anderson apareciese una sonrisa.

_____




Hola , hola .

Quiero decir que esta es mi primera historia dedicado a Marvel , ósea que espero que les guste.

Dejar un voto y si no es mucho pedir un comentario , diciéndome si les gusta o no.

PERMANECER HERMOSAS Y NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO.

_______

Holiiiiii

¿Como están? Después de mucho tiempo , por fin voy a re-subir esta novela pero en primera persona . Ok , ok , lo sé , me echaban de menos y yo a ustedes , pero ya está aquí tita Lota para cubrir su sed de esta novela.

Les quiero comentar que cada vez que aparezca el texto en el medio y con cursiva eso significa que lo esta contando una tercera persona , aunque la mayoría de las veces sea en primera.

BYEEEEEEEE.

Counting the minutes.Where stories live. Discover now