Vuela Libre

3. Libertad.

Dicen que después de la tormenta siempre sale el sol, pero nací en la tormenta y aún no veo ni un rayo.

En estos momentos me pregunto: ¿Por qué nací? ¿Cuál es mi propósito en la tierra? ¿Acaso Dios estaba aburrido y no se le ocurrió crearme una buena vida? 

Escuchaba a la Hermana Irene gritar y gritar por el celular, pero no me salían palabras, quería desaparecer, correr, que todo fuera un sueño. 

Entre llantos desesperados y una mente frágil, salí corriendo y entré a una farmacia 24/7. 

-Hola, en que la podemos ayudar? -Me dice tranquilamente el farmacéutico-

Solo caminé, abrí la primera caja de remedios que encontré y las tragué sin pensarlo. No sabía como parar, tampoco quería hacerlo. Lentamente todo comenzó a oscurecerse y a ponerse borroso, lo último que recuerdo fue ver como el farmacéutico junto al guardia de seguridad me movían para hacerme reaccionar. 

Sentí tranquilidad al hacerlo, solo quería dejar de sufrir. 

Abro los ojos, la luz sigue parpadeando, el Super 8 en el suelo y yo a solas en la habitación. Aún no tengo la suficiente movilidad en mi cuerpo. Miro a la ventana y solo veo pájaros volar. ¿Por qué no nací libre como un pájaro? Sin responsabilidades ni sufriendo, solo volando a donde quiera y sintiendo el aire libre en mi rostro día y noche.

Puedo escuchar al doctor hablar con la Señora Mamá afuera de la habitación. Lo único que escuche fué "Esta noche dormirá acá y mañana ya la pueden llevar de vuelta a la casa".

No, yo no quiero volver. 

Me rehúso a ser objeto de alguien. 

No puedo soportar vivir en una casa donde ninguno de los dos cumple su rol correspondiente.

Yo no nací para sufrir, nací para ser libre.

Tomé papel y lápiz.

La escritura me acompaña en mis peores momentos.

"Me despojaste de mi inocencia. Yo no quería crecer tan rápido. No soy tu juguete. Crees que con chocolatitos todo es lindo; lo fue en un principio, pero todo era parte de tu plan. Ganarse a una niña con un dulce, aprovecharse de la confianza. Me hiciste creer que todo era parte de una relación normal entre padre e hija. Las promesas que me hiciste cumplir eran para cuidar tu espalda. Supiste muy bien como hacer tu jueguito a escondidas. Me repugno, te repugno. Incluso cuando intentabas ocultar toda marca que te delatara, hasta eso lo tenías bien pensado. Le hiciste creer a toda la familia que todo era parte de mi adolescencia. Que mis cambios repentinos de humor y alimentación eran normales. Nadie escuchó las señales que mi cuerpo expresaba. Mi cuerpo pedía a gritos ayuda, pero toda la familia aplaudía mi refugio que encontré en los libros y escritura. Nadie entendía, nadie sospechó, y cuando todo se supo, la mujer prefirió ignorar la situación. Por qué? para qué? Qué peor traición que ver a tu hija en el nido del sufrimiento y no hacer nada. No me merecen. Nadie me merece. Arruinaste la vida de una niña de 15 años recién cumplidos solo para satisfacer tu enferma sed de calentura. ¿Valieron la pena todas tus sesiones? ¿Ahora eres feliz?." 

El cuarto estaba oscuro, solo se escuchaban ronquidos por los pasillos. A pies descalzos camine lentamente por aquél hospital.

Subí por la escalera, llegué hasta la azotea. La ciudad se veía hermosa, iluminada y silenciosa. Corría mucho viento y hacía un poco de frío, pero nada me podía hacer sentir mejor. Unos pájaros estaban parados en la orilla, y les hice compañía, parándome junto a ellos. Era hora de volar, de ser libre, de alejarme de este mundo lleno de sufrimiento y malas personas. Ahora entiendo por que la vida se lleva a los mejores, porque no merecen vivir en una sociedad tan mala. Por eso la Hermana Carmen se fue, por eso me dejó, ella es la persona más hermosa del planeta. 

Los pajaritos abrieron sus alas, y yo los acompañé. Comenzamos a volar sobre la ciudad, comencé a sentir una paz que jamás había sentido en mi vida. Mi cuerpo estaba hecho de nubes y no había más dolor. 

Ahí estaba la Hermana Carmen, esperándome con un gran abrazo y cumpliendo con su promesa.

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Camila Merino, 2016.

Dedicado a toda persona que lucha y vive día a día con fantasmas del pasados. 

Inspirado en un testimonio real.