2. Promesas

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La habitación era helada, y entre el parpadeo de la luz y el ruido constante de las maquinas, pensaba que iba a volverme loca; más aún. 

Agarré el Super 8 que la Señora Mamá dejó en mis manos, y lo lancé al piso, poniéndome a llorar.

La Señora Mamá me miró con cara de decepción, se paró de su asiento y salió de la habitación, dejándome sola. 

Mi mente volvió a esa pequeña habitación al final del pasillo en ese cálido hogar.

Abrazando al Señor Papá, aguantando su horrible olor a cerveza. 

Él me soba la espalda desde arriba hasta el final. Se escuchaba la música viniendo desde el comedor, donde todos los familiares bailaban. 

-Señor, gracias por sacarme de ese lugar tan feo... -Le digo a Señor Papá mientras el me acariciaba el cuello-

-Dime Papi, eso es lo que soy tuyo, quiero que me trates con confianza, si mi reina? Este es su hogar. -Me dice con una sonrisa y con los ojos achinados de la borrachera-

Al día siguiente, viene la señora Mami corriendo a mi habitación.

-KARÍN! Tienes una llamada! 

Contesté, era la Hermana Carmen del hogar de Curacautín. Me llamó al enterarse que ya había encontrado hogar. Estaba muy feliz por mi, incluso pude sentir que lloraba de la emoción. Ha tenido un par de complicaciones de salud, por lo que tendrá que venir a Santiago a hacerse exámenes. Me dijo que moría por verme nuevamente, que me extrañaba mucho. 

Eran las 5 de la tarde, Mamá tenía que trabajar a las 18:00 y Papá salía del trabajo a las 18:30. Prácticamente estaría sola en casa una hora hasta que llegara el Señor Papá a cuidarme, así eran casi todos los días desde que llegué a esta casa 2 semanas atrás, era prácticamente la misma rutina. 

Papá siempre llegaba cansado y me pedía que le hiciera un masaje en la espalda. Y luego él me hacía uno a mi. 

Me dijo que la Señora Mamá es celosa, así que no podía contarle sobre los masajes. 

Esa tarde, ya eran las 20:00 y Papá aún no llegaba, era extraño por que siempre es súper puntual. Ya comenzaba a asustarme de estar tanto rato a solas. Mamá termina de trabajar a las 00:00, así que si Papá no llegaba tendría que estar sola hasta casi la 1 de la madrugada. 

Intenté despistarme así que me puse a dibujar, aprovechando quería hacerles un regalo a mis Padres. 

Sentí un portazo, me paré rápidamente con mi dibujo en mano.

Era Papá, nuevamente muy borracho. 

-Mira papi, te hice un dibujo! 

-Si, si...que bonito, por qué no me haces un masaje? Papi está cansado. 

Me agarró de la mano y me llevó a mi habitación.

Le hice su masaje en la espalda, cuello y hombros. 

-Ya Karín, tu turno de recibir un masaje. 

Aproximadamente las 9 de la mañana. Me estaba duchando. El agua caliente caía en mi pelo. El vapor cubría el baño, me gustaba pensar que estaba en medio de una nube. Tocan la puerta. "Hija, llevas más de 40 minutos duchándote, ven a desayunar!"

Me senté, había un tazón de cereal con leche en la mesa. Papá y Mamá comían tostadas con mermelada. 

-Hija, la próxima semana empezaremos a buscarte un colegio para que empieces el año bien. 

Vuela LibreWhere stories live. Discover now